El tratado mundial sobre plásticos, crucial ante la doble crisis climática y de naturaleza

“En 2050 podría haber más plástico que peces en el océano. Los microplásticos en nuestro torrente sanguíneo están creando problemas de salud que apenas estamos empezando a comprender”, según António Guterres.

26 de Noviembre de 2024
Actualizado a las 11:25h
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La firma del tratado permitirá a todos los países acceder a las tecnologías y mejorar los entornos terrestres y marinos, sin dejar atrás a las comunidades más vulnerables que dependen de la recogida de plásticos. | Foto: Pexels
La firma del tratado permitirá a todos los países acceder a las tecnologías y mejorar los entornos terrestres y marinos, sin dejar atrás a las comunidades más vulnerables que dependen de la recogida de plásticos. | Foto: Pexels

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha iniciado en Busan (Corea del Sur) las conversaciones para alcanzar un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos.

La reunión se celebra tras dos años de negociaciones intergubernamentales para elaborar un instrumento mundial que abarque el medio terrestre y marino. Este período se considera particularmente corto, ya que los acuerdos multilaterales pueden llevar décadas de elaboración.

“Nuestro mundo se está ahogando en contaminación por plásticos. Cada año producimos 460 millones de toneladas de plástico, gran parte del cual se tira rápidamente”, ha dicho el Secretario General de la ONU a través de un mensaje de vídeo, mientras instaba a los delegados a impulsar un acuerdo.

“En 2050 podría haber más plástico que peces en el océano. Los microplásticos en nuestro torrente sanguíneo están creando problemas de salud que apenas estamos empezando a comprender”, ha añadido António Guterres.

Cauteloso optimismo

La directora ejecutiva del PNUMA se ha mostrado esperanzada ante la posibilidad de un acuerdo histórico e insistió en que era “el momento de la verdad” para pasar a la acción.

“Ni una sola persona” del planeta quiere que el plástico llegue a sus costas o que partículas de plástico circulen por su cuerpo o el de sus bebés por nacer, ha señalado Inger Anderson, añadiendo que era un sentimiento compartido por el grupo de países industrializados del G20.

“Los recicladores y los grupos de la sociedad civil están plenamente comprometidos; las empresas reclaman normas mundiales que guíen este futuro; los pueblos indígenas se manifiestan; los científicos denuncian la ciencia”, ha afirmado Anderson.

“El sector financiero está empezando a mover ficha a nivel internacional. También ha habido señales claras de que un acuerdo es esencial, incluida la declaración del G20 de la semana pasada, en la que se decía que los líderes del G20 estaban decididos a aterrizar este tratado para finales de año”.

Amplio apoyo

Más de 170 países y más de 600 organizaciones que acuden a observar las negociaciones se han inscrito para participar en una semana de actividades en la gran ciudad portuaria de Busan, donde el presidente de Corea del Sur, ha instado a los delegados a acordar un camino hacia la contaminación cero, por el bien de las generaciones futuras.

“La excesiva dependencia de la humanidad de la comodidad de los plásticos ha dado lugar a un aumento exponencial de los residuos; acumulados en nuestros océanos y ríos, ponen ahora en peligro la vida de las generaciones futuras”, ha declarado Yoon Suk Yeol a través de una videoconferencia.

“Espero sinceramente que durante la próxima semana todos los Estados miembros se unan en solidaridad, con un sentido de responsabilidad por las generaciones futuras, para abrir un nuevo capítulo histórico finalizando un tratado sobre la contaminación por plásticos”.

Cerrar el círculo

Oficialmente, las conversaciones se conocen como los quintos debates del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5) para elaborar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, también en el medio marino. La sesión sigue a cuatro rondas anteriores que comenzaron hace exactamente 1.000 días en Uruguay.

Por el contrario, “algunos plásticos pueden tardar hasta 1000 años en descomponerse”, ha dicho la responsable del PNUMA, e incluso entonces, “se rompen en partículas cada vez más pequeñas que persisten, impregnan y contaminan... Dañan la capacidad de recuperación de los ecosistemas, bloquean el drenaje en las ciudades y también muy probablemente dañan la salud humana y el crecimiento de la contaminación plástica está emitiendo más gases de efecto invernadero, empujándonos aún más hacia el desastre climático”.

“Por eso la presión pública y política para actuar ha ido in crescendo”, zanjó Andersen.

El Secretario General de la ONU ha insistido en la necesidad de un tratado que sea “ambicioso, creíble y justo”, lo que significa que el acuerdo debe abordar el ciclo de vida de los plásticos. “Abordar los plásticos de un sólo uso y de vida corta, la gestión de residuos y las medidas para eliminar progresivamente el plástico y promover materiales alternativos”, ha subrayado Guterres.

Estas medidas deben permitir a todos los países acceder a las tecnologías y mejorar los entornos terrestres y marinos, garantizando al mismo tiempo que no se deje atrás a las comunidades más vulnerables que dependen de la recogida de plásticos, como los recicladores.

Una esperanza tras la decepción de la COP29 y la Cumbre de la Biodiversidad

La organización WWF considera que, tras los mediocres resultados de las principales cumbres mundiales sobre biodiversidad y clima, esta cita supone una oportunidad crucial para que los gobiernos reconduzcan la situación a través de un tratado mundial sólido y eficaz contra la contaminación por plásticos.

Al tiempo, considera que los textos actuales de los tratados sobre contaminación por plásticos no son suficientes para acabar con el problema, pero aún hay tiempo para que los gobiernos acuerden un tratado sólido centrándose en las medidas básicas más urgentes y de mayor impacto.

Y, por otro lado, dice WWF que las medidas que deben priorizarse son: la prohibición mundial de los productos plásticos y químicos más nocivos, los aspectos relativos al diseño de los productos, la alineación de los flujos financieros para apoyar su aplicación y los mecanismos para adecuar el tratado a largo plazo ante las nuevas amenazas derivadas de la doble crisis climática y de la naturaleza.

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