Ayuso se escuda en bulos y ataques a Ribera y Sánchez mientras Madrid enfrenta el caos sanitario

La presidenta carga contra Ribera, Sánchez y las familias de las víctimas de las residencias, pero no responde por su gestión de la sanidad pública

21 de Noviembre de 2024
Actualizado el 22 de noviembre
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Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid

La sesión de control de este jueves en la Asamblea de Madrid volvió a ser un espectáculo de distracción protagonizado por Isabel Díaz Ayuso. En lugar de abordar los problemas reales de la región, la presidenta optó por una batería de ataques personales, bulos y comparaciones absurdas, dirigiendo su artillería contra Pedro Sánchez, Begoña Gómez y Teresa Ribera. Sin embargo, estas tácticas no pueden ocultar el deterioro de la sanidad pública madrileña y la falta de respuestas sobre las miles de muertes en residencias de mayores durante la pandemia.

Ribera y el bulo de la DANA: ¿a qué juega Ayuso?

Uno de los blancos principales de Ayuso fue Teresa Ribera, nombrada recientemente comisionada europea. A pesar de que este reconocimiento supone un refuerzo para la representación española en la Unión Europea, Ayuso aprovechó la ocasión para culpar a Ribera de la tragedia de la DANA en Valencia, lanzando acusaciones infundadas sobre su gestión. "Después de lo que pasó en Valencia, hay que tener ego para ir a ponerse medallas a cualquier sitio", afirmó Ayuso, sin aportar pruebas que respalden su afirmación.

Estas declaraciones, respaldadas por los aplausos de su bancada, son un ejemplo más del estilo populista de la presidenta. Ribera, que en ningún momento tuvo responsabilidad directa sobre la gestión de la DANA, se ha convertido en otro recurso de Ayuso para desviar la atención de sus propias deficiencias. La estrategia de usar tragedias para atacar a rivales políticos refleja una profunda falta de ética y seriedad.

Begoña Gómez y Freddie Mercury: el nivel del debate político

En un giro que rozó el surrealismo, Ayuso también dedicó tiempo a hablar de Begoña Gómez, esposa del presidente Sánchez, comparándola con Freddie Mercury. “Espero que no le comparen también con Freddie Mercury, como han hecho con Begoña Gómez, porque se nos quedó afónica”, declaró, refiriéndose a una comparecencia de Gómez en la Asamblea. Estas intervenciones, más propias de un programa de humor que de una cámara legislativa, demuestran la incapacidad de Ayuso para centrarse en los asuntos que verdaderamente preocupan a los madrileños.

El protocolo de las residencias: una deuda pendiente con las víctimas

El punto más controvertido de la sesión llegó cuando Ayuso volvió a referirse a las demandas judiciales por la gestión de su gobierno durante la pandemia. La presidenta insinuó que hay intereses ocultos detrás de las familias que buscan justicia por las 7.291 muertes en residencias de mayores en Madrid. "No sé de dónde sacan tanto dinero para financiar esos pleitos", afirmó, en un intento de desacreditar a quienes exigen respuestas por el protocolo que prohibió el traslado de mayores a hospitales.

Este desprecio hacia las familias afectadas es una muestra más de la insensibilidad de Ayuso. En lugar de asumir su responsabilidad y trabajar por la verdad y la reparación, la presidenta opta por atacar a las víctimas y presentarse como una mártir de la oposición. Sin embargo, el dolor de estas familias no puede ni debe ser ignorado.

La sanidad pública: víctima del modelo Ayuso

Mientras Ayuso se enreda en batallas políticas, la sanidad pública madrileña sigue hundiéndose. Las listas de espera quirúrgicas han alcanzado cifras récord, los centros de salud están desbordados y la atención primaria, que debería ser el pilar del sistema, sufre una grave falta de personal y recursos. Este deterioro no es casualidad, sino el resultado de años de privatizaciones y desinversiones impulsadas por el gobierno de Ayuso.

La presidenta intenta culpar al Gobierno central de esta situación, pero la realidad es que Madrid tiene las competencias exclusivas en sanidad. Ayuso ha priorizado los intereses de las empresas privadas sobre las necesidades de los ciudadanos, creando un sistema dual donde quienes pueden permitírselo recurren a la sanidad privada, mientras el resto se enfrenta a un sistema público colapsado.

MUFACE: un acierto entre tanto desastre

En medio de este caos, Ayuso tuvo un momento de lucidez al criticar la confusión generada por la ministra de Sanidad, Mónica García, de Más Madrid, en relación con MUFACE. Aunque García rectificó rápidamente su declaración sobre la posible eliminación de este sistema, Ayuso supo capitalizar el error para presentarse como defensora de los funcionarios. “No sé por qué los sindicatos no salen a defender a los funcionarios a los que van a quitar su MUFACE”, afirmó, ganando puntos entre los afectados por la polémica.

Sin embargo, este acierto puntual no compensa los años de desidia hacia los servicios públicos de la Comunidad. La sanidad pública, que debería ser un derecho universal y de calidad, ha sido sistemáticamente desmantelada bajo su gestión.

Madrid necesita soluciones, no espectáculos

La sesión de control de este jueves fue un reflejo del estilo de gobierno de Isabel Díaz Ayuso: populismo, ataques personales y una absoluta falta de responsabilidad. Mientras la presidenta dedica su tiempo a criticar a Ribera, Sánchez y hasta a Begoña Gómez, los problemas reales de Madrid siguen sin resolverse. La sanidad pública, las residencias de mayores y las infraestructuras esenciales necesitan atención urgente, pero Ayuso parece más interesada en alimentar su narrativa política que en gobernar para los ciudadanos.

Madrid merece un gobierno que se tome en serio los desafíos que enfrenta la región, y no una presidenta que utiliza la Asamblea como un escenario para su espectáculo personal. Es hora de que Ayuso deje de lado los bulos y los ataques y empiece a trabajar por el bienestar de los madrileños. La Comunidad no puede seguir esperando.

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