“Si Mario Biondo se enteró de una supuesta relación de Felipe VI y su mujer, si había que quitarlo de en medio, se quitaba”

Primera parte de la entrevista a Javier Bleda tras la publicación de su libro Viuda Súbita. Reflexiones sobre un asesinato. Mario Biondo In Memoriam

30 de Julio de 2024
Actualizado el 31 de julio
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Javier Bleda
Javier Bleda

Javier Bleda  es periodista. Ha sido director de varios medios de comunicación, como el diario Ya, la revista de investigación Artículo 20, la revista MC (Mario Conde) y la revista Dígame. En la actualidad realiza informes diplomáticos de análisis geoestratégico y hace lo que llama "Periodismo de libro". A lo largo de su vida profesional ha tenido que hacer frente a 125 querellas por las que le pedían más años de cárcel que los que disponía de vida. Nunca llegó a entrar en prisión, aunque a veces dice que estuvo muy cerca. También sufrió las amenazas de ETA en los tiempos del plomo o las consecuencias del famoso video de Pedro J. Ramírez. Ahora publica "Viuda Súbita" Reflexiones sobre un asesinato. Mario Biondo In Memoriam(Editorial maslibros.es) 

Hábleme de aquel encuentro con Mario Biondo, un mes antes de su muerte.

Normalmente, yo quedaba con Ramón Lobo, una vez al año, tal vez cada año y medio. Él estaba por ahí siempre, de aquí para allá. Entonces quedábamos porque me preguntaba cosas relacionadas con golpes de Estado en África. Sabía que yo estaba viviendo por allí. Y entonces pues quedábamos para eso. Nuestra relación se circunscribía exclusivamente a tomar un café, cada montón de tiempo, para hablar de geopolítica. Entonces, un día -no me acuerdo si era a finales de abril o principios de mayo de 2013- habíamos quedado en una cafetería que se llama Mama Inés, que está en la calle Hortaleza. Y allí estuvimos charlando hasta que apareció un chico que conocía a Ramón. Se saludaron y entonces Ramón me lo presentó diciendo: mira, este señor se llama Mario Biondo. Javier es periodista especialista en asuntos raros, y quiere hacerte algunas preguntas. Y dijo: mira, mientras habláis voy al baño. O sea, que él se quitó de en medio. Y debo suponer que se conocían por lo que fuera y que, en un momento determinado, Mario Biondo le había preguntado a Ramón algo, y le dice: pues te voy a presentar a un amigo que entiende de estas cosas. Y nada, durante esos primeros dos o tres minutos, Mario me preguntó lo típico que te pregunta todo el mundo cuando dicen que eres periodista de temas raros y en fin..., cosas de cómo funciona esto, y cosas del Estado, de espías... pero en un momento determinado me dice: oye, Javier, te voy a hacer una pregunta. ¿Qué pasaría si uno se entera de que una persona muy próxima, una persona de su entorno, tiene una relación con alguien muy top? Y entonces yo le contesto: ¿cómo de top?. Y él me dice: máximo, nadie por encima. Esta frase se me quedó clavada.

¿El máximo?

Claro, cuando uno se dedica a estas cosas, pues hombre, no piensa precisamente en Julio Iglesias, ¿no?, sino que máximo, nadie por encima... pues yo pensé... evidentemente imaginé que estaba hablando de su mujer, porque si alguien de tu entorno tiene una relación, si alguien tiene esa preocupación... Y como un flash, pues me vino el príncipe en aquel momento. Pero ahí quedó. Yo no pensé más sobre eso. Simplemente le dije: pues mira, si tienes cosas, documentos, fotos, imágenes, cualquier cosa -para tener una garantía- guárdalo a buen recaudo y deja que pasen las cosas, a ver hasta dónde llegan. Pero si no tienes nada, ten cuidado porque es muy peligroso un asunto de esos. Bueno, pues se me quedó parado mirando unos instantes, así muy serio, y después me dijo: creo que nos vamos a tener que ver en otra ocasión. Y yo le dije: vale, pues cuando quieras. Y eso fue todo. O sea, que fue un flash, porque luego ya Ramón acababa de llegar del baño, el chico se despidió y, a partir de ahí, nos fuimos Ramón y yo charlando por la calle.

