Sólo faltan 11 días para que venza el plazo que tiene el Gobierno para presentar ante Bruselas el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), yGreenpeace revela que la falta de ambición climática de las comunidades autónomas sitúa a España a la cola de la reducción de emisiones en la Unión Europea. Según el análisis que acaba de presentar la organización, de las 17 comunidades autónomas, 15 cuentan con planes climáticos que no evitarían un calentamiento superior al 1,5 grados y 10 de ellas tienen un objetivo menos ambicioso que el propuesto por el Gobierno central.
Tan solo dos comunidades autónomas, Asturias y Navarra, tienen un objetivo de reducción de emisiones en línea con el Acuerdo de París. En el lado opuesto, Castilla y León, que ni siquiera ha fijado un objetivo de reducción de emisiones, y La Rioja y Extremadura, que planean que sus emisiones en 2030 sean todavía mayores que las de 1990.
Para Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña contra el Cambio Climático de Greenpeace, "España está lejos de ser líder de la acción climática en Europa, pues los objetivos actuales de reducción de emisiones de efecto invernadero nos llevan a un calentamiento global mayor del 1,5º. Es responsabilidad de todas las Administraciones aumentar la ambición climática: desde las comunidades autónomas a los ministerios de Transporte, Vivienda y Agricultura y Pesca, no solo el Ministerio de Transición Ecológica". Asimismo que recordado que "estamos en una verdadera emergencia climática y se siguen presentando planes como si esto fuera un problema secundario. Todas las Administraciones públicas tienen que ser conscientes de la urgencia y los beneficios de la transición ecológica para el conjunto de la sociedad y el planeta y hacer lo que les corresponde para que el plan que presente España esté a la altura".
El análisis de Greenpeace muestra las principales deficiencias de la planificación de la acción climática en España, indica los objetivos que deben fijarse y aporta seis propuestas concretas para reducir las emisiones en el corto plazo.
El informe, que explica la importancia de no sobrepasar el límite físico de calentamiento de 1,5ºC, compara el objetivo de reducción de emisiones en 2030 con respecto a 1990 tanto entre los países de la Unión Europea como entre comunidades autónomas y demuestra que España no lidera estos objetivos climáticos; al contrario, se encuentra entre los países con menor ambición.
La comparación entre comunidades autónomas de los objetivos de reducción de emisiones para 2030 con respecto a las de 1990 muestra que tienen muchos deberes por delante y deben ser más ambiciosas en sus objetivos y planes. De las 17 comunidades autónomas, 15 de ellas no alcanzan la ambición climática necesaria (reducción de emisiones del -55% con respecto a 1990, para evitar un calentamiento mayor al 1,5ºC). De hecho, la mayoría de ellas (10) tienen un objetivo menos ambicioso que la propuesta actual del Gobierno central (-32%). Especialmente sangrantes son los casos de Castilla y León -la única comunidad que ni siquiera ha fijado un objetivo de reducción de emisiones para 2030 – y de La Rioja y Extremadura, que pretenden que sus emisiones en 2030 todavía sean mayores a las de 1990: +46% en La Rioja y +53% en Extremadura.
Solo Asturias y Navarra cumplen con la meta del Acuerdo de París, ya que se han fijado como objetivo reducir sus emisiones un 55% en 2030 con respecto a 1990. Sin embargo, en el caso de Navarra las organizaciones sociales han denunciado recientemente la falta de implementación.
Además, tres de las cuatro comunidades con mayor proporción de emisiones de gases de efecto invernadero, Andalucía, Cataluña y Madrid, cuentan con objetivos menos ambiciosos que los fijados por el Gobierno central, por lo que tienen una gran responsabilidad con su ciudadanía para mejorar su planificación y acción climática.
La contaminación atmosférica causó 8,1 millones de muertes en todo el mundo en 2021
A los datos aportados por Greenpeace se suma el nuevo informe Estado del aire global del Instituto de Efectos sobre la Salud, una organización independiente de investigación sin ánimo de lucro con sede en Estados Unidos, que detalla el aumento y las repercusiones de la contaminación atmosférica en la salud, que ha adelantado al tabaco y a la mala alimentación como factor de riesgo de muerte.
Si estudios anteriores, cifraban las muertes por la contaminación atmosférica en siete millones anuales, el informe concluye que esta fue responsable de 8,1 millones de muertes en todo el mundo en 2021, lo que muestra un avance constante.
Además de estas muertes, muchos millones más de personas viven con enfermedades crónicas debilitantes, lo que supone una enorme presión para los sistemas sanitarios, las economías y las sociedades.
Comunidad de Madrid y Canarias encabezan los peores resultados en contaminación por partículas y ozono
Según Ecologistas en Acción, casi 33 millones de personas estuvieron expuestas en 2023 a unos niveles de contaminación que exceden los nuevos límites aprobados para 2030 por el Parlamento Europeo. En el segundo año más cálido desde que se dispone de registros, se produjeron numerosos episodios de contaminación por partículas y por ozono, presentando las peores situaciones respectivamente Canarias y la Comunidad de Madrid.
Las principales áreas urbanas españolas incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno, el contaminante más relacionado con el tráfico. Pero sólo una veintena de ciudades han implantado las preceptivas zonas de bajas emisiones.
Un estudio de la organización ecologista ha analizado los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas las de los principales aeropuertos y puertos estatales.
Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos, y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea, el aire contaminado afectó en 2023 a toda la población española y a 454.000 kilómetros cuadrados, el 90 % del territorio.
La contaminación del aire debería abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 fallecieron prematuramente hasta 21.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, 10.000 de ellas en episodios de alta contaminación, según el Instituto de Salud Carlos III. Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan, según el Banco Mundial, 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español.