Mientras los líderes mundiales están reunidos en Azerbaiyán para la COP29, los partidos de centro-derecha y extrema derecha en el Parlamento Europeo se han unido para comenzar en Bruselas a desmantelar el Pacto Verde de la UE, tras una serie de votaciones sobre el Reglamento de lucha contra la deforestación importada aprobado en junio de 2023 y que está previsto que entre en vigor el 1 de enero de 2025.
Según Greenpeace, las enmiendas al Reglamento de Deforestación de la UE (EUDR) que la mayoría de los eurodiputados han respaldado hoy con sus votos generan lagunas y una inseguridad jurídica que abrirá la ley a futuros cuestionamientos. Las propuestas de cambio crean confusión y permitirán que se sigan destruyendo los ecosistemas forestales para producir soja, aceite de palma, carne de vacuno o pasta de papel.
Sébastien Risso, director de política forestal de la UE de Greenpeace ha dicho: “Más de un millón de ciudadanos de la UE exigieron una ley estricta para proteger los bosques y en 2022 la obtuvieron. Por lo tanto, es absolutamente vergonzoso que ahora, casi dos años después, el Partido Popular Europeo haya abandonado su anterior apoyo a esta ley tan necesaria a la luz de la emergencia climática, y se haya asociado con partidos populistas y de extrema derecha para debilitar drásticamente el reglamento de la UE sobre deforestación. Las empresas y terceros países se han estado preparando para esta ley desde su adopción el año pasado. El abrupto abandono de principios por parte del PPE, pocas semanas antes de que la ley entre en vigor, amenaza con socavar la confianza en la capacidad de la UE para proporcionar un entorno legal estable para empresas e inversores. En primer lugar, la Comisión Europea nunca debería haber abierto la puerta a este caos y ahora debe retirar su propuesta para evitar daños mayores. Los bosques del mundo no pueden esperar”.
El Parlamento Europeo votó a favor de modificar el Reglamento de Deforestación de la UE (EUDR), una ley que obliga a los vendedores de productos como carne de vacuno, café, chocolate, aceite de palma y madera a demostrar que sus productos están libres de deforestación, mediante la creación de una categoría de países “sin riesgo”, dentro del sistema de evaluación de países según el riesgo de deforestación. Estos cambios socavan los objetivos y la eficacia del EUDR, al introducir lagunas y crear riesgos de elusión. El EUDR ya tiene una categoría de “bajo riesgo” que cubre países con riesgo de deforestación sólo en casos “excepcionales”.
Sin embargo, en el actual texto del Reglamento ya existía la categoría de “bajo riesgo”, donde estos países deben identificarse según un conjunto de criterios objetivos y cuantitativos e, incluso para los productos provenientes de países de bajo riesgo, se aplicarán salvaguardias básicas para garantizar que los productos estén libres de deforestación: trazabilidad, transparencia de la cadena de suministro, el respeto al estándar libre de deforestación y la obligación de presentar una declaración de debida diligencia.
La categoría “sin riesgo”, por el contrario, permitirá que una gran parte del comercio con riesgo de deforestación pase desapercibido, eliminará los requisitos básicos de trazabilidad y transparencia, dispensará a las empresas de la evaluación de riesgos y las hará prácticamente inmunes a los controles. Sólo el 0,1% de las empresas que importen bienes “sin riesgo” estarán sujetas a inspección.
Dado que algunos países estarían exentos de los controles del EUDR gracias a la nueva categoría de “sin riesgo”, las enmiendas destruirían la “igualdad de condiciones” entre países que se había elaborado cuidadosamente en las negociaciones previas al acuerdo del EUDR de 2022. También recompensará a las empresas que continuaron con sus actividades habituales, al tiempo que penalizará a aquellas que invirtieron para estar listas para el EUDR en enero de 2025.
Los eurodiputados también respaldaron la propuesta inicial de la Comisión Europea de retrasar un año la aplicación de la ley
Los bosques del planeta son ecosistemas críticos para la vida en el planeta. Estabilizan el clima, permiten que la biodiversidad prospere y proporcionan medios de vida a millones de personas. Greenpeace ahora pide a la Comisión Europea que retire la propuesta modificada por los eurodiputados y que siga adelante según el calendario original para la aplicación del EUDR a partir del 30 de diciembre de 2024.
Las enmiendas presentadas por la eurodiputada del Partido Popular Europeo Christine Schneider (CDU, Alemania) entran en conflicto con el mensaje claro de la Comisión al anunciar su propuesta de retrasar el EUDR de que no quiere poner en duda los objetivos o el fondo de la ley, como se acordó el año pasado por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los gobiernos nacionales de la UE.
Anteriormente, el PPE dirigió las negociaciones sobre el EUDR y lo defendió hasta este año, cuando el partido cambió abruptamente de tono y comenzó a describir como un “monstruo burocrático” el mismo reglamento que este partido había coescrito, votado y celebrado.
La mañana de la votación, frente a una feroz oposición de empresas y grupos industriales, organizaciones de la sociedad civil, inversores, ciudadanos y otros partidos políticos en el Parlamento Europeo, el PPE retiró varias otras enmiendas, retirando de la mesa un plan para extender el retraso de la entrada en vigor a dos años y también eliminando las demandas para eximir a los grandes comerciantes de las obligaciones de diligencia debida.
Próximos pasos
La Comisión Europea puede retirar su propuesta inicial si determina que las enmiendas van demasiado lejos. Si la Comisión no retira su propuesta, los eurodiputados tendrán que negociar con los gobiernos nacionales de la UE, que ya han dado su aprobación a un retraso de un año en la aplicación del EUDR sin buscar más cambios. Queda muy poco tiempo para que se lleven a cabo estas negociaciones, ya que el EUDR debería aplicarse a partir del 30 de diciembre de 2024.