¿Pudo hablar con Mario Biondo antes de su muerte?

Lo que me impresionó fue que, unas semanas después, repasando la prensa, de repente veo que un chico se había suicidado. Claro, porque fue un escándalo. Salió en todos los medios de comunicación. El marido de Raquel Sánchez Silva se ha suicidado. Inmediatamente, cuando te dedicas a esto, saltan todas las alarmas. Porque dije: no puede ser que, hace unos días, me estuviera diciendo esto y yo mismo le dijera ten cuidado y, al poco tiempo, el muchacho estuviera muerto. Entonces, directamente no me lo creí. No me creí que se había suicidado. Pero, claro, tampoco podía decir otra cosa.

¿Qué sucedió a partir de ahí?

Fui viendo qué pasaba, recopilando datos... No salía de mi asombro cuando veo que prácticamente no habían acabado de enterrarlo y ya el juez estaba dictando un auto de sobreseimiento. Y luego, pasado el verano -esto fue el 30 de mayo y el sobreseimiento fue en julio- pues ya la viuda empezó a decir –bueno, la viuda empezó a decirlo nada más morir- pero luego ya insistió más y su mánager también, que no se había suicidado, que había sido un lamentable accidente. Estaban vendiendo que lo que había ocurrido es que estaba haciendo un juego de autosatisfacción erótica, un juego de asfixia, ¿no? Y que se le había ido de las manos, y tal. Y entonces, pues ya entraron en juego otras cosas, como la cocaína, el alcohol, etcétera, etcétera... y que habían discutido antes... pero, en fin, todo eso eran meros adornos, porque realmente tiempo después, se demostró, por el análisis del cabello, como él lo tenía tan largo, que en los últimos 2 años no había consumido drogas y, además, los botes de cerveza que había allí, en la casa, vacíos, eran cervezas sin alcohol. Esto dicho en el informe de la propia policía. Esa es la narración inicial de los hechos.

Hay otro momento en esta investigación, como explica en su libro, y es la emisión de un documental en Netflix sobre la muerte de Mario Biondo...

Sí, efectivamente. Pasados los años, en 2023 se emite el documental. El mánager durante 11 o 12 años de Raquel Sánchez Silva, que se llama Guillermo Gómez Sancha, que, además de mánager de artistas, también tiene empresas de producción audiovisual, pues resulta que produce un documental en tres capítulos, que luego se emitió por Netflix, que se titula “Las últimas horas de Mario Biondo”.

Se dijo que era un documental “de parte”…

Prácticamente la mitad del documental, el mánager sale narrando su versión. La cuestión es que dan una imagen de parte de los hechos. Es decir, no cogen todo lo que ocurrió y lo explican, sino que lo que hacen directamente es jugar con la situación para, al final, demostrar que la familia de Mario Biondo no tiene razón. Incluso hay un psiquiatra diciendo que es que tienen problemas de adaptación por el tema del duelo, que no lo cierran y tal y cual. A la familia de Mario Biondo la ridiculizan absolutamente durante el documental y, bueno, pues dejan de lado todo para lavar la imagen de Raquel Sánchez Silva, pero de una manera descarada. Ella emitió un comunicado después del documental diciendo que, en 2022, su mánager le había dicho de hacer el documental, que ella se negó, que no quería hacerlo, ni saber nada, ni salir en el documental, ni nada, y que, precisamente por eso, fue por lo que rompieron la relación de mánager y de cliente porque ella no quería salir en el documental ni quería tampoco que su mánager lo hiciera. Pero el mánager se empeñó en que sí.

