España mejora sus cuentas, pero el FMI no baja la guardia: pide más ajustes

El organismo reconoce el avance económico del país, pero alerta de riesgos por el gasto futuro y exige reformas fiscales más profundas

23 de Abril de 2025
Actualizado el 25 de abril
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El https://t.co/ABFKJ56ZiiFondo Monetario Internacional (FMI) ha actualizado sus previsiones sobre la economía española, y los datos son, en general, positivos. La deuda pública bajará por debajo del 100% del PIB en 2025 y el déficit cerrará este año en el 3%, una décima mejor que lo previsto anteriormente. Además, España liderará el crecimiento entre las principales economías desarrolladas, con un avance del 2,9% en 2024, muy por encima de la media europea.

Sin embargo, estos buenos resultados no han venido acompañados de un cheque en blanco. Al contrario: el FMI lanza un mensaje claro al Gobierno de Pedro Sánchez. Aprovechar el buen momento económico no solo para reducir el déficit, sino también para preparar el terreno frente a los desafíos futuros, como el envejecimiento de la población, el aumento del gasto en defensa y la necesidad de sostener el Estado del bienestar.

Una recuperación que no basta

Según los datos publicados por el FMI, el déficit público de España pasará del 3,2% en 2024 (empujado por gastos excepcionales como la dana) al 3% este año, con una tendencia a estabilizarse en el 2,8% hasta finales de la década. El Gobierno, no obstante, plantea una corrección más ambiciosa, esperando alcanzar un 0,8% de déficit en 2031.

En cuanto a la deuda, el organismo prevé que España cierre 2025 en el 100,7% del PIB y llegue al 97,1% en 2029. Aunque esta trayectoria es positiva si se compara con el pico de la pandemia (por encima del 120%), sigue lejos del objetivo comunitario del 60%.

"España va por buen camino", ha afirmado Víctor Gaspar, director de Asuntos Presupuestarios del FMI, pero advierte: "la elevada deuda pública y las inminentes presiones de gasto entrañan riesgos fiscales a medio plazo".

Llamamiento a la disciplina fiscal

El FMI insiste en que este crecimiento no puede servir de excusa para relajar el control del gasto. Muy al contrario, recomienda al Gobierno español un ajuste estructural que combine medidas de ahorro y una reforma fiscal en profundidad. Entre las propuestas destacan:

  • Reducir las categorías que se benefician de tipos reducidos del IVA.

  • Impulsar los impuestos verdes para incentivar comportamientos sostenibles.

  • Controlar el gasto público, especialmente en pensiones.

  • Alargar la vida laboral para aliviar la presión del sistema.

  • Revisar la financiación de las comunidades autónomas, responsables de gran parte del gasto en sanidad, educación y servicios sociales.

España frente a Europa

Mientras España crece al 2,9%, la eurozona apenas llegará al 0,8% este año. Las grandes economías europeas muestran señales de estancamiento: Alemania crecerá un modesto 0%, Francia se moverá en torno al 1,1%, e Italia apenas llegará al 0,7%. Esta disparidad convierte a España en una excepción positiva en el contexto europeo, algo que el Gobierno no ha tardado en subrayar.

El Ministerio de Economía, liderado por Carlos Cuerpo, ha destacado que “España lidera el crecimiento en Europa”, una afirmación respaldada también por la Comisión Europea. De hecho, los fondos europeos, junto al tirón del turismo y las exportaciones, han tenido un impacto claro en esta tendencia alcista.

Más allá del caso español, el FMI ha lanzado una seria advertencia a nivel internacional: el mundo se encamina hacia un escenario de deuda pública récord. La institución estima que en 2025 la deuda global superará los 100 billones de dólares, lo que equivale al 93% del PIB mundial.

En este contexto, muchos países están en riesgo de perder margen de maniobra ante posibles crisis futuras. El propio Gaspar lo resumió así: “Si los gobiernos ceden a la presión de aumentar el gasto sin una base sólida de ingresos, los déficits y la deuda seguirán creciendo, con efectos desestabilizadores”.

A pesar de los buenos datos, el FMI deja claro que la estabilidad fiscal española es precaria. Un cambio en el crecimiento del PIB, una nueva crisis o cualquier contratiempo podría echar por tierra los avances logrados. Por eso, aunque las previsiones de crecimiento del empleo y el control de la inflación (en torno al 2%) son alentadoras, el organismo insiste en que no es momento de autocomplacencia.

“El equilibrio fiscal es tan delicado que cualquier desviación en las previsiones podría disparar de nuevo la deuda”, advierten los técnicos del Fondo.

Mejora con condiciones

España sale bien parada en la última revisión del FMI, pero no sin tareas pendientes. La economía avanza, las cuentas mejoran, pero el margen para el error es mínimo. Las recomendaciones del Fondo no son nuevas, pero sí urgentes: hay que aprovechar la buena racha para reforzar los pilares del sistema fiscal y contener el gasto. Porque cuando el viento deje de soplar a favor, lo que quedará será la estructura construida hoy.

La recuperación no es solo cuestión de cifras, sino de decisiones. Y el FMI ha sido claro: toca actuar ahora o arriesgarse a perder lo conseguido.

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