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Ordenadores, tablets y pizarras digitales en la escuela

José Amestoy Alonso
José Amestoy Alonso
Escritor y profesor licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación son Climatología, Medio Ambiente y Tercer Mundo.
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análisis

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La informática e internet en educación infantil y primaria ha fracasado pues los niños tienen menos capacidad lectora y comprensiva y de escritura a mano.

Hay niños de 13 años y menos que balbucean al leer un texto en papel y su capacidad de comprender el texto es prácticamente nula, y escribir con un lápiz en un papel lo hacen como si tuvieran la edad de un parvulito

Al estar constantemente viendo imágenes en una pantalla, su mente no desarrolla creatividad ni imaginación pues ya se lo dan todo hecho en el ordenador, móvil, pizarras digitales, tablets.

Esta conclusión y otras han llevado a Suecia  a la vuelta del libro como herramienta de estudio en las escuelas, como veremos.

Un libro es el mejor amigo de un niño, de un adolescente, de un joven o de un adulto, es la mejor herramienta para aprender, no solo contenidos, sino capacidad lectora comprensiva; y junto a él un cuaderno y un lapicero es lo que necesitan para aprender a escribir.

La tecnología es importante, sí, pero como asignatura no como la panacea para sustituir a unos libros que cada alumno tiene que tener gratis en la escuela y trabajar con ellos.

Pongamos un ejemplo, en un móvil existe una calculadora que tiene los signos de sumar, restar, multiplicar y dividir y un igual que da el resultado de la operación. Pues bien, el niño no tiene más que teclear el signo que le interese según lo que le hayan puesto para resolver y darle al signo igual y ver el resultado. Pero realmente ¿sabe en papel y lapicero resolverlo?; es decir, ¿sabe sumar, restar, multiplicar y dividir? La respuesta es NO.

España, como en casi todo, está a remolque de lo que les imponen los gurús de la informática y de la tecnología mal entendida. Y los últimos informes señalan que los niños de infantil y primaria tienen graves deficiencias en lectura comprensiva, en matemáticas y en escritura. Normal, la pantalla se lo da todo hecho y por ello no aprenden a aprender. Es lamentable, además, que en escritura, números, y lectura comprensiva, España está situada en un ranking muy bajo.

Según el país.com, los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas.

En Silicon Valley proliferan los colegios sin tabletas ni ordenadores,  y las niñeras con el móvil prohibido por contrato.

Escuelas de medio mundo se esfuerzan por introducir ordenadores, tabletas, pizarras interactivas y otros prodigios tecnológicos. 

Pero aquí, en el Waldorf of Peninsula, colegio privado donde se educan los hijos de directivos de Apple, Google y otros gigantes tecnológicos que rodean a esta antigua granja en la bahía de San Francisco, no entra una pantalla hasta que llegan a secundaria.

La primera conclusión es la de que los magnates de la informática y todos sus artilugios crean, en países de bajo nivel cultural, y me refiero a Europa, a los ciudadanos la necesidad de comprar todos sus artilugios y como «hay que estar al día», pues si no te califican de infravalorado culturalmente, origina en los mediocres políticos de estos países la necesidad de legislar leyes de Educación, que en teoría son » muy bonitas» pero en la práctica diaria docente dejan mucho que desear e invierten millones de € en comprar tablets, ordenadores, pizarras virtuales. 

En España, como no iba a ser menos, en la actualidad en torno al 50% de las escuelas e institutos públicos tienen pizarras digitales para el profesor y un ordenador para el alumno.  En los colegios privados concertados, los alumnos tienen que comprar, bueno sus padres, los ordenadores, al módico precio de 600-700€. En este contexto, el profesor utiliza la pizarra sin demasiados conocimientos de informática de espaldas a los alumnos y estos ven, eso sí, ven cuando prestan atención(este sistema se presta a que el alumno, que en general no está motivado no aprenda y para el profesor es más descansado que tener que explicar el tema o parte de él mirando a los alumnos, que así si prestan más atención los niños pues también los controlan más) lo que explica.

Siguiendo la misma fuente, en la escuela de Palo Alto en pleno corazón de Silicon Valley «la profesora, armada con tizas de colores, suma fracciones en el gran encerado, enmarcado en madera rústica, que cubre la pared frontal de la clase. Los niños de cuarto grado, de 9 y 10 años, hacen sus cuentas en los pupitres con lápiz y cuartillas. El aula está forrada de papeles: mensajes, horarios, trabajos de los alumnos. Ninguno ha salido de una impresora. Nada, ni siquiera los libros de texto, que elaboran los propios niños a mano, ha sido realizado por ordenador. No hay detalle alguno en esta clase que pudiera desentonar en los recuerdos escolares de un adulto que asistió al colegio el siglo pasado. Pero estamos en Palo Alto. El corazón de Silicon Valley. Epicentro de la economía digital. Hábitat de quienes piensan, producen y venden la tecnología que transforma la sociedad del siglo XXI».

«Los adultos que mejor comprenden la tecnología de los móviles y las aplicaciones quieren a sus hijos lejos de ella. Los beneficios de las pantallas en la educación temprana son limitados, sostienen, mientras que el riesgo de adicción es alto.

