Que la crisis que está pretendiendo provocar Estados Unidos entre Europa y Rusia con Ucrania como excusa tiene que ver con el acceso y gestión de recursos como el gas a nadie se le escapa.
Alemania ya está actualmente por debajo del nivel de alerta en cuanto al gas disponible, puesto que su mayor proveedor es Rusia.
Por su parte, Austria avisó de un apagón general que tendría lugar en el periodo de los próximos cinco años. La ministra de Defensa austriaca afirmó que, si bien no sabía cuándo ocurriría ni durante cuánto tiempo, sí aseguró que se produciría en algún momento. La razón se encontraba precisamente en que su principal abastecedor de gas es Rusia.
En España nuestra principal fuente de abastecimiento era Argelia, aunque esta situación ha cambiado hasta el punto en el que nos encontramos actualmente: la mayor parte del gas que recibimos proviene de Estados Unidos.
El gas estadounidense copa el 35% de las importaciones de España en el pasado mes de enero, frente al 25% de las compras realizadas a Argelia, según los datos de Enagás recogidos por El Periodico.
Durante el último trimestre del año 2021, el 31 de octubre, se produjo el cierre del principal gasoducto que nos abastecía, el del Magreb-Europa: la decisión del cierre por parte de Argelia provocó un cambio importante para nosotros. España tuvo que comenzar a adquirir gas licuado, que llega por barco, para poder mantener el nivel de suministro.
La llegada del gas proveniente de Estados Unidos ha cambiado la balanza, superando al gas argelino, que hasta ahora venía siendo nuestra principal fuente de abastecimiento. Nos abastecían desde Argelia suponiendo el 43% del total, mientras desde Estados Unidos a penas llegaba un 14%. Sin embargo ya en 2020, a comienzos de la pandemia, hubo momentos en los que Estados Unidos y Qatar fueron nuestros principales proveedores, un hecho que ahora viene a confirmarse respecto de los norteamericanos.
Desde el cierre del gasoducto proveniente de Argelia, el 70% del gas llega en barco.
El suministro de gas es ahora mismo una de las principales preocupaciones de los gobiernos europeos: nuestro ministro de exteriores, Albares, estaría intentando negociar con Francia, que hasta ahora se suministraba mayoritariamente del gas ruso, para abastecerles. Un planteamiento que no tiene unanimidad en el actual gobierno, puesto que Ribera lo rechaza como opción.
