Hoy os voy a proponer una mirada un poco más introspectiva, hacía uno mismo, y vamos a ver qué nos dice Albert Ellis que nos ayudará a sentirnos aún más especiales.
Albert Ellis (1913-2007) ha pasado por ser uno de los psicólogos más influyentes en la historia de la Psicología – por encima de Freud, incluso-, dejándonos una de las terapias que, en la actualidad, más adeptos tiene: la Terapia Racional Emotiva.
Dicha terapia tiene un componente filosófico importante y nos invita a reflexionar sobre la importancia que debemos darnos a nosotros mismos y nuestras emociones, para poder tener relaciones «sanas» con los que nos rodean.
Veamos algunos de los puntos que nos comenta Ellis:
- Interés por uno mismo. Preocuparse por otras personas es conveniente en determinadas situaciones, pero el interés por uno mismo debe ser superior al que se preste a los demás.
- Interés por los demás. Como ya hemos hablado en anteriores artículos, somos seres sociales; es por ello que, parte de nuestra felicidad se basa en la relación con nuestros semejantes. Así, es deseable actuar defender y respetar los derechos de los demás.
- Autodirección, autorresponsabilidad y autoaceptación. Aunque se pueda cooperar con otros o pedir ayuda, tenemos que asumir que el responsable último de la propia vida es uno mismo. No podemos culpar a los demás de nuestro malestar emocional o de nuestros fracasos, ni hacer valoraciones globales de nuestra vida en función del juicio de otros o de logros externos. Nos debemos aceptar incondicionalmente.
- Flexibilidad. Tenemos derecho a cometer errores y tenemos que darnos ese margen de error a nosotros mismos y a los demás. Tenemos que aceptar lo desagradable. Para ello, es fundamental que seamos flexibles, tolerantes y abiertos al cambio. Hay que recordar que no existen verdades absolutas. Por ello, habrá ocasiones en las que no podamos evitar los sentimientos negativos, tendremos que aprender a expresarlos y no evitarlos.
- Creatividad. El formar parte o estar inmersos en un proceso creativo o que nos permita desarrollarnos en uno o varios ámbitos de nuestra vida va a ayudarnos a sentirnos más felices. Se trata de asumir un compromiso al que dedicar parte de nuestro tiempo.
- Aventura. Asumir riesgos es sano. Enfrentarnos a cosas nuevas nos ayuda a desarrollar nuevas estrategias. Podemos equivocarnos o podemos conseguir lo que nos proponíamos, pero siempre habremos aprendido algo.
- Hedonismo. No se trata de buscar la felicidad, sino de sentirla en el momento presente. Hay que buscar el bienestar, pero no buscarlo de forma inmediata y como condición única para ser feliz.
La labor del terapeuta consiste, según Ellis, en ayudar a las personas a elegir y asumir como propia esta filosofía de vida. La asunción de la misma nos conducirá a la eliminación de esas ideas irracionales que tenemos, de ese pensamiento absoluto que nos lleva a pensar que debemos ser amados por aquellos a quienes creemos importantes, cuando lo primero que estamos haciendo es no amarnos a nosotros mismos.
Teniendo en cuenta todo esto, os dejo esta reflexión: ¿Te amas tanto como quieres que te amen a ti? Estar enamorado de uno mismo, aceptarse y quererse, situar la consecución de la felicidad en uno mismo es el paso principal para que los demás te quieran y acepten.