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El sistema sanitario

Ayer tenia cáncer, hoy ya no

Joaquín Ortega Herrera
Joaquín Ortega Herrera
Ingeniero de edificación Arquitecto técnico Profesor Programa Universitas de la Universidad de Salamanca
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análisis

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Todo empezó con un análisis de sangre rutinario, mi medico de familia, buen amigo desde la infancia, me dijo:

-Tienes el PSA muy alto, te voy a mandar al urólogo para que te vea la próstata, el problema –continuó diciendo- es que urología tiene una larga lista de espera casi 70 días para consulta y de mas de tres meses para intervención quirúrgica, yo me quedo mas tranquilo si usas tu seguro privado, estas cosas es mejor no demorarlas, son los mismos urólogos que en el hospital y seguro que te dan cita para esta semana.

A partir de ese momento todo se convirtió en un calvario, lo primero que me hizo el urólogo fue un humillante y desagradable tacto rectal, luego mas consultas, múltiples pruebas, preoperatorio para acabar en una desagradable biopsia también rectal, dos semanas después llegó el resultado:

-Hay dos noticias, la primera es que ha salido positivo –me dijo- tienes cedulas cancerígenas, la segunda es que están muy localizadas y son del grado 6 el parámetro mas bajo que existe.

-En tu caso hay tres opciones –continuó- una es esperar como evoluciona bajo un control trimestral, la segunda es operar y la tercera, poco recomendable, quimio o radio, te tengo que prevenir de que las dos ultimas tienen efectos segundarios, es posible que pierdas definitivamente la capacidad de erección –comencé a sudar, me tocó mi vanidad viril, hay pocas cosas peores que se puedan decir a un hombre tenga la edad que tenga, aunque su uso sea escaso y decepcionante- el otro efecto es que vas a tener que pasar unos meses usando pañales por incontinencia –esta me dolió mas aun, no atentaba solo contra mi virilidad, me suponía el paso a la irrevocable vejez-

Salí de la consulta sin tomar ninguna decisión decepcionado y depresivo, días después localicé por internet una clínica privada en Madrid que operaba estas patologías por medio de un robot, al parecer único en España, que minimizaba tanto la operación, como sus efectos secundarios, me dieron cita con una rapidez asombrosa.

Otra vez comenzaron las pruebas primero, como no, el tacto anal, me da la impresión que los urólogos a modo de saludo, te dicen bájese los pantalones y, tienen ya un dedo preparado para metértelo en el culo, la prueba mas destacada fue un TAC multiparametrico especial que solamente hacían en tres hospitales y que afortunadamente cubría mi póliza de seguro medico privado, me dieron cita diez días después.

Para desahogarme, hice un viaje de unos días a Barcelona, ciudad en la que siempre me he encontrado bien, allí me fue fácil ir dejando atrás la tristeza e irla cambiando por esperanza, volví el mismo día de la cita para el TAC, fue horrible, una hora en ese odioso tubo y metiéndome en vena vaya usted a saber que contrastes, me dejaron baldao.

Otra semana después, resultados y consulta.

-No lo vemos claro -me dijeron- los resultados del TAC chocan con los de la biopsia, seria conveniente por medio de una nueva biopsia realizar un mapeo de próstata que consiste en coger un numero importante de muestras desde el exterior, que sumado a un estudio de microultrasonidos, nos dará una idea mas exacta del problema al que nos enfrentamos.

Que lo iba a hacer, si no lo tenían claro, había que volver otra vez a la inevitable y desagradable espiral de pruebas. Esta vez la enfermera después de hacerme un calendario de citas, me indicó que las pruebas no entraban en las pólizas de ninguna sociedad medica privada, por lo que tenia que pagar por adelantado, la no desdeñable cantidad de 3.000 euros. Ya no podía volverme atrás, por lo que 3.000 euros después inicié otra vez, toda la parafernalia del preoperatorio, análisis, radiografías, ecografías, electros y como no otro tacto rectal.

Después de repetir todas las pruebas, acojonado, ingrese al mediodía, de la intervención no me enteré de nada, anestesia epidural, mis recuerdos se remiten al ir y volver con la camilla viendo pasar las luces del techo, esa misma tarde, en cuanto oriné toda la sangre inimaginable, me dieron el alta. A los dos días nuevos resultados.

-Tengo buenas noticias –aseguró el urólogo, en el momento que yo me bajaba los pantalones- no esta vez no hace falta –dijo riéndose- no hemos encontrado ninguna cedula cancerígena, no hay ningún indicio de que tenga usted cáncer de próstata, además los parámetros del TAC y las analíticas lo confirman, haga su vida normal y en un año nos vemos para una revisión, en estos días interesa que beba mucho agua para volver a su micción normal.

-Puedo beber cerveza –pregunté,

Por supuesto la cerveza es diurética y en este caso viene bien –joder que felicidad, al final dos excelentes noticias-

Dos meses después de iniciar el calvario estoy en la playa, con unos terribles hematomas que me llegan desde el culo hasta los testículos y que me duelen un huevo (nunca mejor dicho), aunque contento no las tengo todas conmigo, ¿seria simplificar mucho el asegurar que después de pagar 3.000 euros en diversas pruebas no tengo cáncer y que si no hubiese dispuesto de ese dinero si lo tendría?. O haber procrastinado (que ganas tenia de utilizar esta palabra en un texto) y haberme puesto a la cola en las listas de espera de la sanidad publica y estar aun esperando el día de mi primera consulta.

Cuento mi historia, lo mas fielmente posible, porque todo este tiempo ha coincidido con la precampaña y la campaña electoral, por supuesto no he leído ni leeré nunca ningún programa electoral, pero aun no he escuchado, incluidos los dos debates, a ninguno de los presidenciales decir nada concreto sobre sanidad, un problema vital en el que están sumidos cientos de miles de personas.

Partiendo de la base de que el mantenimiento y mejora del sístema publico esta atado por la constitución y que lo contrario seria inadmisible, desde el estado y como no desde las autonomías, es necesario dotar al sistema sanitario de un gran incremento económico destinado a aumentar medios humanos, hoy hay la vergonzante cifra de 23.400 médicos menos que en al año 2009, e incrementar los medios tecnológicos, a la vez que efectuar urgentemente importantes y fundamentales mejoras en su gestión, no se puede o no de debe mantener un sistema sanitario publico asentado en interminables listas de espera, y si no son capaces, que parece ser que no lo son porque, maquillen lo que maquillen, el problema es similar en todas las comunidades autónomas, reconózcanlo y empiecen a gobernar.

Los que hoy tenemos un poder adquisitivo medio-alto pagaremos un sistema privado, cada día mas en auge debido exclusivamente a las carencias del sistema publico, y sufragaremos, en la medida de nuestras posibilidades, los gastos que las pólizas no contemplen, hay que tener en cuenta que estas compañías se mueven por un estricto criterio empresarial, que año tras año van aumentando sus beneficios, y que como otros sistemas de la sociedad capitalista en la que vivimos son insaciables y seguirán excluyendo mas servicios de la cobertura de sus pólizas, para acabar expulsando a las personas no rentables, los enfermos crónicos y los de mas edad, a los que afortunadamente en nuestro país les quedará la sanidad publica.

Por curiosidad pregunté si la operación de robot entraba por mi sociedad privada, me dijeron que ningún seguro sanitario incluía dicha operación, el coste aproximado es de 25.000 euros y los que no puedan, a las listas de espera.

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