La respuesta de la familia fue muy contundente…

Esto es así. Pero luego la familia de Mario Biondo emitió una respuesta a ese comunicado de Raquel Sánchez Silva diciendo que era mentira, que la ruptura con el mánager había sido un paripé para simular que ya no tenía nada que ver con el documental porque resulta que el cierre del documental es con una frase que Raquel Sánchez Silva le había escrito en un correo a la madre de Mario Biondo viendo en lo en el momento en que en el que todavía se llevaban bien, ¿no? Y, entonces, que eso no lo podía saber nadie, nada más que Raquel y ella, que no era público, ¿no? Y, sin embargo, pues con eso cerraban el documental. Pero la realidad es que, supuestamente, cortaron las relaciones profesionales entre el manager y Raquel Sánchez Silva.

¿Qué es lo que más le llama la atención de ese documental?

Pues hombre, el documental está lleno de manipulaciones por todas partes. Yo, durante 11 años, he estado juntando cromos, digamos, juntando información, juntando datos, buscando información con mis fuentes. Pero ha sido precisamente ver el documental lo que me lanzó a escribir el libro. ¿Por qué? Porque lo de Mario Biondo ocurrió en 2013. Los Reyes, obviamente Felipe y Letizia, que entonces eran príncipes, no tienen nada que ver con esto. Es decir, qué pintan en el documental, ¿no? Sin embargo, en dos de los tres capítulos sacan una escena de Felipe y Letizia, ya de Reyes, entrando a las instalaciones de Mediaset por el aniversario, viendo a toda la gente, a los trabajadores, a todos los presentadores más conocidos...hasta ahí dije: bueno, no tiene nada que ver, pero lo habrán puesto para rellenar, porque también estaba Raquel Sánchez Silva entre la gente que les recibía.

Pero esa imagen de los reyes se repite en el documental, ¿hay una intención oculta?

Lo que llamó poderosamente mi atención es que la imagen, como he dicho, se repite, tanto en el capítulo 1, como creo que, en el 2, pero hay una diferencia. En el capítulo 1, minuto 01:39, se ve una escena de la madre de Mario Biondo, en la televisión italiana, hablando de la muerte de su hijo y diciendo: “Digamos que se está protegiendo a esta persona”. Cuando dice a esta persona pues estaba diciendo que su hijo no se había suicidado, que a su hijo lo habían matado y que esto era porque su hijo sabía algo de una persona muy importante y que por eso lo habían matado. Por eso, dice, “digamos que se está protegiendo a esta persona”. Como estaba hablando en italiano, pues los subtítulos se ponen en castellano sobre la pantalla, pero no se ponen abajo, se ponen arriba, de tal manera que sin que tenga nada que ver en el momento en que la madre termina de decir, “digamos que se está protegiendo a esta persona” automáticamente salen las imágenes de Felipe y Letizia llegando a Mediaset así en primer plano sigue el subtítulo en la parte superior de la pantalla, de tal manera que tapa la cara de Felipe diciendo durante 2 o 3 segundos “digamos que se está protegiendo a esta persona”.

Esto le retrotrae al encuentro que tuvo con Mario Biondo y lo que le dijo en aquel café…

Claro, yo desde el minuto uno que Mario me dijo aquello, sospechaba, pero cuando, de repente, en un documental que se está emitiendo en una plataforma tan seria o importante, como Netflix, ver que además el productor del documental, que era el mánager de Raquel Sánchez Silva, pone eso... porque, efectivamente, todos cometemos errores. Seguro que en mi libro hay algún error... por mucho que uno lo haya mirado, todos cometemos errores. Pero en un documental tan importante, la directora María Pulido, en fin, un montón de gente habrá revisado el documental, porque además esto es en el minuto 01:39, insisto, del primer capítulo, no se les ha podido escapar que el subtítulo “se está protegiendo a esta persona” se planta encima de la cara de Felipe VI.

Demasiada casualidad para ser un error, ¿no?

