Después de la tormenta

Dirigida por Hirokazu Koreeda

0

Ryota es un novelista que escribió en su día una novela de corte autobiográfico, “La mesa vacía” y ganó un premio literario de nivel. Ahora trabaja como detective privado, básicamente se dedica a seguir a casados y casadas infieles para proporcionar al cónyuge cornudo las fotos que agilicen el proceso de divorcio, y se gasta el dinero que gana en el juego. Su hermana, su anciana madre y su ex esposa han continuado con sus vidas hacia adelante sin contar con él.

Ryota deberá retomar el contacto con sus seres queridos, comenzando un camino introspectivo que le permitirá retomar el control de su existencia y de ser capaz de encontrar su lugar en el mundo. El primer contacto que intentará restaurar será el de  su hijo. Un tifón de verano que les permitirá conocerse mejor mutuamente, y de paso dialogar con su ex mujer sobre qué fue mal en su relación.

El concepto del amor en Japón nada tiene que ver con el nuestro. La ex mujer de Ryota, por ejemplo, dice en un momento: “Puede que me vuelva a casar” Ryota le pregunta. “Pero ¿estás enamorada?” y ella le responde. “Yo ya no soy una adolescente, debo pensar en serio” ¿Es una escéptica? No, es japonesa. La madre de Ryota le explica que ella nunca ha conocido un amor tan profundo como el océano y tan alto como una montaña, como el que describe la canción, que tampoco cree que él lo haya conocido, y que gracias a Dios que no lo han conocido, porque si no, no habrían sobrevivido. ¿Es la madre una escéptica? No, es japonesa.

Pero Ryota representa al nuevo Japón, contaminado de valores occidentales, que busca otro tipo de valores más allá de la eficacia y la conformidad. Ryota representa, precisamente, al cine de Koreda. Representa otra mirada al mundo. Desencantada, confusa, perdida y para nada conforme con la tradición. El discurso de Hirokazu Koreeda está enfocado a las nuevas generaciones japonesas que se alejan de sus costumbres milenarias, el retrato de una generación carente de identidad.

Desde sus inicios como creador de documentales para televisión, Koreeda e cineasta ha desarrollado un discurso propio y coherente, donde uno de sus principales temas ha sido la familia. Koreeda  reflexiona sobre la quiebra del modelo clásico de familia japonesa (rígido, patriarcal, vertical), sobre los roles que desempeñan los miembros de la familia y las relaciones que se establecen entre ellos, así como sobre la aparición de grupos sociales que pueden ser considerados sustitutos o evoluciones de la familia clásica  ( en este caso, la relación que mantiene el protagonista con su compañero de trabajo es desde luego mucho más fraternal y cariñosa que la que mantiene con su hermana)

No se trata de un drama tremendo, pero Koreeda se interesa más por las relaciones humanas que por la gravedad de los errores cometidos por Ryota, que son muchos y variados. Koreeda hace un retrato agridulce de la familia y el matrimonio. Una familia que no funciona, con dos hermanos que se odian y una madre que claramente detestaba a marido del que ha enviudado. Una familia tan cercana como extraordinaria, rotunda en sus sutilezas y contundente en su serenidad. Por muy japonesa que sea, todos hemos vivido o conocemos historias similares. Las posiciones irreconciliables, las relaciones enquistadas, el amor que existe pese a todo y que convive con los resquemores de una convivencia que precisamente por estrecha provoca tensiones. Una amalgama de sentimientos sentados las verdades nunca dichas. En el cine de Koreeda la vida se desarrolla con sutileza sin que aparentemente nada ocurra, pero ocurren muchas cosas.

Solo me queda decir que Hiroshi Abe, el actor protagonista es un auténtico portento ( lleva todo el peso de la narración, no hay una escena sin él) y además es guapo hasta decir basta. Y finalizar la crítica con la frase estrella que pronuncia en un momento dado y que resume toda la película. No todo el mundo puede convertirse en lo que desea ser.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre