El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subirá en 2025 hasta los 1.184 euros en 14 pagas, tras el acuerdo firmado este lunes por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto a los líderes sindicales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez. La medida, que supone un incremento de 50 euros mensuales, será aprobada por el Consejo de Ministros este martes y tendrá carácter retroactivo desde el 1 de enero.
Pese a la insistencia del Gobierno en alcanzar un consenso amplio, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Cepyme se desmarcaron del pacto, alegando que la subida del SMI del 4,4% podría afectar a la contratación y generar tensión en sectores con menor margen de beneficio. No obstante, Trabajo y los sindicatos han defendido que el incremento es una herramienta clave para combatir la pobreza laboral y garantizar condiciones dignas a los asalariados con menores ingresos.
"El SMI hace que España vaya bien"
En su intervención tras la firma, Yolanda Díaz destacó el impacto positivo que ha tenido la política de subida del SMI en los últimos años: "Cuando llegamos al Gobierno, el salario mínimo estaba en 735 euros. Hoy, hemos conseguido elevarlo un 61% en apenas seis años". Según la ministra, esta revalorización ha permitido que los trabajadores más vulnerables ganen un 38% de poder adquisitivo real, a pesar de la inflación acumulada del 23% en el mismo periodo.
Díaz también recordó que "los augurios de destrucción de empleo que se hacían en 2019 no se han cumplido", y subrayó que desde que el Ejecutivo de coalición comenzó a incrementar el SMI se han creado 2,3 millones de puestos de trabajo. "El SMI no solo protege a los trabajadores, también impulsa el consumo y fortalece la economía", concluyó.
Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, exigió a la patronal que "se siente a negociar" subidas salariales en los convenios colectivos, recordando que "no se puede decir que la negociación debe hacerse en los convenios y luego bloquear cualquier aumento salarial". En la misma línea, Unai Sordo (CCOO) criticó la "excusa permanente" de la CEOE para rechazar mejoras laborales y destacó que "el SMI es una de las herramientas más eficaces para reducir la desigualdad salarial".
La patronal insiste en su negativa
A diferencia de 2020, cuando sí apoyaron una subida del SMI, los empresarios han rechazado todos los aumentos de los últimos cuatro años, argumentando que generan incertidumbre en el tejido productivo. En esta ocasión, CEOE y Cepyme propusieron una revalorización del 3,4%, cifra que los sindicatos consideraron "insuficiente" para cumplir con el compromiso de situar el SMI en el 60% del salario medio, tal y como establece la Carta Social Europea.
El Ministerio de Trabajo y los agentes sindicales han acordado reabrir la negociación sobre el SMI en un plazo de dos meses para abordar aspectos como la absorción de pluses salariales y la actualización automática de los convenios colectivos.
Beneficiarios y sectores afectados
El incremento del SMI tendrá un impacto directo en cerca de 2,1 millones de trabajadores, según estimaciones sindicales. La mayor parte de los beneficiarios se encuentran en sectores con salarios bajos, como la agricultura (donde el 38,7% de los trabajadores cobrará el nuevo salario mínimo), el comercio y la hostelería (19,3%) y los servicios personales y de restauración (21,7%). Además, el 15,6% de las mujeres asalariadas y el 17,2% de los trabajadores jóvenes (de 16 a 34 años) verán sus ingresos mejorados gracias a esta medida.
Un debate fiscal pendiente
A pesar de la satisfacción por el acuerdo, queda por resolver la cuestión de la fiscalidad del SMI. Yolanda Díaz ha reiterado su petición de que el nuevo salario mínimo quede exento de tributación en el IRPF, como en subidas anteriores, pero ha recordado que esta decisión corresponde al MinisImágenes terio de Hacienda.
En este sentido, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha evitado pronunciarse con claridad sobre el tema y ha instado a "hacer pedagogía fiscal" en lugar de lanzar "discursos populistas" sobre la carga impositiva. Montero defiende que "la fiscalidad es clave para sostener el Estado del bienestar" y que no todo se puede resolver con bajadas de impuestos.
Con esta nueva subida del SMI, el Ejecutivo de coalición refuerza su compromiso con la mejora de las condiciones laborales y la lucha contra la desigualdad. Este incremento se suma a otras medidas impulsadas por el Ministerio de Trabajo, como la reforma laboral que limitó la temporalidad, la futura reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales y la protección de los derechos de los trabajadores en plataformas digitales.
A pesar del desacuerdo con la patronal, la revalorización del SMI marca un nuevo hito en la política económica del Gobierno y deja claro que, para el Ejecutivo de Pedro Sánchez, la mejora de los salarios más bajos seguirá siendo una prioridad en los próximos años.