Por tanto, entiendo que es un mensaje. No puede ser un error. Entiendo que es un mensaje oculto que se está enviando a alguien. Un mensaje oculto que el exmánager, no sé si con el conocimiento o no de Raquel Sánchez Silva, envía a la Casa Real. O, ¿no será también un mensaje que el exmánager envía a Raquel Sánchez Silva diciendo “estoy al tanto”, diciendo “lo sé”? Porque también puede ser. El caso es que esto fue lo que me lanzó ya a escribir el libro. Y el libro está lleno de datos por todas partes y las únicas dos imágenes que se colocan en el libro son estas, la de la madre de Mario diciendo esto y la de los Reyes con el subtítulo encima de la cara del del Rey diciendo que “se está protegiendo a esta persona”.

Esta investigación le llevado por muchos vericuetos, incluso hasta los servicios secretos...

Sí, porque, mira, el periodista Fernando Rueda, que es uno de los grandes especialistas en servicios secretos de este país, en su libro “Al servicio de su Majestad”, explica ampliamente cómo operan los servicios secretos y que no dudan en traspasar las líneas rojas que haga falta para sacar de apuros a los miembros de la Familia Real.

En muchísimas ocasiones se han traspasado los límites ampliamente con Juan Carlos I y el general Félix Sanz Roldán, que era el jefe de los servicios secretos, en 2013, acababa de, entre comillas, amenazar a Corina, la amante del Rey Juan Carlos en un hotel de Londres diciéndole: “no sé si vamos a poder garantizar tu seguridad y la de tus hijos”. Eso, no hace falta ser muy listo para saber que es una amenaza. Y la mujer, cuando llegó a su casa, se encontró un libro de Lady Di, encima. Alguien había entrado y le había dejado el libro como un recordatorio de lo que le podía pasar. Pues ese señor era el mismo que dirigía los servicios secretos en aquel momento. Y no tengo la más mínima duda, porque está documentado -recordemos también los diarios del General Manglano, del libro de Javier Chicote de ABC, que durante muchos años había estado apuntando todo lo que hacía cada día con Juan Carlos en relación con los servicios secretos-, que por activa y por pasiva los servicios secretos trabajan fuera de la Constitución. ¿Y por qué digo esto sin miedo? Pues lo digo porque el trabajo de los servicios secretos no es hacer trabajo sucio para salvar de delitos a la Corona.

En 2013, cuando murió Mario Biondo, independientemente de la muerte de Mario Biondo, los servicios secretos estaban negociando con un traficante de armas que, por cierto, estuvo en la boda de los príncipes, para rebajarle 10.500.000 de euros de los impuestos que debía en España con el fin de que no dijera que el rey Juan Carlos traficaba armas con él. Es decir, los servicios secretos no están para eso, están para defender España, para defender España de cualquier enemigo exterior o de cualquier enemigo que venga de fuera a hacer algo aquí, pero no para cometer delitos, para defender a quien comete delitos, en este caso la Corona. Y todo esto está ahí. Está documentado, publicado, todo esto que estoy contando. Y, entonces, si es que, presuntamente, había una relación entre Raquel Sánchez Silva y el Príncipe de Asturias en aquel momento o la hubo antes -porque precisamente antes, el primer libro de Raquel Sánchez Silva se titulaba, y esto es anecdótico, “Cambio príncipe por lobo feroz”- entonces, si la hubo antes y Mario se enteró no tengo la más mínima duda de que si había que quitarlo de en medio, se quitaba.

