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Los desastres de la guerra

Rafael Víctor Rivelles Sevilla
Rafael Víctor Rivelles Sevilla
Nacido en Valencia el 4 de Junio de 1961. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid en 1986. Especialidad de Psiquiatría. Ejercicio actual en el Hospital Universitario La Paz.
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análisis

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Si. Estamos hablando de un famoso conjunto de grabados de Goya que conocía de primera mano los sufrimientos provocados por la invasión napoleónica entre 1808 y 1814. Que la población civil padece durante las guerras es bien sabido desde siempre. Los hombres fueron ejecutados y las mujeres y los niños de Corinto vendidos como esclavos por el cónsul romano Lucio Mumio cuando asaltó la ciudad.  Durante la Guerra de los Treinta Años ejércitos mercenarios asolaban los campos y saqueaban las villas en Europa central provocando muerte, hambre y miseria en nombre de religiones salvajes y monarcas desquiciados. El 13 de Febrero de 1945 una nube de bombarderos de la RAF redujo a cenizas la ciudad de Dresde sin ningún valor estratégico y atestada de refugiados matando a 25.000 personas, masacre gratuita ya que no produjo influencia alguna en el curso de la casi terminada Segunda Guerra Mundial. Solo por señalar tres ejemplos muy conocidos. Pero la Guerra de la Independencia retratada por Goya fue especialmente cruel ya que enfrentó a un poderoso ejército regular (el francés) muy difícil de batir en campo abierto con unos combatientes no claramente identificables por un uniforme, buenos conocedores del terreno y confundidos con la población civil que, por tanto, se convirtió en objetivo de las fuerzas ocupantes. Estoy hablando de la famosa guerrilla que nosotros hemos estudiado como ejemplo de heroísmo y sacrificio pero que con sus tácticas de emboscada y su camuflaje entre los paisanos bien podríamos decir en la actualidad que empleaba tácticas terroristas que inmediatamente ocasionaban represalias y un odio creciente mutuamente alimentado entre los contendientes. Dicho de otro modo, la población civil formaba parte fundamental, lo quisiese o no, de la dinámica cotidiana ya que de su utilización interesada  dependía el desenlace del enfrentamiento. El resultado lo conocemos. Más de 300.000 españoles y 250.000 franceses pagaron con su vida el empecinamiento de Napoleón lo cual convierte a esta campaña en una de las más largas y sangrientas de todas las guerras napoleónicas. Se discuten las cifras exactas y conozco que la guerra se ganó cuando el Emperador retiró gran cantidad de tropas para la campaña rusa, pero lo que dejó claro aquel horror  es que es casi imposible para un ejército, por muy poderoso que sea, ganar este tipo de conflictos insurreccionales en los que de un modo u otro se encuentra tan implicada la población civil desde el principio. Terminan transformándose en una herida infectada que siempre supura.

Los dirigentes del actual Israel, aunque solo fuese por una razón práctica, deberían tener en cuenta las lecciones de la Historia. Durante el siglo XX y dada la incuestionable superioridad de los ejércitos de algunos países, muchos líderes políticos o religiosos o ambas cosas se convirtieron en los dirigentes de ejércitos en la sombra que libraban guerras sin frentes definidos y sin uniformes, con tácticas terroristas  que terminaban, como en la Guerra de la Independencia, provocando indecibles sufrimientos en la población civil con espantosas escaladas de atentados y represalias. Podíamos nombrar a Tito en Yugoslavia, Fidel Castro y Che Guevara en Cuba, Ho Chi Minh en Vietnam,  o Mao en China que terminaron dirigiendo enormes fuerzas irregulares que ejércitos muy poderosos nunca lograban dominar. La propia España terminó padeciendo en Cuba o Filipinas de este tipo de interminables conflictos. Ni Francia, ni EEUU lograron vencer a los vietnamitas. La URSS hubo de retirarse de Afganistán lo mismo que los EEUU unos años después. Y sin aprender nada de la experiencia, los políticos norteamericanos invadieron Irak, vencieron con facilidad al ejército iraquí pero se empantanaron con los insurrectos poco después. En definitiva, en este tipo de guerras  la mera fuerza bruta no puede conducir a un desenlace victorioso. Israel, incluso arrasando por completo Gaza no podrá vencer. Es lo que nos enseña la Historia. Provocará una matanza, pero me temo que la guerra que tiene las características mencionadas, terminará inconclusa. Y con esto, lástima que sea preciso recalcar lo evidente, no estoy defendiendo a Hamás, terroristas ahora y héroes si venciesen, pero tan sanguinarios y crueles como cualquiera de los hombres que, en base a sus ideas, matan, queman, saquean y secuestran. Bolívar es el héroe de la independencia americana pero su decreto de la guerra a muerte de 1813 es un monumento a la infamia y a la intolerancia.

Por eso sería necesario reivindicar el modo en que se terminó con ETA. Las acciones de ETA reúnen muchas de las características de estas guerras irregulares de límites poco claros con el terrorismo. Tengo que decir que me equivoqué por completo. Pensé que el grado de implicación (por miedo, por indiferencia o por clara colaboración) de la población con los terroristas vascos y la obscena actitud de Francia durante muchos años (la intervención exterior en apoyo de la insurrección es otro elemento clave en este tipo de conflictos irregulares) impediría su desaparición. No fue así. Una inteligente actuación policial y de información, junto con medidas económicas y políticas forzaron a la capitulación de esa banda de fanáticos facinerosos. No fue necesario cortar el agua y la energía al País Vasco ni bombardear Bilbao. Evidentemente la situación en Gaza es mucho más explosiva, pero pensemos las similitudes, ¿qué hubiese pasado si como algunos deseaban el Gobierno hubiese hecho intervenir al Ejército? Da escalofríos pensarlo.  Es menester reconocer cuando se hacen bien las cosas.

Voy a terminar citando a Franco. Resulta raro. De Franco se pueden decir muchas cosas, pero desde luego tonto no era. Respondió a una carta del Presidente Lyndon B Jhonson en 1965 que reclamaba una cierta implicación de sus aliados para la intervención en Vietnam. No puedo extenderme por razones de espacio en la respuesta completa, pero señalaba con claridad todas y cada una de las razones por las cuales el poderoso ejército norteamericano no prevalecería en Vietnam. Todas tienen que ver con las especiales características de las guerras de subversión y las particulares dinámicas de opresión étnica, religiosa o política que las sostienen. De hecho la intervención española fue mínima en forma de un pequeño contingente sanitario en Go Cong. Franco conocía bien estas guerras irregulares. Las sufrió en el Protectorado de Marruecos, pesadilla española de varias décadas.

Hay quien piensa que el acero de los tanques y la tecnología de los satélites son más fuertes que la carne y el odio de los hombres. Yo no lo creo. Las guerras son crueles todas, pero las que implican partidas guerrilleras o grupos terroristas (conceptos bastante parecidos) con atentados y represalias se llevan la palma en cuanto a la población civil no combatiente ya que toda ella se convierte en un objetivo de venganza que es buscada en realidad como generadora de la imprescindible ira, alimento de la insurrección. Comparen las bajas civiles en una guerra clásica como la ucraniana con frentes, uniformes y ciertas reglas con el conflicto de Gaza, con 500 muertos solo en la acción sobre un hospital o los 260 del festival de música de Israel. No. La invasión de Gaza, si se produce, será una catástrofe humanitaria que nada resolverá salvo el bolsillo de algunos sinvergüenzas de los que el mundo anda sobrado.

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