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Histórico éxito internacional de Luis Abinader con la implicación de Estados Unidos en Haití

Por su parte, el líder de la oposición, tras los diferentes anuncios del gobierno de los Estados Unidos, va de ridículo en ridículo demostrando que no es un hombre de fiar para dirigir el destino del pueblo dominicano

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La Asamblea General de Naciones Unidas de la semana pasada ha generado muchas conclusiones por la ingente cantidad de asuntos tratados, tanto en los discursos de los mandatarios que han participado en la misma como en las reuniones bilaterales mantenidas por los diferentes líderes mundiales.

Uno de los grandes triunfadores de la Asamblea General de 2023 ha sido, sin ninguna duda, Luis Abinader. El presidente de República Dominicana llegó a Nueva York con una grave crisis fronteriza con Haití, tras la construcción ilegal de un canal que desviaría el cauce de un río del que ambos países comparten soberanía.

Desde que llegó al poder en agosto de 2020, Abinader ha aprovechado cualquier foro, evento o cumbre internacional en la que participara para advertir de que la situación de Haití iba a derivar en una grave crisis humanitaria y armada. Abinader reclamó en múltiples ocasiones que la comunidad internacional se implicara en resolver la situación de Haití y sólo obtuvo el silencio como respuesta. Muchas promesas, muchos compromisos, pero pocos hechos.

Sin embargo, la Asamblea General de Naciones Unidas de 2023 ha sido el foro en el que las palabras de Luis Abinader han tenido respuesta positiva. En su discurso afirmó que «no me es grato recordar el llamado que hice hace dos años atrás a esta Asamblea General, cuando dije, que desde que llegamos al poder hemos venido anunciando la posibilidad de que la situación haitiana pueda desbordar las fronteras de ese país, incidiendo como un factor de inseguridad en la región.  Hoy dos años después, se verifica la dura realidad de esa advertencia. Un pequeño grupo de particulares haitianos ha retomado la construcción de un canal de trasvase ilegal en territorio haitiano para extraer agua del río Dajabón, en violación de los tratados domínicos- haitianos […] La información de la que disponemos indica que es una maniobra de control de agua por parte de una reducida élite económica- política, para lucrarse con su venta a pequeños productores de la zona. La idea de ese proyecto nunca fue comunicada al gobierno dominicano, ni se suministró información sobre su envergadura, impacto ambiental y la identidad de sus beneficiarios finales. El proyecto pone en peligro de inundación, tanto el parque industrial CODEVI y sus 19.000 trabajadores haitianos, como también a una parte de las ciudades fronterizas de Dajabón y Juana Méndez. La situación ya ha derivado en una delicada animosidad a ambos lados de la frontera».

El fruto ha sido recogido a través de la respuesta de Estados Unidos. En primer lugar, ante la misma Asamblea General fue el presidente Joe Biden quien instó al Consejo de Seguridad de la ONU a que autorizara el envío de una misión a Haití.

Este movimiento de Biden ha sido continuado por el Secretario de Estado, Antony Blinken, al anunciar 100 millones de dólares para esta intervención destinada a dar respaldo logístico, transporte aéreo, comunicaciones, servicio de inteligencia y apoyo sanitario.

Blinken, utilizando los mismos argumentos que Luis Abinader lleva plasmando en sus llamamientos desde hace más de 3 años, señaló que la comunidad internacional debe aportar personal, equipos y financiación para que el despliegue tenga éxito. «Haití y su pueblo no pueden esperar más», afirmó.

La misión internacional en Haití, que puede ser aprobada esta misma semana por el Consejo de Seguridad, es un éxito diplomático del presidente Luis Abinader, un éxito histórico porque ningún líder de República Dominicana del pasado ha logrado un posicionamiento de este tipo.

Leonel, del absurdo al ridículo

Mientras el presidente dominicano presenta soluciones a los problemas de la ciudadanía y resuelve diplomáticamente los conflictos en los que está en juego la soberanía nacional de República Dominicana, Leonel Fernández sigue intentando «rascar» votos allá donde pueda y con los argumentos del populismo más radical.

Ahora, en una de sus últimas declaraciones, se ha puesto en contra del cierre de la frontera. «Respecto al cierre de fronteras, consideramos que se ha cometido un error, porque el comercio entre Haití y República Dominicana representa diariamente un comercio de más de 150 millones de pesos, representa anualmente más de mil millones de dólares […] no va a lograr que en Haití se detenga la construcción del canal. Tenemos que apelar a otros métodos más eficaces y más en el ámbito de la diplomacia regional».

Esto lo dice Leonel cuando se ha producido el mayor éxito diplomático de la historia de República Dominicana y en un momento en que las conversaciones del gobierno de Abinader con las autoridades democráticas de Haití continúan desarrollándose dentro, precisamente, de los canales diplomáticos locales.

El ansia de poder lleva, en ocasiones al ridículo, y eso es lo que le está sucediendo a Leonel Fernández. Además, mientras no dé explicaciones reales al pueblo de la corrupción que se dio durante sus 12 años de Presidencia, sobre todo en relación con el dinero de la reconstrucción de Haití, Leonel no está legitimado ni para ser presidente ni para exigir explicaciones a Luis Abinader.

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