Oro, el golpe definitivo de Europa a Donald Trump

El estudio por parte de Alemania de retirar todas las reservas de oro que tienen depositadas en la Reserva Federal de Nueva York abre la puerta a poner en estado de alarma la economía estadounidense

09 de Abril de 2025
Actualizado a las 10:16h
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Trump Oro

Todo el mundo recuerda la película La Jungla de Cristal III, en la que unos fanáticos alemanes robaron las reservas de oro depositadas en la Reserva Federal de Nueva York, un golpe que paralizaron Bruce Willis y Samuel L. Jackson en camiseta de tirantes.

La política arancelaria de Donald Trump, que ha puesto en estado de guerra comercial a todo el mundo, puede provocar una reacción inminente por parte de los países de la Unión Europea que asestaría un golpe muy duro a la economía estadounidense: la retirada de su oro. No hay cifras oficiales, pero ese golpe puede suponer que Estados Unidos pierda activos por un valor superior a los 2 billones de dólares.

Desde la instauración del patrón oro hasta la consolidación del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, el oro ha simbolizado estabilidad, seguridad y un resguardo ante crisis económicas. Durante décadas, naciones de todo el mundo, incluyendo varios países europeos, depositaron parte de sus reservas en instituciones de Estados Unidos, convencidas de que la infraestructura y la seguridad ofrecida por la Reserva Federal de Nueva York representaban un entorno confiable para sus activos.

La cámara de la Reserva Federal no es solo un depósito físico de uno de los metales más preciados, sino también un símbolo de la hegemonía del sistema financiero estadounidense. Sin embargo, las decisiones de Donald Trump han generado un creciente escepticismo entre las naciones aliadas de Estados Unidos, impulsando a algunos gobiernos a reevaluar la idoneidad de mantener sus reservas de oro en territorio norteamericano. Así lo ha publicado el diario Bild en referencia a las intenciones del nuevo gobierno alemán.

Además de motivaciones geopolíticas para frenar a Donald Trump, la situación actual está obligando a los países de la Unión Europea a recuperar el control directo sobre sus activos estratégicos, reduciendo la dependencia de instituciones extranjeras. La concentración de reservas en una única institución genera riesgos sistemáticos. La diversificación, mediante la custodia en infraestructuras propias o en otros territorios, se presenta como una estrategia para mitigar riesgos.

Por otro lado, una medida de este calado puede interpretarse como un gesto de independencia estratégica frente a la preponderancia del dólar y de las instituciones estadounidenses en el sistema financiero internacional.

Impacto económico

El oro depositado en la Reserva Federal de Nueva York ha sido un pilar de la narrativa de estabilidad del sistema financiero estadounidense. La retirada de estos activos implica que, ante los ojos de la comunidad internacional, la seguridad ofrecida por Estados Unidos se encuentra en entredicho. Analistas financieros sostienen que la medida podría provocar una disminución en la confianza de inversores y organismos internacionales.

La decisión de retirar reservas de oro puede desencadenar un efecto dominó en el mercado global de este metal. Al reducir la cantidad de oro que se mantiene en uno de los centros de custodia más importantes, se altera la dinámica de oferta y demanda.

Esto generaría fluctuaciones de precios, dado que la incertidumbre sobre el destino de grandes cantidades de oro puede provocar movimientos bruscos en el precio del metal, afectando tanto a mercados de inversión como a industrias que dependen de él. En otro orden, también se crearía una gran incertidumbre en los mercados financieros porque la volatilidad inherente a estos movimientos repercute en la confianza de los inversores, generando reacciones en cadena en los mercados bursátiles y de divisas.

La retirada del oro europeo obliga a Estados Unidos a replantearse la infraestructura destinada a la custodia y administración de estos activos. El mantenimiento de una bóveda de tal magnitud conlleva altos costos de seguridad, logística y tecnología. Con la salida de parte de estas reservas, se deben considerar los costes de reubicación, puesto que el proceso de traslado y la eventual redistribución de los activos pueden generar gastos adicionales que impacten en la economía interna. También hay que tener en cuenta la reinversión en seguridad, dado que la pérdida de prestigio asociada a la retirada podría llevar a Estados Unidos a invertir en mejoras significativas en sus protocolos de seguridad para recuperar la confianza internacional.

Hay que tener en cuenta que el dólar estadounidense ha sido tradicionalmente respaldado por la percepción de solidez y estabilidad, en la cual el oro desempeña un papel fundamental. La retirada de estos activos europeos debilitará el respaldo implícito a la moneda estadounidense, ya que, aunque el sistema monetario actual no se basa en el patrón oro, la confianza en la fortaleza del dólar está ligada a la percepción de tener reservas seguras y tangibles. La disminución de estos activos puede generar dudas en los mercados internacionales. Además, la incertidumbre generada por la reubicación de reservas podría influir en la cotización del dólar frente a otras monedas, afectando las relaciones comerciales y financieras.

