Dos años sin pagar alquiler, en pleno centro de Madrid, sin contrato, es el sueño de cualquiera. El mecenas Kike Sarasola, muy amigo de sus amigos, dejó a Rivera este nidito de la calle Barquillo 7, para que le resultara más cómodo llegar a la Carrera de San Jerónimo. ¿Motivos de trabajo?.
El mismo mecenas prestó otra vivienda a disposición de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para no contagiar a la familia y pasar el confinamiento… ¡Cuánta amabilidad!.
Los mentideros de la villa comentan que se escuchaba música, mucha música, en la casa de Barquillo 7…
Quizá demasiada.

Ahora andamos justificando, a duras penas, la dudosa generosidad y la falta de costumbre ante la honradez.

¡Cómo son las cosas del querer!

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