El IPC adelantado correspondiente al mes de octubre registra una tasa anual del 7,3%. Con ello, la inflación cae 1,6 puntos menos que el mes anterior.
Por su parte, la tasa subyacente, que muestra la inflación de componente estructural, se mantiene en el 6,2%, consolidando el efecto contagio sobre el conjunto de productos y servicios básicos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la moderación se debe, principalmente, a la bajada de los precios de la electricidad y, en menor medida, al abaratamiento del gas.
La inflación se modera en octubre hasta el 7,3 %
EL IPC adelantado para el mes de octubre registra una tasa anual del 7,3%, lo que supone un descenso de 1,6 puntos respecto al dato del mes anterior. En contraste, la tasa mensual se incrementa en 0,4 puntos. En este comportamiento destaca la bajada del precio de la electricidad, que desciende respecto a la variación registrada en octubre del año pasado; al igual que el gas, aunque en menor medida. No obstante, ambos productos siguen reflejando precios muy elevados.
Inflación subyacente
En lo que respecta a la inflación subyacente, que no incorpora los productos energéticos y los alimentos no elaborados, la tasa anual se mantiene en el 6,2%, de forma que se consolida la tendencia inflacionista de componente estructural, en tanto se trata de un problema que afecta al conjunto de bienes y servicios de primera necesidad.
Las empresas aprovechan para subir los precios
Los datos muestran que la deriva inflacionista no es un fenómeno coyuntural que afecta exclusivamente a los productos energéticos, sino que las grandes empresas están aprovechando el escenario actual para trasladar el alza de precios al resto de productos, ampliando desproporcionadamente sus márgenes de beneficios y encareciendo el coste de la vida. Esto está reduciendo el consumo de las familias, debilitando con ello el ritmo de creación de empleo y las bases de crecimiento de nuestro país.
Los salarios por el contrario se estancan
Las rentas salariales, sin embargo, evolucionan muy por debajo del nivel de precios, con incrementos de los salarios de convenio de apenas un 2,6% en lo que llevamos de 2022, 6,2 puntos menos que la tasa de inflación media (8,8%). Además, hasta dos tercios de los trabajadores y trabajadoras (más de 5 millones) con convenio tienen pactadas subidas salariales inferiores al 2,5%, lo que confirma el notable recorte del poder adquisitivo de muchas familias trabajadoras.
Atajar las verdaderas causas de la inflación
Por ello, UGT insiste en que la solución pasa por un implementar medidas que ataquen las verdaderas causas de las presiones inflacionistas: el incremento acelerado de los costes de la energía, la distribución alimentaria y la actuación de empresas -ubicadas en sectores con poca competencia- que elevan sus márgenes a costa de los consumidores.
El sindicato reclama un aumento generalizado de los salarios, tanto del SMI como de los salarios de convenio, recogiendo a su vez cláusulas de revisión salarial que protejan el poder adquisitivo de las personas trabajadoras. Además, la firma de un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) sería un paso importante, ya que daría confianza y certidumbre tanto a las empresas como a la clase trabajadora.
Sin embargo, ante la actitud irresponsable de la patronal, UGT anima a la ciudadanía a acudir a la manifestación convocada el 3 de noviembre en Madrid, con el objetivo de reclamar subidas salariales acordes al encarecimiento de la vida, ya que, si no existe negociación e incremento de los salarios, la lucha en las calles y en los centros de trabajo seguirá siendo norma en el día a día.
