martes, 7mayo, 2024
24.2 C
Seville

El gueto global

La tríaca maravillosa

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

El único consenso que hay en España ahora mismo es que no hay consenso… Basta una micra de caletre para constatar la falta de criterio y el cainismo oposicionista generalizado, con total desprecio se sostiene algo que mañana pueda servir para pedir la dimisión del contrario por lo mismo… ¿Han visto irse a alguien por haber recomendado, promocionado y tolerado lo de “Salvar la Navidad” o más bien escurrir bultos y recriminar a los otros?

Muchas costuras revientan. Las empresas farmacéuticas (financiadas con dinero público) a quienes compramos las vacunas (con dinero público) por medio de contratos secretos (públicos) no van a cumplir con los compromisos (públicos) de entrega de sus vacunas. Se rumorean posibles ventas a terceros países, además de un reparto “sui generis” en cada corrillo. Me hace gracia que estemos sorprendidísimos pensando en que los negociantes chalanean con sus productos, ¡vaya descubrimiento!; o reinando acerca de quiénes se han “colado” para vacunarse obviando algo que va de sí, que el chorizo que se adelanta lo intentará también con sus familiares o allegados… lo que quiero decir es que estamos en un sálvese quien pueda mundial prototípico del que sólo atisbaremos la punta del mojoncillo.

Cómo huele a economato militar de la España de siempre. Sea. A mí lo que me tiene preocupado es: si ésta es la situación en los países ricos e hipercivilizados, ¿qué está pasando entre los pobres? Primero, si aquí estamos acojonados ola para acá, resaca para allá, si la tasa de mortalidad, el colapso en las UCIs o los contagios descontrolados nos están deprimiendo y desesperando, ¿qué estará pasando en Burkina Faso o en Burundi o en Zimbaue o en Filipinas o en Mongolia o en Bolivia o en Haití…? No sólo es retórico, ¿se han dado cuenta de que apenas son visibles las noticias de zonas del mundo que, en principio, tienen todo para convertirse en desastres apocalípticos? Segundo: ¿qué está ocurriendo o va a ocurrir con las vacunas?, si aquí empieza a complicarse y ya dudamos de un próximo verano normalizado ¿cuándo, cómo y quién va a adquirir y distribuir vacunas en dictaduras o en estados fallidos?

No sé si nuestra prensa tapa esto o si es mejor que no lo sepamos, y nos preocupemos por lo nuestro como prioridad. Me pongo neurótico y pienso ¿cómo se puede ocultar un supuesto drama planetario como éste? Ya deberían haber saltado las alarmas, pero no… Sabemos de Bolsonaro-Brasil, pero ¿la pandemia no llega a todos esos países superpoblados en los que no hay ni agua corriente, mucho menos respiradores; donde no hay para comer y mucho menos distancia social?

Salgamos de este impás incómodo y vayamos todavía más allá: temo que se va a abrir una falla terráquea insalvable; está claro que tarde o temprano aquí viviremos con esto medio controlado, sin embargo una parte del planeta, la mayor, va a convivir con la enfermedad como lo haya hecho hasta ahora: padeciéndola sin más y sin importar a nadie, no les llegarán los medios; y si eso es así, los ricos que nos inyectemos la tríaca maravillosa nos vamos a ver “obligados” a controlar los movimientos de población por motivos estrictamente “sanitarios”…

Acabo de describir el paraíso del nazi disimulado. No hará falta articular racismo alguno, la salud puede convertirse en el muro que haga realidad el sueño de Trump, que convierta en cotidiana la pesadilla de los “walking deads”, ¿por qué no una katana para defenderse? Nuestros intelectuales se preocupan por un muro de hormigón que se demuele con relativa facilidad, mientras colaboran silenciosos con la construcción de otro ideológico que marcará el devenir histórico: somos los albañiles del Trump triunfante.

Sin conspiraciones; a mí lo conspirativo me falla por inconsecuente, atribuir inteligencia tal a personas que fueran capaces de doblegar a la Historia y a miles de millones de personas conllevaría asumir que realmente son tan geniales que merecen triunfar… no me cuadra. Pero tampoco la falta de análisis crítico, la maldad está siempre metastatizándolo todo, no dudemos que hay quien va a intentar modular la situación actual para su beneficio propio absoluta y psicopáticamente indiferente al daño causado. La Justicia no es: se hace constantemente, de ahí la necesidad de pensadores aparentemente poco prácticos, la analista teórica en realidad nos alerta de los peligros constantes de la reacción. Esto está fallando hoy, abandonados por una Cultura indolente y entretenedora, triunfan idiotas que llegan a la fama y conspiranoicos que sustituyen a la inteligencia.

Lo que no puede negarse es que si no ponemos remedio y organizamos la vacunación del planeta entero sin distinciones de bolsillo, estaremos fundando una nueva era de aislamiento para los pobres, que sólo podrán circular controlados y analizados a fin de ejecutar los servicios perfectamente diseñados para la esclavitud rediviva, el gueto global.

Querría ser más optimista, pero oigo las noticias de una señora togada que se ha vacunado por la cara y se sospecha que se llevó un puñado de viales para su casa; mucha gente, en conversaciones informales, dice que haría lo mismo, porque para que se salve otro… salvo a los míos. ¿Cómo vamos a pretender solidarizarnos 8.000.000.000 de personas? La corrupción de lo mejor es lo peor, decía Aristocles de Atenas. El animal más capaz es el más malo, sin duda; el que puede hacer de la Tierra un paraíso (porque tenemos los medios para ello), está fabricando una grotesca pesadilla planetaria. Sólo podemos confiar en el caos y en que los atractores probabilísticos cambien tendencias… no puedo confiar jamás en lo humano porque hemos demostrado ser suficientemente lerdas para caer mil veces.

Cuando dejemos de mirarnos la nariz moqueante (por coronavirus) deberíamos empezar a preocuparnos por el mundo que viene; el impacto de todo esto sólo es comparable al de la Segunda Guerra Mundial, de nosotros depende que el sufrimiento sea útil o la antesala de un triste final para un sueño que nunca se realizó.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído