«Me preocupa la salud mental, mucho, y la suya especialmente», así respondía la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, a la procuradora del PSOE Patricia Gómez, lo que generó un tsunami político en las Cortes de esta comunidad, que derivó en la expulsión de la portavoz socialista Ana Sánchez y el abandono del resto de representantes socialistas del hemiciclo.
Pero la que fuera galardonada como la mejor médico de Atención Primaria del Mundo, y hoy consejera por Ciudadanos del Gobierno de Castilla y León, no se conformó con el desfortunado comentario al insistir en recomendar «ansiolíticos» a todos los miembros de la bancada socialista tras las constantes protestas a las palabras del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y en especial del vicepresidente y portavoz, Francisco Igea.
Las reacciones no se hicieron esperar, tanto en los medios como en las redes sociales, que arden de nuevo por la forma que la derecha, en este caso también Ciudadanos, ridiculiza la salud mental.
El comentario desafortunado, viviendo de una médico, resulta aún más ofensivo. A través de sus redes sociales, la socialista afectada por el intento de insulto de la consejera de Sanidad, recibía cientos de tuit de apoyo:
Mientras la consejera hacía estas declaraciones, recibía las risas y aplausos del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.
Lo mismo en el Congreso
Algo parecido ocurrió en el Congreso con un diputado del PP al líder de Más Madrid, Iñigo Errejón, que provocó todo un movimiento en contra de los populares por su falta de respeto hacia la salud mental y quienes lo sufren.
Fue a mediados de marzo cuando Íñigo Errejón pidió un plan de salud mental y un diputado del PP le increpó: «¡Vete al médico!». Después tuvo que disculparse. Algo que, por el momento, no ha hecho la consejera de Sanidad de Castilla y León.
