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El Partido Popular, un enfermo crónico del síndrome de Hubris

Quien está está poniendo en cuestión el sistema democrático español es el propio Partido Popular cuando quiere imponer un presidente, incluso al Jefe del Estado, cuando no tiene los apoyos suficientes, no sólo para la investidura, sino para la legislatura. Eso, de momento, el PP no lo cuenta porque lo importante es que Feijóo sea presidente, al precio que sea y de la mano de quien sea

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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En esta época de la posverdad, el populismo se basa en lanzar mentiras, bulos o informaciones manipuladas para conseguir el objetivo de crear una verdad falsificada. Eso es lo que está haciendo el Partido Popular tras el resultado de las elecciones generales. Además de despreciar las reglas del régimen democrático español, que no es presidencialista, sino parlamentario, ataca al actual presidente del Gobierno con mentiras con la intención de preparar a la ciudadanía de cara a que Alberto Núñez Feijóo no sea investido presidente y sí Pedro Sánchez.

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha hecho hoy un alarde de afirmaciones absolutamente manipuladas que no se corresponden con la realidad. En primer lugar, ha dado por hecho algo que es subjetivo y que no tiene argumentos probatorios para realizar tal afirmación. En concreto, ha señalado que si la petición de diálogo de Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez hubiese venido de cualquiera de los partidos que “buscan la inestabilidad” de España “no hubiera tardado ni un minuto en ponerse a su disposición y en trasladarse a cualquier país del mundo para reunirse con ellos”.

Por otro lado, ha instado a Pedro Sánchez a que “rectifique” y ponga por delante “la gobernabilidad y el interés general” y le acusa de ser “el primer candidato que se niega a reconocer el resultado y a reunirse con quien ha ganado las elecciones”. Esta valoración es absolutamente falsa, además de que esconde un desconocimiento de dimensiones bíblicas de cómo funcionan las instituciones democráticas españolas.

En primer lugar, tal y como está ahora el reparto de escaños, lo que reclama el Partido Popular llevaría al bloqueo absoluto, puesto que sólo tienen como aliados a los ultras de Vox y a la filial del PP en Navarra. Ningún partido democrático se va a acercar a Vox ni con un palo. Entonces, ¿qué gobernabilidad espera si Feijóo fuera investido presidente?

En segundo término, Gamarra se refiere al interés general, pero ¿es el de la ciudadanía y la democracia española o el del Partido Popular? La realidad es que el PP no respeta el régimen democrático que fue instaurado durante la Transición, ese periodo que deifican sólo cuando les puede dar réditos electorales.

En tercer lugar, Pedro Sánchez ha reconocido el resultado de las elecciones, no lo ha puesto en duda. Quien está está poniendo en cuestión el sistema democrático español es el propio Partido Popular cuando quiere imponer un presidente, incluso al Jefe del Estado, cuando no tiene los apoyos suficientes, no sólo para la investidura, sino para la legislatura. Eso, de momento, el PP no lo cuenta porque lo importante es que Feijóo sea presidente, al precio que sea y de la mano de quien sea.

Por esta razón, suena a desesperación cuando Gamarra ha planteado un “horizonte de gobernabilidad, de estabilidad y de futuro para España” con un “gobierno moderado” liderado por Núñez Feijóo, quien, por cierto, no representa el interés general de toda la ciudadanía, sino de quienes le apoyan desde las élites.

La realidad es que Gamarra hace un ejercicio de populismo cuando plantea que el futuro de España sólo es posible si Feijóo es presidente. La secretaria general del PP ha tenido el valor de afirmar que su actual líder (no se sabe por cuánto tiempo) garantizará un gobierno estable y moderado. Lo primero es imposible con la actual distribución parlamentaria y, lo segundo, es falso porque no puede haber moderación cuando se va de la mano de la extrema derecha.

El Partido Popular es un caso patológico de síndrome de Hubris. Cuando ellos pueden gobernar, todo es legítimo y se enmarca dentro de la normalidad democrática. Sin embargo, ni Gamarra, ni Feijóo, ni Bravo, ni Bendodo hacen referencia a cómo llegaron al poder Alfonso Fernández Mañueco, María Guardiola, Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez Almeida o Juanma Moreno Bonilla, por poner ejemplos de poder autonómico y municipal.

En todos estos casos fue absolutamente legítimo que, a pesar de haber ganado las elecciones el PSOE o, en el caso de Madrid capital, Manuela Carmena, sus pactos con la extrema derecha y el cuñadismo de Ciudadanos les llevaron a la Presidencia a pesar de no haber sido la lista más votada. Entonces sí que fue legítimo llegar al poder habiendo sido los perdedores de las elecciones. Entonces no decían nada sobre que los ciudadanos habían decidido que gobernara la izquierda. Los hechos hacen callar muchas bocas. Pero, como escribió Goethe, «sus estridentes ladridos sólo son señal de que cabalgamos.»

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2 COMENTARIOS

  1. Si existe un partido político que debiera ser ilegalizado es el PP.
    1.- No cumple con la Constitución, tiene secuestrado el Poder Judicial
    2.- Fue condenado por financiación ilegal en el «affaire» de Luís Barcenas.
    3.- Angel Sanchis, ex-tesorero del PP, fue imputado por un delito de blanqueo de capitales en la trama Gurtel.
    4.- El caso Rosendo Naseiro, tesorero del PP
    5.- Álvaro Lapuerta, tesorero del PP; imputado por el juez Ruz por los ‘papeles de Bárcenas
    Si todos estos delitos hubieran sido realizados por Bildu, estarían todos sus dirigentes en la cárcel con largas penas de prisión.

    Y se atreven a denominar al reino boubónico de España, democracia. Es para reír, por no llorar.

  2. Miren que han hecho en mi País Valenciano: el pp nos vendió al fascismo de vox por menos de treinta monedas. Encima nos meten un torero, para gobernar nuestra cultura… Un torero, cuernos, tortura y muerte sangre inocente en la arena, lo bestial para nuestra cultura. Y Carlos Flores Juberías, candidato de Vox. El candidato de Vox al Congreso por Valencia, condenado por violencia de género en 2002. Eso sí que es venganza zaplanera y ritera efectuada por sus herederos. A estas hormigas que en mi País votaron al insecticida les diría que, no tendrán agua, si por agua votaron al insecticida. No porque, no la hay. Doñana se muere y los horados legales se mueren con ella, porque sus votos justificaron la injusticia. Lo mismo que en mi País, ahora sin agua y sin decencia, bajo la batuta de la cueva de ladrones que durante 20 años nos saquearon las arcas. No hundieron Canal 9 y, aún hoy, todavía los están juzgando.

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