En respuesta a los criterios finales de "referencia" de la Comisión Europea para los países bajo su ley antideforestación, Giulia Bondi, activista senior de la UE en Global Witness, afirma que "el sistema de evaluación comparativa lamentablemente no alcanza lo que exige la ciencia, ya que países como Brasil y Paraguay no están clasificados como de ‘alto riesgo’, a pesar de que la crisis de deforestación consume bosques críticos para el clima como la Amazonia y el Gran Chaco".
Considera que, en la práctica, "esto no debería socavar el poder de esta ley para salvar los bosques. Incluso al comercializar productos producidos en un país de riesgo bajo o estándar, las empresas deberán demostrar que sus cadenas de suministro están libres de deforestación y abusos contra los derechos humanos".
También señala que "la ley antideforestación sigue siendo un avance enorme y difícil de conseguir para los consumidores de la UE y la acción climática. Ahora podemos empezar a cerrar la puerta a los productos contaminantes en Europa para siempre".
El sistema de evaluación comparativa clasifica a los países como de riesgo alto, estándar o bajo, y los productos con riesgo de deforestación procedentes de países de alto riesgo deben someterse a un mayor número de controles aduaneros al llegar a la UE.
Las mercancías sujetas a la ley procedentes de países clasificados como de bajo riesgo no estarán exentas de la misma. Las empresas estarán sujetas a las mismas obligaciones de recopilación de datos, aunque se les aplicarán menos controles.
Los productos contemplados en la ley incluyen el café, el caucho, la madera, el aceite de palma, el ganado, la soja y el cacao, así como sus productos derivados, como la carne de vacuno y el cuero.
Las empresas ahora deben prepararse para cumplir con la ley, conocida como EUDR, que entrará en vigor a fines de 2025.