Ecologistas en Acción y Hogar sin Tóxicos han dirigido una carta al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico instándole a defender ante la Unión Europea "que se controle cuanto antes la presencia de una serie de sustancias químicas peligrosas en las aguas, como algunos pesticidas, los PFAS -compuestos perfluorados y poliflurorados conocidos como contaminantes para siempre por su alta persistencia y carácter bioacumulativo- y diversos productos farmacéuticos".
Reclaman que se oponga a la postura actual del Consejo de la UE, que pretende retrasar el control efectivo de la presencia de estos compuestos en las aguas hasta 2039 que se debatirá este mes dentro de los diálogos tripartitos.
Es importante que se controlen los tóxicos en el agua lo antes posible para evitar consecuencias negativas no sólo sobre el medio ambiente, sino también sobre la salud humana, ya que algunas de estas sustancias, como los PFAS, pueden atravesar los sistemas de depuración y de tratamiento del agua potable urbana y llegar a nuestros grifos.
Son contaminantes que, a pesar de llevar mucho tiempo presentes en las aguas, han escapado al debido control oficial y sin que se hayan acometido medidas adecuadas sobre ellos. Por ello, "retrasar más de una década la obligación de que las aguas cumplan los requisitos de calidad química exigibles en relación a estos contaminantes críticos atenta contra la salud pública".
El estado de contaminación actual de las aguas es tan preocupante que España debe ser uno de los Estados que lidere la toma de medidas de protección con la mayor premura, sin retrasarlo diez años más.
Normas sobre aguas superficiales y subterráneas
En octubre de 2022, la Comisión Europea incluyó los contaminantes citados y estableció concentraciones máximas permitidas para ellos en su propuesta de actualización de las normas de calidad de las aguas superficiales y subterráneas.
Ahora, los Estados miembro de la UE deben trasladarlas a sus respectivos planes hidrológicos de las cuencas con el inicio del trabajo del 4.º ciclo de Planes Hidrográficos de Cuenca (2028-2033).
Sin embargo, los Estados han presionado para eludir la obligación de adoptar medidas de control dentro de estos planes de cuenca (2028-2033), y pretenden posponerlas hasta el año 2039, pudiendo incluso ir más allá y retrasar las medidas para combatir la contaminación con esos contaminantes hasta los siguientes planes de cuenca (2034-2039). Entre tanto, los Estados sólo estarían obligados a monitorizar su presencia en las aguas.
Si el control de estas sustancias no se incluye en los próximos planes de cuenca, puede llevar a que no se adopten las debidas medidas para reducir su presencia, lo cual puede tener efectos negativos tanto en los ecosistemas como, por ejemplo, en la calidad del agua del grifo, favoreciendo que la población y los ecosistemas sigan expuestos innecesariamente y durante mucho tiempo a tóxicos.
Según las organizaciones solicitantes, "las autoridades deben escuchar la voz de la ciencia que el pasado mes de marzo se pronunció para exigir medidas inmediatas contra los “químicos permanentes” y otros contaminantes en las aguas de la UE".