Los Coordinadores de Bienestar y Protección del alumnado constituyen una figura que la Comunidad de Madrid ha implantado en los centros educativos cuyo alumnado es menor de edad, mediante las Instrucciones de inicio de curso 2022-2023. A diferencia de otras figuras de coordinación, esta no lleva asociada ninguna compensación económica, es decir, que los docentes a los que, por falta de personal voluntario, se les ha asignado asumir esta figura durante este curso, no reciben retribución alguna por ello.
Las once funciones específicas que ha de desarrollar el Coordinador/a de Bienestar y Protección, las establece el artículo 35 de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia y están enfocadas en la prevención, coordinación y actuación para el fomento de mecanismos relacionados con la detección de casos de violencia, que menoscaben la convivencia en el centro educativo y su entorno, por motivos de discapacidad, diversidad o especial vulnerabilidad.
Desde el equipo docente de CSIT Unión Profesional, coinciden con las Administraciones tanto estatal como autonómica, en que «se trata de un puesto de gran importancia y responsabilidad, por lo que esta organización sindical defiende que, para el correcto desarrollo de las funciones asignadas, se remunere específicamente al docente que las asume, así como que se establezca una franja horaria más acorde con la carga de trabajo que ello conlleva».
La organización no considera consecuente que la Administración educativa asigne, para desarrollar todas las acciones derivadas de estas once funciones, «tan solo una sesión semanal, es decir, únicamente 45 minutos o, en el mejor de los casos, una hora».
Carga de trabajo y formación específica
En cuanto a la formación específica recibida por los docentes nombrados Coordinadores de Bienestar y Protección del alumnado en sus centros, la mayoría de ellos coinciden en apuntar que, dada la carga de trabajo de su labor docente, les resulta muy complicado formarse para adquirir los conocimientos o habilidades que garanticen el desarrollo de las funciones con el alto índice de calidad que se espera para cubrir satisfactoriamente las situaciones que puedan surgir.
Dado que las tareas específicas del Coordinador de Bienestar y Protección conllevan una dedicación de tiempo extra para el docente nombrado coordinador, la carga de trabajo se ve incrementada y repercute tanto en ese docente como en el resto del equipo.
Desde el sindicato insisten en que «las tareas encomendadas a la figura del Coordinador son difíciles de desempeñar para cualquier docente que ya de por sí sufre la sobrecarga de trabajo que venimos denunciando públicamente».
Ahora esperan que la Consejería de Educación tenga en cuenta la cada vez mayor carga de trabajo que soportan los docentes de la Comunidad de Madrid y que configure unas plantillas de personal adecuadas no solo a las ratios alumnado/profesor, sino también a las funciones que han de desarrollar fuera del horario lectivo, como es la implementación de actividades, corrección o la formación en nuevas tareas, como las del Coordinador de Bienestar y Protección del alumnado, entre otras.
Una figura controvertida
José Manuel López Viñuela, padre de Kira, la joven de 15 años que se quitó la vida tras ser víctima de acoso escolar en el colegio concertado religioso Manyanet al que acudía, en el barrio Sant Andreu de Barcelona, hace meses adelantó a Diario16 la polémica que estaba suscitando la figura del Coordinador de Bienestar y Protección.
Este padre recordaba que «a mi el Presidente me mandó una carta diciendo que pondrían el coordinador de bienestar. Cuando la recibí, dije: la idea es buena si se aplica bien». Para ello, la propuesta de José Manuel López Viñuela es que los coordinadores de bienestar sean funcionarios asignados por el Ministerio en base a sus conocimientos en la materia, con un despacho en cada centro escolar. «Y que estos señores sean neutrales, y no sean juez y parte. Ya verás cómo eso funciona. Esa figura ahora depende del colegio. Más de la mitad de directores de colegios públicos son nombrados a la fuerza por las respectivas consejerías de Educación. ¿Sabes por qué? Porque ninguno quiere ese marrón por ganar 300 o 400 euros más. Pues ahora están nombrando a la fuerza, sin dar dinero, sin dar recursos, al coordinador de bienestar, al señor que, como muera un niño en el colegio o salga el niño mal, se va a comer todas las consecuencias penales o civiles que se puedan dar. Ya se están quejando los sindicatos de que eso no puede ser. Les están metiendo más carga por el mismo sueldo y además no les bajan las horas de clase».
