Es la primera vez que la Comisión Parlamentaria de Medio Ambiente del Parlamento Europeo rechaza un elemento del Pacto Verde Europeo. Antes, dos comisiones parlamentarias, la de Agricultura y la de Pesca, ya se habían posicionado también en contra.
La propuesta, que había sido presentada por parte de la Comisión Europea, tiene ahora la recomendación de las distintas comisiones parlamentarias, de ser votada en contra. Los diputados todavía pueden presentar enmiendas para la votación plenaria que tendrá lugar la próxima semana del 10 de julio.
El texto pretende invertir la pérdida de la biodiversidad rehabilitando las zonas terrestres y marítimas degradadas de la Unión Europea, se ha convertido en objeto de fuertes debates y críticas. Tras pasar por un largo proceso de enmiendas, ha obtenido 44 votos a favor y 44 en contra. Una cifra que deja «en tablas» el resultado, sin que pueda pasar adelante al no haber obtenido la mayoría simple.
Presentada por primera vez por la Comisión Europea en 2022
La ley que se está abordando fue propuesta por primera vez en 2022 por la Comisión Europea. El texto se consideró como la «primera ley continental integral de este tipo», y se presentó para restaurar hábitats y especies degradados por la actividad humana y el cambio climático.
En ella se presentan objetivos jurídicamente vinculantes en siete ámbitos específicos: desde los insectos polinizadores hasta los ecosistemas marinos, que en conjunto deberían cubrir al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas de la UE de aquí al 2030. Este objetivo posteriormente se elevó hasta el 30% para alinear el bloque con el acuerdo alcanzado en la COP15 en diciembre.
«Mal pensada, poco realista e inaplicable y con efectos devastadores»
Los opositores a este proyecto consideran que la legislación, tal y como ha sido presentada, pondrá en peligro las cadenas de suministro europeas, disparará los precios de los alimentos e incluso obstaculizará el desarrollo de las energías renovables.
COPA-COGECA y Europeche, que son las principales asociaciones europeas que representan a los agricultores y pescadores, han calificado esta propuesta como «mal pensada, poco realista e inaplicable» y además han advertido de las «consecuencias devastadoras» para la agricultura, la silvicultura y la pesca, de ponerse en marcha.