Eso es muy duro…

En el diario de sesiones del Congreso de los Diputados, cuando en 2021, compareció el comisario Villarejo, que no es cualquiera, que no cuenta, como decía el diputado de Esquerra, Gabriel Rufián, historias de una película de James Bond. No, no es una película de James Bond. Es la realidad. El comisario Villarejo no es ningún pringado. Si fuera un pringado no le habrían quitado varios terabytes de información que tenía perfectamente documentada durante años y que afectaba a las más altas instancias del Estado. Entonces, en esa comisión de investigación sobre la trama Kitchen, de cuando el tesorero del Partido Popular y la compra del chófer para que entrase en su casa y recogiera documentación, todo el tiempo se habla de que además de eso, había información que afectaba a altas instituciones del Estado. Además, se dijo que había dentro de los servicios secretos y menciona directamente al General Félix Sanz Roldán como alguien que va más allá de lo que en su momento eran sus atribuciones. Se menciona que había un departamento que se llamaba “Control de togas”. Y ese departamento era para controlar a jueces y fiscales que tuvieran algún tipo de desviación sexual. Me refiero a desviación sexual en el sentido no que fueran homosexuales ni cosas de esas, porque eso no es una desviación. Me refiero en el sentido de pederastia y cosas así. Entonces cualquiera que tuviera algún tipo de desviación sexual o de drogas o de cualquier historia, los controlaban para luego apretarles en el momento en que lo necesitaban para cualquier cosa.

También se dijo que había una sección controlada por los servicios secretos que se llamaban “Los encaladores” y no se refería a historias como la de Lasa y Zabala cuando los enterraron en cal por lo de Intxaurrondo, no. Se controla a partir de la cocaína. Por eso la comparación con la cal, porque es blanca. Se controla a gente a partir de la cocaína, gente que uno quiere que haga lo que quiera, se la induce a tomar cocaína, se les va picando con la cocaína o simplemente se les suministra la cocaína para tenerlos siempre enganchados y controlados. En este caso, enganchados es sinónimo de controlados. Y luego, por último, el diputado Rufián dice: entonces, la conclusión a la que llegamos es que en los servicios secretos hay una trama para eliminar a cualquiera que moleste. Y Villarejo le contesta: “Sección Pi”, que, al parecer, es la sección que se encarga de esta historia.

¿Dónde entra en esa ecuación Mario Biondo?

En el tema de Mario Biondo entra perfectamente en lo de “Los encaladores”. ¿Por qué? Porque yo no sé, ni me importa, si Raquel Sánchez Silva tomaba cocaína. Pero sí sé que en el vídeo que se ve de su declaración en el juzgado, de cuando se abrió esta causa en Italia y vinieron dos fiscales italianos, al interrogarla le decían que cómo era posible que en su teléfono estuviera el número de un traficante italiano con el cual llevaba años de relación, había hecho llamadas y mensajes a este traficante y ella decía que no tenía ni idea, que no se acordaba, que no lo sabía. Oiga, pues está en su teléfono desde hace mucho tiempo. Se está hablando de un señor con nombre y apellidos. Y ese señor, cuando fue a declarar, pasó de rositas, no le hicieron absolutamente nada, ni lo tuvieron en cuenta.

Ese traficante se llama Nacho Leonardi. Puedo decir el nombre tranquilamente, porque esto está publicado por activa y por pasiva. Y este traficante dijo que sí, que había hablado con Raquel. Claro, no iba a decir le vendo yo la droga y tal, pero pasó de largo. Al traficante no le hicieron nada.

También se encontró cocaína en la nariz de Mario Biondo. Sin embargo, luego se demostró que no era consumidor de cocaína. Pero se encontró cocaína. Y, perfectamente, puede ser que le pusieran la cocaína en la nariz para simular que había tomado cocaína, pero él no era consumidor, por mucho que su señora en aquel momento dijera, por activa y por pasiva, en unos sitios que no y en otros que sí, porque también se ve en las declaraciones ante los Fiscales... que a la policía le dijo que no o que sí, pero la realidad es que luego publicó que ella decía que sí, que Mario Biondo estaba tomando cocaína y que ella se enfadó mucho porque resulta que tenía un problema de oligospermia y que no podían tener hijos por eso. Y que entonces que la cocaína le afectaba, pero la realidad es que él no era consumidor de cocaína. Ni siquiera había tomado alcohol esa noche, porque eso también se detectó por el por el examen del cabello. Por tanto, juntamos todos los cromos y uno no tiene documentos en estas cosas más allá de las fotos del documental para decir: esto ocurrió así. Por eso en mi libro digo que es una novela realista, una novela basada en hechos reales. Y por eso se el subtítulo es reflexiones sobre un asesinato, porque no puedo acusar directamente a nadie. Pero sí, soy libre de reflexionar. Y pensar que todas estas cosas son datos que merecen la pena publicarse y plantear la hipótesis de si no sería el Príncipe de Asturias, ahora Felipe VI la persona a la que había que proteger. Y si había que protegerla es porque Mario Biondo había descubierto que estaba o había estado con su mujer.

