Pese a lo que pueda parecer, las relaciones entre Feijóo y Mazón son tensas. Muy tensas, podría decirse. El líder popular reúne este lunes a sus barones territoriales en Madrid (Comité Ejecutivo Nacional) y a esa cita no acudirá Carlos Mazón, el delfín valenciano para el que ha podido comenzar la caída en desgracia. “Es lo mejor, no hay que desvirtuar el mensaje”, aseguran fuentes de la dirección nacional citadas por Artículo 14, un diario web habitualmente bien informado sobre todo lo que se cuece en Génova 13.
Feijóo ha dado la orden de pasar página en Valencia. Se abre un nuevo tiempo con el decisivo Congreso Europeo del PP en la capital del Turia, un evento con el que la derecha tradicional pretende exhibir músculo frente al auge de la extrema derecha en todo el viejo continente. El acto es de la mayor trascendencia para el futuro del proyecto democristiano y, sin embargo, Mazón, el anfitrión, no va a ser el protagonista. El programa de actos está casi concluido y el hombre de El Ventorro, responsable de la nefasta gestión de la riada del 29 de octubre con 228 fallecidos, apenas aparece. “Van a diluir su papel. Perfil bajo, nada de discursos, una foto o saludo de presentación y poco más”, aseguran fuentes populares.
En el PP son muchos los que sienten vergüenza cuando oyen hablar del presidente de la Generalitat Valenciana. Mazón ha sido invitado, pero está por ver si acude, ya que le han asignado un papel de segundón que, obviamente, lo deja en muy mal lugar. El honorable está enfadado. No entiende por qué la dirección nacional juega ahora a esconderlo en el armario cuando hace solo dos meses lo apoyaba sin fisuras y la estrategia era totalmente diferente: echarle la culpa al Gobierno de las decisiones que se tomaron aquella tarde trágica de la dana. Es evidente que el guion ha cambiado y que Feijóo ha pasado de la defensa sin ambages de su barón levantino a restarle peso específico. Ver a Mazón subido al atril del Congreso del PP Europeo es una imagen demasiado fuerte que los conservadores del viejo continente no entenderán. Y ahí ha podido empezar la caída a los infiernos del honorable.
“Que las autoridades de la Comunitat y las autoridades locales acudan al congreso será lo normal, van a estar invitadas y, si su agenda se lo permite, yo creo que deben de asistir”, aseguró Feijóo en una rueda de prensa en Bruselas. Pero en realidad, lo que estaba diciéndole a los periodistas era que no va a ser el congreso que apuntale a Mazón en la poltrona, sino más bien lo contrario.
Todo está previsto para el gran evento conservador del próximo 29 y 30 de abril. ¿Dónde estará Mazón entonces? Nadie puede asegurarlo. Su posición es cada día más insostenible y cualquier cosa puede ocurrir. El propio Mazón se siente abandonado por los suyos, tirado en la cuneta, como suele decirse, de ahí que haya dado comienzo a una estrategia propia consistente en acercarse a la extrema derecha de Vox. El reciente “pacto de la vergüenza”, por el que el partido de Abascal dio su apoyo a los Presupuestos valencianos a cambio de que Mazón incluya las exigencias ultras (derogación de la Agenda Verde, de la ley de memoria histórica y de las políticas de igualdad contra el machismo) es, no solo un aviso a navegantes del presidente de la Generalitat para la dirección nacional de Madrid, sino una huida hacia adelante. Mazón se radicaliza, se voxiza, podría decirse, y esa estrategia del autónomo que va a su aire causa recelo entre muchos populares a las puertas del Congreso Europeo de Valencia.
“Para buscar una fotografía de unión hay que retroceder a principios de enero. Mazón estuvo junto a Feijóo y sus homólogos autonómicos en Asturias, en un retiro de varios días para diseñar la estrategia. El valenciano recibió una ovación pública por parte de los suyos, aunque, en privado, se vivieron momentos de tensión. El ambiente no era el mejor que digamos, en palabras de uno de los asistentes. Ya por entonces, varios barones y miembros de la dirección deslizaban en privado que Mazón está achicharrado en términos políticos”, asegura una información de Artículo 14, el periódico de Pablo Montesinos, el que fuese estrecho colaborador de Pablo Casado.
“Hasta hoy, no se había vuelto a dar el contexto para el reencuentro. Si bien, las fuentes consultadas tanto en Génova como en el PP valenciano restan importancia al hecho de que Mazón no acuda al Comité. Es habitual que falten presidentes autonómicos, explican en Génova. Por ejemplo, este lunes tampoco se desplazará a la capital Alfonso Fernández-Mañueco, el presidente de Castilla y León”, añade al citado diario.
Las aguas bajan revueltas para Mazón. Por mucho que se haya blindado con Vox, su posición sigue siendo insostenible. Feijóo lo ha condenado a un ridículo puesto de segundón en el Congreso de Valencia, y ese puede ser el principio de su fin.