La jibarización del modelo de educación pública de Moreno Bonilla ya se nota con el recorte de 2.000 clases en Andalucía en cuatro años

Cuatro años después de la llegada al poder en Andalucía del primer gobierno conservador en cuatro décadas de autonomía, el modelo de educación pública de Juan Manuel Moreno Bonilla ya se empieza a notar en las aulas de la comunidad andaluza. Ni siquiera el argumento dado por el equipo de gobierno andaluz del descenso de la natalidad sirve para blanquear una persistente evidencia que, según los sindicatos, va en constante crecimiento: los recortes en la educación pública en detrimento de la enseñanza concertada.

El proceso de escolarización que comienza este 1 de marzo en Andalucía constata la amenaza de supresión de más de 300 clases públicas, un recorte que se suma a las 1.457 aulas suprimidas en la pasada legislatura, según el balance del sindicato de enseñanza Ustea. Dese la llegada al poder de Moreno Bonilla a finales de 2018, el recorte de aulas públicas se aproxima a las 2.000.

A esto hay que sumar otro dato importante más para contextualizar esta realidad: la educación pública andaluza ha perdido dos puntos con respecto al imparable avance de la enseñanza concertada en Andalucía desde la llegada del Partido Popular al Gobierno de la Junta. Ustea, que ha iniciado movilizaciones junto a otras centrales sindicales, profesores y asociaciones de madres y padres de alumnos y de defensa de la educación pública, reclama la recuperación de las unidades escolares suprimidas y una bajada de ratio, impulsando asambleas y movilizaciones contra las supresiones, a través de la campaña ‘Bajada de Ratios’, junto a los colectivos y organizaciones de la comunidad educativa andaluza.

Sindicatos y docentes inician movilizaciones para defender la enseñanza pública en detrimento del impulso de la concertada dado por el ejecutivo andaluz

Las supresiones de líneas enteras de la enseñanza pública en los centros escolares andaluces afecta a todas las provincias andaluzas sin distinción. Ustea destaca que, además de todas las capitales de provincias, las localidades que sufrirán estos recortes son, entre otras, Jerez de la Frontera, Priego de Córdoba, Puente Genil, Cartaya, Lepe, Andújar, Linares, Alhaurín de la Torre, Marbella, Ronda, Alcalá de Guadaira, Dos Hermanas o Morón de la Frontera.

La consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, Patricia del Pozo, apuntó hace unos días en el pleno del Parlamento autonómico que la Junta ha ofertado en el proceso de escolarización para el próximo curso académico 2023-24 un total de 1.434.442 plazas sostenidas con fondos públicos, de las que el 81,59% corresponden a centros públicos y el 18,41% a concertados. Para el alumnado de 3 años, que se incorpora por primera vez al sistema educativo, se ofertan 91.150 plazas de nuevo ingreso, 2.025 puestos más con respecto al presente curso, de las que el 80,9% corresponden a centros públicos y el 19,01% a la concertada. “Este incremento de plazas de tres años, en un contexto de bajada de la natalidad, tiene como objetivo favorecer que las familias puedan elegir plaza en el centro que deseen”, señaló la consejera. Actualmente existen en Andalucía un total de 3.559 centros educativos sostenidos con fondos públicos, entre públicos y concertados, para las enseñanzas de Educación Infantil (segundo ciclo), Educación Primaria, Educación Especial, Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato.

Estos datos de la Junta son rebatidos por el sindicato Ustea, que recuerda que, aunque existen más ofertas de nuevo ingreso para el próximo curso, es una cifra “muy inferior” a las 20.725 plazas ofertadas en marzo de 2019. Desde la Consejería de Desarrollo Educativo se enarbola de nuevo el descenso de la natalidad como principal motivo de la eliminación de clases en la red de centros públicos, pero este fenómeno no afecta del mismo modo a los centros privados concertados, que según Ustea, mantiene su oferta “blindada e intacta” desde hace años. En 2019, el 81% de las plazas de Infantil ofertadas eran de centros públicos, frente al 19% de plazas concertadas. Este curso escolar, la oferta de plazas públicas ha descendido dos puntos hasta el 79’29% del total, mientras que los centros concertadas acaparan el 20’70% de la oferta. De este modo, desde la llegada al poder de Moreno Bonilla, la educación pública ha perdido casi dos puntos frente al avance de la enseñanza concertada.

Este recorte de la oferta de plazas públicas antes incluso de que comience el proceso de escolarización está provocando un efecto disuasorio en las familias, según Ustea. “Ante el temor de no obtener plaza en el centro deseado, opta por solicitar la matriculación en otros no afectados por las supresiones”, señala este sindicato educativo. En estos últimos cuatro años, la mayor parte de las supresiones de aulas se ha producido en clases de Infantil de 3 años, “lo que paulatinamente se traduce en la eliminación de grupos de cursos superiores, a medida que el alumnado va superando etapas”, explican en Ustea.

De este modo, las supresiones anteriores se reflejan actualmente en la eliminación de clases de Infantil de 4 y 5 años y de los primeros cursos de Educación Primaria, e incluso han empezado a ser significativas las supresiones en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Ustea también ha detectado que las supresiones masivas están provocando lo que denomina una proliferación de “aulas mixtas”, donde convive un alumnado de distintas edades, tanto en Infantil como en Primaria. Esta situación convierte a estos colegios “en poco apetecibles para las familias y conlleva la amenaza real de desaparición de centros completos a medio plazo. Este fenómeno empuja a las familias a otros centros de su zona de escolarización en las ciudades o incluso fuera de ella”, explican en Ustea.

Esta amenaza se acrecienta aún más en el mundo rural, al implicar inevitablemente un deterioro de la calidad de la enseñanza, afectando precisamente a las zonas más castigadas de la Andalucía vaciada.