También hubo un borrado de información, ¿verdad?

No olvidemos una cosa importantísima y surrealista al mismo tiempo. Estando caliente el cadáver de Mario Biondo, en el Instituto Anatómico Forense, se borraron 900 gigas de información del ordenador de Mario Biondo. Por instrucción de Raquel Sánchez Silva, la borró su primo, que es un ingeniero informático de altísimo nivel. Desde Plasencia, casualmente, la noche de la muerte de Mario Biondo, Raquel Sánchez Silva, casualmente, había ido porque a un tío suyo al que no ve muy frecuentemente, lo iban a operar al día siguiente. O sea, no vas cuando es la operación ni vas después de la operación, no. Vas antes de la operación y coincidió que esa noche su marido murió. Pero lo que no entiendo es como no están imputados el primo y Raquel Sánchez Silva por eliminar los datos, tantos datos del ordenador. El primo dice que lo que le dijeron que hiciera. Y ella dice que eran cosas privadas suyas, que eran íntimas suyas, sus fotos y sus cosas, y que por eso lo borró.

Pero ahora, dando un paso más allá, resulta que ese ordenador se investigó después por técnicos de la Fiscalía. Y me pregunto -porque un disco duro, si no se machaca, si no se destruye físicamente, se puede volver a obtener la información que se ha borrado- si alguien no extraería esa información. Y ya no estoy hablando de Raquel Sánchez Silva y su primo. Es obvio que sacaron 900 gigas del ordenador. Yo me refiero a después, cuando el ordenador estaba en manos de la justicia. Si alguien no extraería esa información y se la quedaría en espera de que un día, pues a lo mejor tuvieran que sacarla para hacer un Cristina Cifuentes a quien saliera en la información. Me refiero a Cristina Cifuentes, porque los vídeos de cuando la mujer, que tenía algún problemilla con eso de la cleptomanía, algún problema psicológico con eso, pues la pillaron robando cremas en un supermercado. Y guardaron el vídeo de seguridad durante años, hasta que tocó sacarlo para hundirla, machacarla y quitarla del medio.

Esto suena muy similar a lo que ya pasó en el pasado con el rey emérito…

Esto también se puede adornar con los vídeos famosos de Bárbara Rey y el Rey, porque resulta que todo el mundo sabe los vídeos -al menos 2- que le hizo Bárbara Rey al Rey en su propia casa con dispositivos que ella misma montó allí. Pero lo que ya no es tan público y notorio es que hay otros 3 vídeos de cámaras que estaban instaladas en un chalet, en Aravaca, en la calle Sextante, muy conocido porque se ha hablado mucho de él y ha salido en muchos sitios, que los servicios secretos lo tenían montado para captar a diplomáticos extranjeros con prostitutas y después cuando hiciera falta apretarles. Esto es algo muy típico en todos los servicios secretos del mundo, pero lo que no se esperaban es que iba a aparecer el Rey por allí con Bárbara Rey. Y le hicieron 3 vídeos al Rey y después desmontaron todo el tinglado y todo el chalet, cuando vieron lo que tenían. Pero, ¿esos 3 vídeos dónde están? Esos 3 vídeos no se destruyeron. Esos videos están ahí por si hay que hacer un Cristina Cifuentes, algún día, a quien proceda, no se destruyeron. Entonces, yo creo que lo mismo se ha podido hacer con la información del ordenador de Mario Biondo.

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