El mantra de la “herencia recibida” hace ya bastante que dejó de utilizarlo el presidente andaluz para excusar su gestión desde que asumió el poder en Andalucía a comienzos de 2019. Más de cinco años y medio después, la perspectiva que otorga el tiempo transcurrido vislumbra un panorama clarificador: nunca antes como ahora Andalucía ha contado con un presupuesto autonómico tan abultado, “el más alto de la historia de Andalucía”, según las propias palabras de Juan Manuel Moreno Bonilla. Este 2024, asciende a 46.753 millones de euros, y sólo en el área de salud las cuentas públicas han aumentado en 4.000 millones desde 2019, lo que supone un aumento del 40% hasta alcanzar casi los 14.000 millones. Pese a todo ello, nunca como hoy la sanidad pública, la educación, la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) y ahora también las universidades han mostrado tanto malestar con la gestión del ejecutivo andaluz en estos últimos cinco años y medio, por lo que supone de desmantelamiento progresivo y constante de lo público, según denuncian los partidos de la oposición de izquierdas, sindicatos, rectores universitarios, miles de trabajadores de las ‘joyas de la corona’ en numerosas manifestaciones convocadas y otras organizaciones de defensa del sistema público.
El último sector en lanzar la voz de alerta ha sido el universitario. Los diez rectores de las universidades públicas de Andalucía han alertado de la inclusión de “una sexta entidad privada” en la comunidad, cuatro de ellas creadas casi de la noche a la mañana durante el mandato de Moreno Bonilla. Con la implantación de la Pontificia de Comillas, los rectores de las universidades públicas de Andalucía creen que la Junta “abre la puerta a una nueva y alarmante fase en esa estrategia de privatización del derecho a la educación superior en Andalucía”.
La rectora y los rectores de las universidades públicas andaluzas hablándole muy clarito a Moreno Bonilla y su gobierno privatizador. https://t.co/GuRUkpQGuJ
— Inmaculada Nieto (@InmaNietoC) July 8, 2024
Comillas pretende impartir enseñanzas universitarias oficiales del Grado de Enfermería en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud San Juan de Dios de Bormujos (Sevilla), desascrito de la Universidad de Sevilla. En un contundente comunicado, los rectores de las universidades públicas andaluzas consideran que esta medida “responde a una política de hechos consumados a todas luces indefendible”. La Junta se justifica alegando que no se pone un céntimo público en este centro, pero no dice nada de cómo se le abre las puertas para que pueda impartir enseñanzas oficiales en Andalucía. También en las cuentas públicas de la Junta para las universidades se saca pecho desde el ejecutivo andaluz. El modelo de financiación universitaria ha alcanzado este 2024 la cifra récord de 1.685 millones, un incremento del 4% respecto al ejercicio anterior. El 90% de esta cantidad va destinado a pagar las nóminas del personal universitario.
Esta misma dinámica es la que vienen denunciando reiteradamente oposición políticas y trabajadores, como por ejemplo los de Canal Sur, que, además de los incontables casos de manipulación, intrusismo y censura sufridos desde la dirección del ente público, también vienen denunciando la falta de medios y el progresivo deterioro de sus centros de producción provinciales, que redunda directamente en la calidad del servicio público que ofrecen.
El panorama de lo público comienza a ser desolador en Andalucía: manipulación informativa, listas de espera colapsadas, atención primaria bajo mínimos, déficit de personal docente y sanitario, cierre de aulas, universidades infrafinanciadas…
También en la educación infantil, primaria y secundaria se repite la misma forma de actuar por parte del ejecutivo de Moreno Bonilla. Pese a que la educación pública andaluza ha dispuesto de la “mayor inversión de la historia de la Junta de Andalucía” en el pasado curso escolar 2023-2024, con un incremento de 2.500 millones en los últimos cinco años, un 43% más que en 2018, hasta casi 8.900 millones, no han dejado de cerrarse aulas al tiempo que las ratios de alumnos por clase se mantienen en niveles por encima de la media legal establecida, pese al notable descenso de la natalidad experimentado en estos años.
Pero es la sanidad la que sigue ostentando el lugar de honor en críticas a una gestión más que cuestionable, pese al contundente presupuesto con que cuenta y del que no para de alardear el ejecutivo de Moreno Bonilla. En total, este 2024 la sanidad pública de la comunidad cuenta con 14.246 millones, un 45% más que en 2018. “Casi se ha duplicado desde que llegamos al Gobierno”, se enorgullece el presidente andaluz. Entonces, ¿a qué se debe el evidente malestar ciudadano con la atención primaria? ¿por qué no se alivian las colapsadas listas de espera quirúrgicas y diagnósticas, que no paran de crecer? ¿Por qué los trabajadores sanitarios muestran día tras día su malestar por la gestión de la consejera de Salud, Catalina García? Muchas preguntas que no tienen respuesta alguna o, a lo sumo, endebles, como la consabida de la consejera sobre el déficit crónico de profesionales sanitarios, que eligen otras comunidades para trabajar en condiciones más ventajosas.
Así, el actual gobierno de Moreno Bonilla ya no echa mano de la muletilla de la “herencia recibida” pero sí despeja balones fuera con excusas más o menos creíbles y consistentes, mientras la oposición sí va tomando conciencia de la “herencia” que recibirá, si alcanza el poder en próximas convocatorias electorales, de la gestión que el PP hace actualmente de los servicios públicos fundamentales.