Los pioneros lo tuvieron claro desde muy pronto. Bill Gates, creador de Microsoft, limitó el tiempo de pantalla de sus hijos. “No tenemos los teléfonos en la mesa cuando estamos comiendo y no les dimos móviles hasta que cumplieron los 14 años”, dijo en 2017. “En casa limitamos el uso de tecnología a nuestros hijos”, explicó Steve Jobs, creador de Apple, en una entrevista en The New York Times en 2010, en la que aseguró que prohibía a sus vástagos utilizar su recién creado iPad. “En la escala entre los caramelos y el crack, esto está más cerca del crack”, apuntaba también en The New York Times Chris Anderson, exdirector de la revista Wired, «biblia de la cultura digital», según el país.com

Como decíamos al comienzo del artículo, Suecia tras comprobar en un informe, del que hablaremos más abajo, ha sustituido las herramientas digitales, que hace unos 7 años las consideraron la panacea para que los niños aprenderán más y mejor y hoy las han sustituido por los libros de texto, tantos como asignaturas tengan en infantil y primaria, pues los resultados en lectura comprensiva, en matemáticas y escritura con papel y lapicero han sido peores que cuando iniciaron este invento en clase; es decir, han experimentado con los niños el nefasto método digital.

Según RFI – Noticias del mundo en directo – Radio Francia Internacional, «Las escuelas suecas dan marcha atrás en el uso de pantallas y vuelven a los libros de texto ¿Ha ido Suecia demasiado lejos en la digitalización de sus escuelas? Eso es lo que piensa el gobierno de centro-derecha, que culpa a las pantallas del descenso del rendimiento de los alumnos. Se destinarán 60 millones de euros a reequipar las aulas con manuales en un país donde los niños están expuestos a las pantallas desde la guardería».

Según Carlotta Morteo, corresponsal en Estocolmo, señala que «el gobierno sueco da marcha atrás. El 15 de mayo, la ministra de Educación, Lotta Edholm, decidió enterrar la estrategia presentada en 2022 por la Agencia Nacional de Educación Escolar en materia de aprendizaje digital».

Según Nius Diario.es, de fecha 4/6/2023, «esta semana hemos conocido que las escuelas suecas dan marcha atrás en el uso de las pantallas y vuelven a los libros de texto. El país nórdico llevaba meses debatiendo y cuestionando el papel de los ordenadores y las tabletas en las aulas. Los resultados en el último informe Pirls (sobre comprensión lectora) han hecho saltar las alarmas.

El hecho de que Suecia, que fue pionera en la digitalización de las aulas, eche el freno ahora y decida no invertir más en tecnología y poner el énfasis en el papel plantea el interrogante de si es el comienzo de un cambio de tendencia generalizado en toda Europa.

El resultado de España en el informe Pirls fue peor que el de Suecia. Nuestros estudiantes obtuvieron 521 puntos, siete menos que en 2016, lo que deja a España por debajo de la media del conjunto de los países de la OCDE, a siete puntos del promedio de la Unión Europea, y muy lejos de los primeros puestos.

El debate sobre si es conveniente o no la digitalización de las aulas está en la calle y son cada vez más los colegios e institutos españoles que están optando por abandonar las tablets y recuperar los libros de texto».

Al margen de la digitalización en España, a partir de terminada la Ley Villar Palasí, en la que se estudiaba la EGB y el BUP, se han ido sucediendo distintas leyes según el gobierno de turno. Una buena Ley de Educación debe durar no solo una o dos legislaturas y luego cambiarla por otra peor y así sucesivamente, sino debe permanecer un largo periodo de tiempo. Pues el cambio de leyes de Educación hechas por personas sin conocimientos pedagógicos y de contenido  hace que cada cambio se vayan perdiendo conocimientos en todas las asignaturas, y así año tras año salen los alumnos peor preparados hasta llegar a presentarse opositores con numerosas faltas de ortografía. ES LAMENTABLE QUE EL NIVEL CULTURAL Y CIENTÍFICO SE VAYA PAULATINAMENTE DETERIORANDO.

España debe hacer una Ley de Educación consensuada entre los representantes de todos los , catedráticos, profesores,  maestros, y pedagogos que dure para varias generaciones, una Ley de Educación integral dónde se formará a los jóvenes personal e intelectualmente; pero esa esperada Ley nunca llegó, el Congreso de los Diputados se utiliza más para insultar y discutir que para dialogar.

Además una buena Ley de Educación no debe redactarse en los despachos por psicólogos y personal del Ministerio que no han pisado un aula con niños dentro, en una buena Ley de Educación deben intervenir los Inspectores de Educación, que para eso se les denomina los «padres de la enseñanza», catedráticos de Institutos, profesores que pisan las aulas con niños dentro y conocen o deben conocer los intereses de los alumnos, de los niños, maestros de infantil y primaria que están en contacto directo con los infantes, y nunca las editoriales a las que se les dará el manuscrito de cada asignatura y no añadan o quiten contenidos.

Y por supuesto eliminar la digitalización como instrumento de aprendizaje; ésta debe empezar a utilizarse en Bachillerato, es decir hasta que no tengan 17 años y estén formados intelectualmente.

¿Quiénes son los responsables de la digitalización en las aulas de infantil, secundaria y en casa?. Desde luego los grandes magnates de la informática, que como hemos visto sus hijos no ven la pantalla a ninguna hora del día, pero la venden como la panacea de todo; luego los políticos que admiten que se utilice en clase, los maestros, profesores, catedráticos, y como no los padres que les compran el primer smartphone cuando casi no tienen dientes o la consola para tenernos entretenidos y no les molesten, pero ¿no saben que estas herramientas generan adicción y muchos juegos de pantalla agresividad?.

Por último, la adicción a los móviles y ordenadores es tan inmensa que algunos hij@s denuncian a sus padres por quitarle el móvil: hoy 16 de junio de 2023 una niña ha denunciado a su padre por quitarle el smartphone después de estar con él horas y horas hasta las 2 de la madrugada todo el fin de semana, y cuando el padre regresó de trabajar le quitó el móvil y la niña de 13 años lo denunció porque dijo que le había hecho daño en el brazo. El resultado final ha sido que la justicia ha exculpado al padre de daños. 

¿Hasta dónde vamos a llegar?

No a la digitalización en las escuelas por todo lo explicado anteriormente.

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