El autor de novelas de referencia de la literatura española de las últimas décadas como Crematorio, En la orilla o Paris-Austerlitz cierra con esta tercera y última entrega de sus Diarios (A ratos perdidos 5 y 6), publicada también por Anagrama, una obra monumental que aún, debido a la cercanía de su publicación, es imposible apreciar en toda su dimensión, por todo lo que acarrea, por todo lo que significa, por todo el peso que conlleva el contenido que encierran estas casi mil páginas de entregada sinceridad, honestidad y sobre todo dignidad personal y profesional. Porque Chirbes representa como pocos el perfil de escritor entregado a su obra, con una vida que vuelca a chorros sin complejo alguno en estas páginas tan bellas como desgarradas por momentos, porque en todas ellas se puede apreciar una humanidad admirable y sobrecogedora.
Leer al Chirbes más íntimo es un placer incomparable que incluso llega a superar el elevadísimo listón que dejó con su obra de ficción, y el tiempo asentará aún más si cabe como libros de referencia en el género diarístico estos tres volúmenes que ahora culmina Anagrama con la publicación de la tercera entrega que cierra la serie.
Chirbes se explaya al hablar sobre libros, el proceso de escritura, el amor, la vida en toda su dimensión, en definitiva. Y lo hace ligero de equipaje, sin el más mínimo prurito de engolamiento
Chirbes se explaya al hablar sobre libros, sobre el proceso de escritura, sobre el amor, sobre la vida en toda su dimensión, en definitiva. Y lo hace ligero de equipaje, sin el más mínimo prurito de engolamiento y egocentrismo del que pecan muchos al hacer uso del diario personal para exhibirse ante todos ocultando verdaderamente su ser en poses más o menos afectadas. Chirbes no es así, todo lo contrario. En estas páginas hay verdad, sinceridad, entrega, compasión, ternura, dulzura, ironía… Ingredientes todos ellos aderezados con una prosa potente y visceral, sin atajos.
La última vez que Chirbes se dirige a su diario fue el 28 de junio de 2015, apenas un mes y medio antes de fallecer. “Hace meses que estoy pensando lo peor, pero no tengo muchas ganas de vivir que digamos, y calculo que no es mal momento, antes de que empiecen las limitaciones de verdad, las dependencias ajenas. Lo que sea y cuando sea, con tal de que no resulte desagradable”. Lo dicho, Chirbes es un volcán de verdad, siempre directo a ese lugar que no permite dudar un instante de que estamos ante un ser excepcional, un escritor único que siempre tendrá su lugar de honor en la literatura española de las últimas décadas.
