El Partido Popular (PP), liderado por Alberto Núñez Feijóo, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán tras las incendiarias declaraciones de su portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, quien no ha dudado en pedir "deportaciones masivas" de inmigrantes. Estas declaraciones, que recuerdan las retóricas más intransigentes de la ultraderecha europea, evidencian la falta de coherencia y humanidad en la política migratoria del PP, que ha optado por el camino del populismo xenófobo en lugar de buscar soluciones reales y justas.
La hipocresía del PP: De la mano dura a la victimización
El PP, en un alarde de cinismo, ha aprovechado las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la repatriación de inmigrantes irregulares, para exigir disculpas de aquellos que les han acusado de xenófobos. El partido sostiene que, al defender Sánchez la necesidad del retorno de quienes han llegado a España de manera irregular, se justifica su propia postura, que ha sido duramente criticada por su tono agresivo y su falta de sensibilidad.
Es sorprendente cómo el PP, que ha pasado años fomentando el miedo y la desconfianza hacia los inmigrantes, ahora intenta presentarse como una víctima, pidiendo disculpas a quienes han señalado su evidente giro hacia la extrema derecha. Las palabras de Tellado sobre "deportaciones masivas" no son más que una clara muestra de la falta de escrúpulos del partido, que no duda en jugar con las vidas de personas vulnerables para ganar puntos políticos.
El doble discurso: Ni política migratoria ni humanidad
El Partido Popular insiste en que el Gobierno carece de un plan para frenar la inmigración irregular, mientras ellos mismos no han propuesto una solución coherente y humana a este desafío. Es más, su única respuesta ha sido la de endurecer la retórica y abogar por medidas draconianas, como las "deportaciones masivas", que no solo son ineficaces, sino que también atentan contra los derechos humanos básicos.
El discurso del PP se tambalea cuando intentan posicionarse como el partido de la seguridad y el orden, mientras que sus propuestas están impregnadas de un desprecio evidente hacia la dignidad de los inmigrantes. En lugar de buscar una solución que aborde las causas profundas de la migración y que ofrezca una respuesta solidaria y efectiva, el PP opta por soluciones simplistas y crueles, que solo sirven para inflamar el resentimiento y la división en la sociedad.
Tellado y Sémper: Dos caras de la misma moneda
Mientras Miguel Tellado se dedica a incendiar las redes sociales con sus comentarios sobre la necesidad de deportaciones masivas, su compañero de partido Borja Sémper trata de suavizar el impacto de estas declaraciones, tachándolas de "inexactas". Este intento de control de daños solo deja en evidencia la falta de cohesión y claridad en el seno del PP, donde las voces más radicales parecen marcar la pauta, mientras otros intentan desesperadamente no perder el apoyo de un electorado cada vez más polarizado.
Sémper, lejos de rechazar las declaraciones de Tellado, se limita a diluirlas, alegando que se trata de una referencia a políticas europeas similares. Sin embargo, este intento de justificación no es más que un pobre intento de esconder la verdadera naturaleza del mensaje: un mensaje que busca dividir y estigmatizar, en lugar de unir y construir.
El verdadero rostro del PP: A la caza del voto xenófobo
Lo que queda claro en este escenario es que el PP ha decidido jugar una carta peligrosa: la de coquetear con el voto xenófobo, aquel que ve en los inmigrantes no a personas que huyen de la pobreza, la guerra o la persecución, sino a una amenaza a su estilo de vida. En su intento por recuperar el terreno perdido frente a Vox, el PP ha abandonado cualquier pretensión de moderación y ha abrazado sin pudor una retórica que promueve el rechazo y la exclusión.
El hecho de que el PP reclame ahora una Conferencia de Presidentes Autonómicos para abordar la "saturación" de los mecanismos de acogida, es una táctica que busca desviar la atención de su propia irresponsabilidad y falta de propuestas serias en materia migratoria. El problema no es la falta de recursos, como ellos pretenden hacer creer, sino la falta de voluntad política para encontrar soluciones que no se basen en la expulsión y el rechazo.
El PP, un partido en la deriva del populismo
El Partido Popular ha demostrado una vez más que está dispuesto a sacrificar cualquier principio ético en su afán por mantenerse relevante en un panorama político cada vez más fragmentado. Lejos de ofrecer una alternativa constructiva al desafío de la inmigración, se ha sumergido en la retórica del miedo y la exclusión, siguiendo la estela de la ultraderecha más radical. Y mientras lo hace, sigue perdiendo credibilidad, mostrando al mundo su verdadero rostro: el de un partido que ha perdido el rumbo y que solo sabe responder con la fuerza y la represión ante un fenómeno que requiere, ante todo, humanidad y empatía.