Por otro lado, una decisión de este tipo por parte de los países de la Unión Europea será interpretada como una advertencia a otros países sobre la seguridad de mantener activos en instituciones estadounidenses que derivará en una reducción de las inversiones extranjeras y en una revisión de las carteras de inversión.

Evidentemente, el mercado interno también sufrirá. Los movimientos bruscos en el mercado del oro pueden tener efectos colaterales en los mercados bursátiles, generando periodos de alta volatilidad que afectan tanto a grandes inversores como a pequeños ahorradores. Bancos y otras entidades financieras pueden verse obligados a modificar sus estrategias de inversión y gestión de activos, lo que podría traducirse en una mayor cautela y en la búsqueda de instrumentos financieros alternativos.

Reducción de la influencia internacional de Estados Unidos

El control y la custodia del oro han sido elementos fundamentales en la diplomacia financiera de Estados Unidos. Al mantener vastas reservas en la Reserva Federal de Nueva York, Washington ha podido proyectar una imagen de fortaleza y solidez que respalda su liderazgo global. Una retirada de reservas europeas puede interpretarse como un desafío a este liderazgo, debilitando la posición de Estados Unidos en foros internacionales. La medida puede incentivar a otros países a replantear sus relaciones con Estados Unidos, buscando diversificar sus aliados y reducir la dependencia del sistema financiero norteamericano. Además, la capacidad del país norteamericano para asegurar y proteger activos estratégicos se ve comprometida, lo que puede erosionar la confianza de aliados y socios en la política económica estadounidense.

La retirada del oro no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. La decisión puede ser interpretada como un gesto de independencia por parte de la Unión Europea, lo que podría desencadenar tensiones diplomáticas con Washington. Trump puede conseguir que con la pérdida de uno de sus pilares financieros, Estados Unidos podría verse forzado a fortalecer alianzas con otras potencias o incluso a replantear su estrategia en relación con la Unión Europea. Los sectores políticos y mediáticos en Estados Unidos podrían utilizar la medida para alimentar discursos sobre la pérdida de soberanía y la necesidad de reevaluar las políticas exteriores y económicas.

La economía estadounidense no depende directamente del patrón oro. Sin embargo, el respaldo simbólico que este metal proporciona al dólar es significativo. Una posible retirada de las reservas de oro de los países de la UE puede ser aprovechada para argumentar que el sistema financiero estadounidense carece de mecanismos de seguridad suficientes, debilitando la imagen del dólar como moneda de referencia. Ante la salida de importantes reservas, las autoridades estadounidenses podrían verse presionadas para implementar cambios en la administración y seguridad de los activos, generando incertidumbre en el corto y el medio plazo.

Terrible impacto social

La confianza es un elemento crucial en cualquier sistema financiero. La imagen de Estados Unidos como garante de seguridad para activos internacionales se ve seriamente comprometida con esta medida, afectando no solo a inversionistas internacionales, sino también a la opinión pública interna.

La incertidumbre generada por este movimiento tiene el potencial de afectar directamente a la economía interna. Las instituciones financieras y los bancos centrales podrían verse obligados a aumentar el gasto en seguridad, tecnología y personal especializado para reestructurar la administración de reservas, generando cambios en el empleo y en la dinámica de inversión en el sector.

La volatilidad en los mercados financieros, derivada de la incertidumbre en torno al valor del oro y la estabilidad del dólar, podría traducirse en ajustes de precios en diversos sectores económicos, afectando tanto a consumidores como a empresas.

La hegemonía del dólar, en riesgo

Durante décadas, el dólar ha sido la moneda de reserva mundial, respaldado en parte por la solidez y seguridad que Estados Unidos ha proyectado. Sin embargo, la retirada del oro europeo pone en evidencia algunas debilidades estructurales del sistema. Una medida tan radical podría incentivar a otros países a replantear sus propias estrategias de inversión y reserva, abriendo la puerta a la consolidación de monedas alternativas o incluso a la adopción de sistemas financieros regionales.

Además, la Unión Europea, al recuperar el control sobre sus reservas, podría impulsar el uso del euro en transacciones internacionales, disminuyendo la dependencia del dólar y promoviendo un sistema multipolar en la economía global.

También se podría desencadenar una reacción en cadena en la que otros países de  Asia, América Latina e incluso algunos aliados tradicionales de Estados Unidos podrían ver la medida como un llamado a la diversificación, reduciendo la concentración de reservas en instituciones estadounidenses. También afectaría a la custodia de activos porque la seguridad y la gestión de activos estratégicos se han convertido en un tema central en la política económica internacional. Con la retirada del oro, es posible que se intensifique la competencia entre distintas jurisdicciones para posicionarse como los nuevos centros de custodia global.

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