No puede negarse que el equipo de profesores de la Escola Bellaterra (Barcelona) haya hecho todo lo posible por la educación de los menores sustraídos en el Caso Magundayao. En el caso de Gerard, de 6 años, la directora contactó con Regina Magundayao Valdez para ofrecer a distancia la continuidad del tratamiento de logopedia.
Gerard mostró cierta dificultad en el lenguaje desde su entrada en la escuela con 3 años, porque de pequeño había estado dos años muy aislado con su madre, sin contacto con otros niños. Por el contrario, su habilidad en matemáticas era notable, a pesar de no captar exactamente el sentido de las frases que oía.
En consecuencia, entendiendo que era muy importante el desarrollo lingüístico del menor, la escuela de Barcelona ofreció a la madre un sistema de sesiones por videollamadas para terminar de consolidar las lenguas maternas (castellano y catalán). El tratamiento del logopeda había dado buen resultado durante dos años y se esperaba que, por fin, en este tercer año se pudiera dar por finalizado.
Sin embargo, según denuncia a Diario16+ la familia de los dos niños, la madre no aceptó el tratamiento a pesar de la insistencia del centro educativo que, justo la semana pasada, envió su último correo electrónico a Regina Magundayao Valdez. No hubo respuesta.
Pérdida de plaza escolar: nadie espera nada de Regina
La Escola Bellaterra es un centro muy solicitado entre las familias de la zona, cosa que obliga a dejar las plazas de Gerard y Laia libres ante la negativa de la madre de devolverlos a España y, ni siquiera, aceptar un sistema de formación a distancia.
Laura Rodríguez, portavoz de la familia, señala a Diario16+ que el centro es educativamente privilegiado por la configuración social. Nos dice “todo el mundo quisiera que sus hijos estudiaran en una escuela situada dentro de un campus universitario, que permite el acceso al Instituto Pere Calders, conocido por sus altas notas en las pruebas de acceso a la universidad”, y añade, “además, al haber profesores de universidad extranjeros que llevan sus hijos a esta escuela, es normal que los pequeños tengan un entorno educativo muy estimulante”.
Lamentablemente, la semana pasada la dirección del centro tuvo que comunicar el inicio del trámite para la pérdida de la plaza escolar de Gerard y Laia a los padres. Rodríguez señala que sólo un gesto de última hora de la madre podría revertir la situación. “Si ella volviera ahora mismo a España todavía se podrían salvar estas dos plazas porque la familia no ha sido notificada”. Sin embargo, apunta que ya nadie espera nada de Regina, en lo referente a mirar por el futuro educativo de sus hijos.