Saben aquel que diu… que va un tío todo satisfecho con su coche de toda la vida, aparca en la puerta del Ayuntamiento de Barcelona, llega a la ventanilla y diu “a ver devuélvanme estas multas que el juez ha anulado la ordenanza de la ZBE”. Y el funcionario va y le contesta “de eso nada, ayer mismo pusimos otra ordenanza con distinto número, pero con las mismas condiciones, así que llévate el taco de multas y añade la que tienes bajo el limpiaparabrisas”.
Bueno, pues esto no es un chiste y estoy seguro de que ni pizca de gracia le hubiera hecho al mismísimo Eugenio, como tampoco se la hace a muchos barceloneses o a quienes queremos visitar la ciudad condal, con un vehículo sin etiqueta medioambiental.
Vamos a los hechos:
- Año 2019. Publicación de la ordenanza de ZBE en el BOPB.
- El Ayuntamiento publica un borrador de la ordenanza y abre periodo de alegaciones, apenas tiene en cuenta algún punto no relevante de entre las decenas que se reciben de diferentes colectivos.
- En cada acto que organiza la casa consistorial para hacer ver que esta ordenanza se ha consultado a la ciudadanía, se congregan grupos de ciudadanos que manifiestan que esto no es cierto.
- Se forma un pacto de movilidad formado por al menos 136 entidades en el que solicitan que se tengan en cuenta las alegaciones. Su discurso no es tenido en cuenta.
- La Síndica de Greuges presenta otro escrito de oposición al borrador que tampoco es tenido en consideración.
- A finales de diciembre se produce un pleno en el Ayuntamiento, con presencia de representantes de ASOCPARC, y, a pesar de las protestas de cientos de manifestantes fuera del edificio, se aprueba la ordenanza.
- Los barceloneses se toman las uvas con las conocidas restricciones de circulación.
- Año 2020. Se inician los expedientes sancionadores.
- Los movimientos ciudadanos deciden que la única manera de resolver el problema que acaban de crear es acudir a la justicia. Diferentes asociaciones y organismos empiezan a presentar recursos contra la ordenanza, cito estos tres, aunque hay al menos cinco:
- Associació de families nombroses de Catalunya (núm. 43/2020)
- Federación Empresarial Catalana d'Autotransport de Viatgers. (núm. 58/2020)
- Plataforma de Afectados por las Restricciones Circulatorias (núm. 59/2020)
- Tras periodo de gracia y prolongación por la pandemia, a mediados de septiembre se empiezan a poner multas.
- Año 2022. Se acumulan miles y miles de euros recaudados.
- Van saliendo las sentencias con el mismo veredicto: la sala de lo Contencioso Administrativo (sección quinta) del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña anula la ordenanza, pero sin sentencia firme.
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- Como la sentencia no es firme y recurrir para nuestros dirigentes es gratis porque los abogados del Ayuntamiento los pagamos nosotros con nuestros impuestos, el Ayuntamiento recurre junto con la Generalitat. Además, si luego hubiera que pagar costas, estas tampoco se abonarían del bolsillo de los políticos, sino que saldrían también del dinero de los contribuyentes. ¿Y si no hubiera suficiente en la caja? Ningún problema, se inventarían algún impuesto, como hicieron con el del CO2.
- Año 2023. La bolsa de la recaudación es de muy buena calidad pues, aunque entran miles y miles de euros, no revienta.
- En febrero el Ayuntamiento, que veía venir la decisión del Tribunal Supremo, hace una maniobra que podría calificarse como hábil o como perversa, yo me inclino por el último adjetivo. Esto es, deja sin efecto la ordenanza condenada y dicta otra diferente, con un contenido similar a la anterior conociendo sobradamente que los jueces han condenado esos mismos contenidos que se repiten en la nueva ordenanza.
- ASOCPARC y otros colectivos volvieron a presentar alegaciones. El caso que se les hizo fue el mismo que en el año 2019.
- Año 2024. Se inadmiten los recursos de casación del Ayuntamiento. Por tanto, desde junio ¡la sentencia es firme!
- Peeeero, como la ordenanza condenada es la antigua y ahora rige la nueva, aunque tenga los mismos contenidos, el Ayuntamiento sigue multando y aquí no ha pasado nada. El protagonista del “chiste” sigue pagando.
