Los planes del Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla para la atención primaria en Andalucía comienzan a desbrozarse poco a poco y, de entrada, han logrado el rechazo prácticamente unánime de los sindicatos del sector sanitario y de los partidos políticos de la oposición. El mismo día que el consejero de Salud, Jesús Aguirre, anuncia que este próximo octubre se recuperará la presencialidad en las consultas de atención primaria, después de año y medio de consultas médicas exclusivamente telefónicas debido a la pandemia, añade que “la teleasistencia ha venido para quedarse”.
De este modo, el futuro de la atención primaria en Andalucía pasará por mantener la teleasistencia como hasta ahora durante este último año y medio, que ha conllevado numerosas críticas por parte de la oposición política y también por parte de los pacientes en general, además de potenciar el “triaje” por parte del personal de enfermería y también, en tercer lugar, por la asistencia presencial, sin concretar qué porcentaje se dedicará a cada apartado.
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha presentado un “protocolo de consulta de acogida” en el que se contempla que el personal de enfermería sean los que en exclusiva realicen una primera exploración y valoración del paciente que pretende ser visto por su médico de cabecera de forma presencial. Según el diagnóstico previo que determine el enfermero o enfermera será derivado o no hacia el facultativo.
La reforma prevista del Gobierno de Moreno Bonilla para la atención primaria logra la crítica unánime de los sindicatos sanitarios y los partidos de la oposición
El SAS asegura que este protocolo será llevado a cabo “por enfermeras de atención primaria”, que “realizan una primera valoración de las personas que acuden de forma presencial al centro con una demanda clínica no demorable sin que se trate de una urgencia vital o muy grave”. Según el departamento que dirige Jesús Aguirre, “este tipo de consultas tiene como objetivo la resolución y/o reorientación de la demanda de una manera colaborativa con el médico de referencia”.
El Sindicato Médico de Andalucía (SMA), mayoritario entre los facultativos, ha criticado sin contemplaciones este plan del ejecutivo de Moreno Bonilla para la atención primaria. “Es falso” que se trate de una figura similar al triaje que se realiza en las Urgencias hospitalarias, apuntan el sindicato mayoritario de los médicos. “Tiene como objetivo la resolución y/o reorientación de la demanda: En Urgencias hospitalarias siempre te ve el médico y decide”, señalan desde el SMA.
Tampoco se ve con buenos ojos por parte del sindicato de enfermería Satse, que augura que “sin incremento presupuestario para el año 2022 se mantendrá la actual infradotación de recursos humanos y materiales” en la sanidad pública andaluza, “alejándose aún más del objetivo de ofrecer una atención segura y de calidad a todos los ciudadanos y pacientes”.
O seguro privado o muerte
La secretaria general de Podemos Andalucía y diputada en el Congreso, Martina Velarde, ha asegurado que “lo que el consejero de Sanidad quiere decir a los andaluces es: ‘O te haces un seguro privado o mueres’. Es de una desvergüenza insoportable”.
El PSOE de Andalucía, por su parte, ha iniciado una campaña para conseguir la presencialidad en todos los centros de atención primaria de la comunidad, algo que el consejero de Salud ha anunciado, con claros y contundentes matices, para el próximo mes de octubre.
El SAS ha puesto todo su empeño en la creación de “protocolos asistenciales para la consulta de acogida” en vez de potenciar la presencialidad cien por cien por parte de todos los pacientes que así deseen una consulta con su médico de cabecera. Para ello, la Consejería de Salud ha diseñado estos protocolos “como instrumentos de soporte o apoyo clínico en estas consultas”, elaborados por parte de “un grupo multiprofesional formado por médicos y enfermeros de los centros y representantes de las sociedades científicas de referencia de atención primaria (SAMFyC, SEMERGEN, SEMG y ASANEC)”. Todos estos protocolos de actuación, 18 en total, serán de obligado cumplimiento por parte del personal de enfermería, sobre quien recaerá toda la responsabilidad profesional para valorar los “procesos sintomáticos de mayor prevalencia que se atienden en las consultas clínicas no demorables”.
