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Movilizan a los haitianos contra la intervención de la comunidad internacional

El sentido común indica que la intervención de la comunidad internacional en Haití aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es una gran noticia para el país, sin embargo, se han producido movilizaciones de haitianos en contra de ello, movimientos que, tal vez, podrían estar organizados y financiados por poderes económicos haitianos, norteamericanos, y otros con influencias, que se están beneficiando del caos y la violencia actual

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El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, lleva años reclamando una intervención de la comunidad internacional en Haití. Sus llamamientos fueron escuchados, por fin, en la Asamblea General de Naciones Unidas donde fue evidente que los requerimientos del mandatario dominicano habían calado, sobre todo por la crueldad de los hechos. Las grandes potencias se dieron cuenta de que Luis Abinader tenía razón, que sus llamamientos no eran gratuitos ni caprichosos, sino que transmitían la verdad más absoluta sobre lo que estaba ocurriendo con Haití.

Por esa razón, el pasado lunes el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el envío de una fuerza internacional para que el pueblo haitiano recupere el control de un país que se encuentra en manos de bandas criminales y corruptos que se benefician de las dádivas que reciben de grandes poderes económicos. Haití, aunque es uno de los países más pobres del mundo, tiene grandes recursos y riquezas que esas élites pretenden seguir controlando con total impunidad mientras el pueblo se muere de hambre.

Sin embargo, el anuncio de la intervención de la comunidad internacional ha chocado con la oposición de una parte de los haitianos que argumentan que Haití tiene derecho a la autogestión de su futuro. ¿Autogestión, cuando en lo que va de año las bandas criminales han asesinado a más de 3.000 personas y han secuestrado a cerca de 2.000 para reclamar rescates? ¿Quién está detrás de estas movilizaciones?

De Haití se están lucrando empresarios haitianos e internacionales instalados en cualquier país del mundo, fundamentalmente en El Caribe, Latinoamérica, Europa y especialmente en Norteamérica que, además, cuentan con el apoyo y el aval de élites políticas que también se están beneficiando del caos de Haití.

Es evidente que la actual crisis fronteriza no es casual y que el éxito diplomático logrado por Luis Abinader no beneficia en nada a esas élites ocultas, a pesar de que sí lo hace tanto al pueblo dominicano, su pueblo, como incluso al haitiano que sufre la esclavitud social y humana. En cambio, los intereses económicos se pretenden imponer a los humanitarios, una vez más, les cueste lo que les cueste porque, da igual que vivan en Santo Domingo, Miami, Little Rock, Washington, Paris, Londres, Madrid o Toronto, esas élites lo tomarán como una inversión de la que sólo pueden obtener rédito si el caos continúa.

Por otro lado, ese éxito diplomático del presidente de República Dominicana no beneficia en modo alguno a los líderes de los partidos de la oposición, sobre todo cuando la cuestión haitiana es muy importante para el pueblo dominicano y faltan siete meses para las elecciones presidenciales.

De ahí que líderes como Leonel Fernández hayan realizado una campaña contra las medidas adoptadas por Abinader en la frontera con Haití, demostrando su falta de patriotismo ante un escenario en el que se ha vulnerado la soberanía nacional de República Dominicana.

El pasado lunes, cuando se hizo pública la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente dominicano señaló a través de sus redes sociales que «aplaudimos la aprobación por el Consejo de Seguridad ONU de la resolución que autoriza la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití. Significativo avance para la pacificación de Haití; abogamos por proceso definitivo de desarrollo institucional y económico por los haitianos».

En el perfil de Leonel Fernández, que tan activo está en redes sociales para hacerse autopromoción, sólo se encuentra el silencio. El lunes su actividad se centró en retuitear un post de su partido sobre la proclamación de un candidato a senador. Sobre la decisión del Consejo de Seguridad, nada. Al día siguiente, cuando ya se había publicado en todos los medios nacionales e internacionales, Leonel deleitó a sus seguidores con una recomendación literaria: «El libro que recomendamos este Martes De Lectura, recopila las misivas que fueron intercambiadas entre los 4 más destacados novelistas del boom latinoamericano: Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. ¡Para transformar el mundo hay que leer!».

Sin duda, Sr. Fernández, yo recomendaría al pueblo dominicano que leyese también a los medios de comunicación libres e independiente a nivel local e internacional que han escrito y escriben sobre su proceder y sus prácticas habituales durante sus años de gobierno, incluso las obras literarias que les cuenta, o escuchar lo que usted escucha de forma ilegal en algunos despachos de algunos líderes políticos históricos de izquierda de la República Dominicana. No se olvide en su próxima recomendación de lectura aconsejar al pueblo que lea a los clásicos, filósofos y sociólogos europeos sobre ética, igualdad real, razón crítica, corrupción, dictaduras privadas, verdad (por la que mataron a Jesús de Nazaret), injusticia social, maltrato humano y social, democracia real, pobreza, mentiras, demagogia y cómplices silencios.

El verdadero interés político y social se encuentra en la crisis de Haití y en que el presidente Abinader ha logrado un éxito diplomático que él jamás pudo siquiera soñar cuando presidió RD.

¿Por qué Leonel actúa así? Él siempre se ha presentado como un hombre de Estado y, en la actualidad, está comportándose como un populista ansioso de poder. ¿Tendrá que ver con sus relaciones personales con algunos de los que conforman esas élites que no quieren que Haití recupere la normalidad democrática?

Hay que recordar que en el año 2018, en una entrevista publicada por la Universidad de Georgetown, el alma máter de Bill Clinton, Leonel afirmó que «nuestra responsabilidad es crear conciencia entre la comunidad internacional de que Haití por sí solo no puede hacer cambios radicales». Abinader lo ha logrado y, sin embargo, Leonel se ha opuesto y ha criticado todo. ¿Por qué? Eso es algo que está obligado explicar al pueblo, sobre todo a quienes se han creído que es el salvador de la patria cuando, en realidad, se ha convertido en un oportunista más con ansias de volver al poder.

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