- ¿Cómo es posible que se pueda jugar con los ciudadanos de esta manera? ¿Cómo se puede permitir este juego en el que la banca siempre gana? Una banca que juega con el dinero de todos nosotros contra unos ciudadanos que se van a arruinar jugando a este engañoso juego. Unos políticos que no asumen ninguna consecuencia personal, profesional, ni económica por tramitar mal una ordenanza y violar derechos fundamentales. ¿Es esto justicia o cachondeo?
- Hay interpuesto otro recurso contra la nueva ordenanza que, por lógica, debería ganarse pues los argumentos son los mismos. La pregunta es ¿cuándo vaya a salir veredicto, volverá el Ayuntamiento a crear una nueva ordenanza similar para eludir a la justicia?
Para evitar esta situación los abogados de ASOCPARC han solicitado ejecución de sentencia, vamos a ver si finalmente este es el principio del fin de las Zonas de Bajas Emisiones ilegales.
Mientras tanto, y con la absoluta complicidad de la mayoría de los medios de comunicación, que omiten total o parcialmente una noticia de tantísimo calado:
- el Ayuntamiento de Barcelona y otros con condiciones similares como el de Madrid, siguen multando.
- el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, origen de la obligatoriedad de las ZBE, tampoco se da por aludido.
- y aparece un tercer actor que se une a la fiesta: el Ministerio de Transportes, que dice que no dará ayudas al transporte público a aquellas ciudades que no cumplan con la ley y creen ZBE. ¿Le importará algo el hecho de que la sección quinta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ¡¡¡YA HAYA TUMBADO ESTE MODELO ILEGAL DE ZBE!!!?.
Estos mismos medios de comunicación que corren a poner en primera página las declaraciones de nuestros políticos implicados que, en cuanto tienen ocasión, no dudan en afirmar que respetan y acatan las decisiones de los tribunales ¡VENGA YA!
Medios de comunicación que, en lugar de contrastar la información que publican, se dedican a repetir sus mantras una y otra vez:
- “se sanciona a los vehículos más contaminantes” cuando están sancionando “a los más antiguos”
- “la reducción del CO2 es necesaria porque nos estamos cargando el planeta”, cuando ya se ha demostrado sobradamente con informes del IPCC (ONU) que no es así. Lo que no nos cuentan es que el total de CO2 de la atmósfera es el 0.041 % de los gases de efecto invernadero y que TODA la actividad humana es responsable solo del 3 % de ese ínfimo porcentaje. Además, el C02 ¡es un gas necesario para la vida! (esto todavía se lo explican a los niños en los colegios)
- “es para mejorar la salud” cuando, por ejemplo, cualquiera puede ver cómo llegan a la ciudad de Barcelona los chorros de humo negro de los barcos y cruceros de la Zona Franca (fuera de la ZBE, por cierto) o los humos de la incineradora del Besós o los “buenos aires” del aeropuerto del Prat.
- Puede leerse lo siguiente en la pág. 35 de la sentencia núm. 969/2022 del recurso ordinario núm. 59/2020: “La existencia de un procedimiento ante la Comisión Europea justifica una intervención municipal urgente, pero no necesariamente determina la validez del modelo de planificación de la ordenanza, mayormente cuando no actúa sobre el principal foco de contaminación de NOX, que es el puerto”
- O, como dijo Mónica Xufré (ASOCPARC) en su entrevista en madridmarket.es “¿tú crees que si les importara algo la salud de las personas, sabiendo la acumulación de partículas PM10 y PM2,5 que hay en la ciudad de Barcelona, promoverían que la gente hiciera ejercicio en bicicleta al aire libre?”.
¿Qué más les voy a contar que no les haya dicho ya? Si quieren más información, ahí están las referencias de las sentencias.
Les importa más a los políticos seguir explotando la gallina de los huevos de oro que la salud o el bienestar de las personas o, como decía el popular periodista José María García, “cómo chupar del bote sin que éste se te agote”.
Y hablando de huevos, yo invito al gobierno de este país a sacar una ley que haga que los políticos no sean aforados y se den todas las facilidades para que puedan ser, en la práctica, condenados por delitos de malversación como cualquier mortal. Que no haya trabas para que esa justicia, que se pasan por el forro de los mismísimos, sea capaz de condenarlos, de mandarlos a la cárcel hasta que realmente devuelvan todo lo malversado. Después, a ver si son capaces de ganarse la vida honradamente, utilizando ese maravilloso transporte público o desplazándose a pie o en bicicleta.
Saben aquel que diu… ¡A qué no hay huevos, tú!