Con la razón que otorga la Justicia, los socialistas andaluces han empezado a sacar pecho de un mediático y tumultuoso caso judicial que los llevó directamente a la oposición en 2018 y a algunos de sus más destacados dirigentes al ostracismo de la inhabilitación política o directamente a prisión. Mientras en el PSOE se hace ahora una lectura reivindicativa y proactiva de las últimas resoluciones de amparo dictadas por el Tribunal Constitucional (TC) a favor de sus ex altos cargos condenados anteriormente por la Audiencia de Sevilla y el Tribunal Supremo, en el Gobierno de la Junta de Andalucía, con su presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla, a la cabeza y todo el Partido Popular al completo como corifeo se opta por el enrocamiento, una estrategia táctica de imprevisibles consecuencias para las próximas eleciones autonómicas de 2026 pese a contar actualmente con una mullida mayoría absoluta.
El ex presidente andaluz Manuel Chaves, exonerado ahora parcialmente por el tribunal de garantías, ha indicado el camino a los suyos en una concurrida y esperada rueda de prensa en la sede de los socialistas andaluces de la sevillana calle San Vicente, que no pisaba oficialmente desde hace 14 años, cuando comenzó el tortuoso proceso judicial que ahora termina felizmente para él y que reconoce haberle afectado profesional y personalmente. “Ahora empieza el principio del fin” de los gobiernos del PP en Andalucía, ha vaticinado, pese a ser consciente de los resultados que las últimas elecciones han arrojado en esta comunidad y lo que todos los sondeos indican en estos momentos.
Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saludó cariñosamente a la ex ministra Magdalena Álvarez en un mitin en la localidad malagueña de Benalmádena el pasado junio, los socialistas habían recibido claramente la señal de por dónde iban los tiros para sus intereses a partir de entonces en Andalucía, aunque aún no se conocían las resoluciones del Constitucional, que finalmente han dado la razón total o parcialmente en amparo a los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, así como a otros ocho condenados por la macrocausa política de los ERE irregulares, entre ellos varios ex consejeros autonómicos.
La tesis de la “cacería política” del PP a los entonces dirigentes socialistas de la Junta entre los años 2000 y 2009, que han defendido todos y cada uno de los exculpados por el TC, es el principal arma que el PSOE andaluz comienza ya a vertebrar electoralmente como espoleta contra un PP que ha preferido el “ruido”, según los socialistas, y empecinarse en elevar sus críticas contra los magistrados progresistas del Constitucional, solo los progresistas, con su presidente, Cándido Conde-Pumpido, a la cabeza. Porque nada dicen los populares andaluces más que aplaudir todos los extremos recogidos en los votos particulares de los cuatro conservadores en algunas de estas sentencias –Ricardo Enríquez, Enrique Arnaldo, César Tolosa y Concepción Espejel–, que claramente indican la senda a Moreno Bonilla y los suyos para persistir en la teoría de la corrupción orquestada desde arriba para delinquir, aquella “cúspide de la pirámide” a la que se aferró la juez instructora del caso, la mediática Mercedes Alaya, y que ahora el máximo tribunal de garantías de este país ha desmontado por completo. Tanto es así que el magistrado conservador Enrique Arnaldo, estrechamente vinculado a la Fundación FAES y reconocido detractor público de la eutanasia, el aborto y la ley de memoria histórica, ha apuntado que la exoneración por parte del TC del delito de malversación que condenó a prisión al ex presidente Griñán implica que “la corrupción política es un medio válido de actuación de los poderes públicos”, abundando así en la tesis que tanto el presidente andaluz como sus consejeros y otros altos cargos del PP mantienen a día de hoy sin ambages, cuando el relato de los hechos ha sido completamente redefinido con los amparos a favor de los ex dirigentes socialistas andaluces y ha abortado cualquier dato sin base verídica que aún enarbolan los populares en este sentido.
Así las cosas, Chaves y otros de los ex dirigentes ahora exculpados en el caso de los ERE serán sin duda la principal baza preelectoral para un PSOE andaluz que seguía sin sacar partido electoral de la desastrosa gestión de lo público que está realizando el ejecutivo de Moreno Bonilla a todos los niveles, ya sea en sanidad, educación, servicios sociales o incluso a nivel de manipulación informativa en Canal Sur, muy criticada por la inmensa mayoría de sus propios profesionales.