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Junts, «un quiero y no puedo» de cara a la investidura de Sánchez

El futuro político de España y Cataluña está en juego, y la determinación final de JxCat tendrá un impacto significativo en el devenir político del país

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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El partido Junts per Catalunya (JxCat), liderado por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, se encuentra en una encrucijada política. La decisión de ceder sus siete votos a Pedro Sánchez para su investidura como presidente del Gobierno, o de bloquear dicha investidura y forzar una repetición electoral, no es una elección sencilla. Existen diversos incentivos y contradicciones que JxCat debe enfrentar en esta crucial determinación.

Uno de los principales argumentos a favor del acuerdo con Sánchez es la oportunidad para JxCat de recuperar la influencia que en el pasado ostentaba CiU en Madrid. En los últimos tiempos, esta capacidad había sido ejercida por ERC, relegando a JxCat a una posición aritméticamente irrelevante y minando su poder institucional. El sector más posibilista de JxCat ve en esta situación una oportunidad para colocar al partido nuevamente en la centralidad política, aunque reconoce que será a un precio elevado.

No obstante, esta opción choca con la necesidad de mantener la coherencia. Carles Puigdemont, en una entrevista durante la campaña electoral, afirmó tajantemente que «Pedro Sánchez no será presidente con los votos de Junts». Aunque no todos en JxCat recibieron con agrado esta declaración, la interpretación literal de dicha afirmación limitaría considerablemente sus posibilidades de negociar la investidura sin perder la coherencia ideológica.

Entre las razones a favor de ceder sus votos a Sánchez, JxCat plantea la posibilidad de obtener avances. Amnistía y autodeterminación son los objetivos que JxCat ha establecido como precio para apoyar a Sánchez. Sin embargo, estos objetivos se enfrentan a la negativa de los socialistas a considerarlos viables dentro del marco constitucional. Aun así, la fuerza negociadora de la aritmética parlamentaria que hoy ostenta JxCat podría permitirles conseguir otros avances o explorar alternativas para lograr resultados similares.

No obstante, el independentismo irreductible presiona para bloquear la investidura y grupos como la ANC y sectores más radicales ven la posibilidad de pactar con Sánchez sin obtener amnistía y referéndum como una pérdida de firmeza en la lucha independentista. Los independentistas con posturas más extremas creen que JxCat debería sopesar el enfrentarse a un Gobierno PP-Vox, que podría movilizar aún más al soberanismo, con la opción de un Gobierno de PSOE y Sumar que, para ellos es poco favorable para avanzar hacia la independencia.

Las tensiones internas entre sus sectores más pragmáticos buscan controlar el rumbo del partido pero el expediente judicial que pende sobre Puigdemont, con la posibilidad de su detención por parte del Estado, podría afectar las negociaciones.

El objetivo para JxCat es aprovechar la oportunidad para alcanzar la unidad independentista y construir un frente común negociador con ERC. La prioridad del partido está en prepararse para las próximas elecciones catalanas y recuperar la hegemonía independentista en su territorio.

Aunque aún es temprano para afirmar cuál será la decisión final de JxCat, dese la formación afirma que están en una fase preliminar y no descartan ninguna posibilidad. Mientras tanto, en ERC ya analizan escenarios con JxCat y no ven imposible un pacto, aunque reconocen la resistencia del sector más intransigente. Puigdemont, que en campaña dejó claro que no apoyaría un gobierno de Sánchez, en los últimos días ha dado señales de que hay margen para un acuerdo, aunque el camino no será sencillo y se requiere prudencia y discreción.

El futuro político de España y Cataluña está en juego, y la determinación final de JxCat tendrá un impacto significativo en el devenir político del país.

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1 COMENTARIO

  1. Pues apañados seguimos estando los trabajadores, el PSOE,todos sabemos que de obrero tiene poco, y JxCAT, es el partido más capitalista de derechas, y más antiobrero que nadie. Recuerden, que la infame reforma laboral de Rajoy sólo voto a favor este partido, o sus siglas anteriores, y eso que a Rajoy no le hacia falta, pues tenia mayoría absoluta.
    ‘Pa echarse a llorar’

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