La prostitución es un problema político que sólo se puede resolver si existe una voluntad clara para la erradicación de aquellos canales que son aprovechados por las mafias de trata de seres humanos para poder «comerciar» sobre todo con mujeres y niñas. La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, afirmó que «la prostitución no es el oficio más antiguo del mundo, sino la esclavitud más antigua y grande de la historia». Estas palabras resumen lo que muchas mujeres sienten porque la prostitución es una de las muestras más crueles del patriarcado.  

El día 10 de marzo de 2020, impartí una conferencia en la Universidad de Málaga en la que afirmé con total rotundidad que la abolición de la prostitución es cuestión de, precisamente, esa voluntad.

El debate de la abolición genera un arduo debate dentro del movimiento feminista. Sin embargo, para entender el fenómeno de la prostitución hay que tener claro que existen diferentes tipologías que tienen una solución diferente. En primer lugar, se encuentra la derivada de la explotación y la trata, la que se genera de la explotación de seres humanos que llegan a Occidente a través de las mafias de la migración ilegal. En segundo término, se halla la prostitución obligada, la que es consecuencia de una situación económica sobrevenida. Finalmente, tenemos la prostitución derivada de la elección libre de la práctica de relaciones sexuales con una contraprestación económica.

La primera supone el 77% de toda la prostitución y su abolición tiene más que ver con una cuestión de voluntad política porque si se quiere, este tipo de prostitución se puede eliminar mañana con la prohibición de los burdeles. Incluso en un gobierno de espíritu feminista cuesta tomar esa decisión. Sin embargo, los prostíbulos son centros de comercio sexual que deberían estar prohibidos porque, en gran medida, las mujeres que allí «trabajan» están explotadas y, tal y como se ha podido comprobar en diferentes operaciones policiales, tienen, en muchos casos, relación con las redes de tráfico de seres humanos.

Respecto a la segunda categoría, tienen que ser las estructuras de protección social las que den las condiciones adecuadas que impidan que las personas tengan que prostituirse para poder tener ingresos económicos.

Finalmente, en referencia a la prostitución que se ejerce libremente, es mucho más difícil pensar en su abolición, puesto que chocaría contra la libertad de decisión de las personas.

La prostitución es un fenómeno que va en contra de los valores de la igualdad real, porque ésta requiere un exhaustivo estudio sociológico que debe permitir desgranar a todos los niveles la variedad de matices que encierra en sí misma, sobre todo ahora que abordamos su amplio y variado significado con una normalidad que trasciende lo cotidiano para hacerse norma irrenunciable.

El Partido Socialista Obrero Español ha publicado un manifiesto en el que se recogen alguna de las conclusiones de esa conferencia, sobre todo en lo referido al primer tipo de prostitución que yo indiqué, el que está relacionado directamente con las redes de trata de seres humanos. «El PSOE se ha definido reiteradamente abolicionista de la prostitución y defiende un modelo social que luche por la desaparición de las causas que obligan a las mujeres a prostituirse, por ser incompatible con el modelo social que proponemos, de igualdad, de respeto a la dignidad de las personas, y de defensa de los derechos humanos de las mujeres. La igualdad entre mujeres y hombres continuará siendo inalcanzable mientras se compren, vendan y exploten a mujeres, niñas y niños, prostituyéndolos. Los estudios y las experiencias en otros países nos indican que allí donde se ha regularizado la prostitución ha aumentado la trata. Por tanto, entendemos que para combatir la trata de mujeres, niñas y niños con fines de explotación sexual de manera efectiva hay que acabar con la prostitución. Sin prostitución, no hay trata.

» Las y los socialistas trabajaremos para abolir la prostitución y erradicar la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, defender la dignidad de las mujeres y terminar con las redes y las mafias que se lucran explotando a las mujeres, niñas y niños. Debemos proteger y asistir a las víctimas, cooperar con los países de origen y concienciar a la ciudadanía de que es un comercio ilícito y una forma de esclavitud».

En estas palabras se puede comprobar esa voluntad política que no puede quedarse en palabras, sino acompañada de la adopción de medidas claras. Los prostíbulos deben ser cerrados y para ello es fundamental el planteamiento de un plan de actuaciones conjunto entre el Ministerio de Justicia y el de Interior.

La voluntad política también es necesaria para erradicar esa prostitución obligada por situaciones económicas sobrevenidas, y ahí deberían estar todos los ministerios, todos, para, cada cual en su responsabilidad, abrir puertas a esas mujeres que se ven obligadas a prostituirse para poder comer y que la ejercen en secreto, en habitaciones ocultas.

Si la voluntad política no va acompañada de medidas efectivas, la abolición de la prostitución y de la trata será un bonito deseo, una aspiración elevada, una bella utopía que no resolverá el problema de miles de mujeres y niñas.

2 COMENTARIOS

  1. Parece que se te olvida que el PSOE gobernó en este país 20 años y no hizo nada para abolir la prostitución, si ahora hace algo el gobierno de coalición no es por tu admirada Carmen Calvo, por mucho que insistas, sino por el actual ministerio de Igualdad. Menos loas y más análisis.

  2. Parece ser que a la señora Calvo se le ha olvidado por completo el escándalo de los menores tutelados de Baleares. A eso hoy le llaman memoria selectiva, pero para mí no es más que un repugnante ejercicio de cinismo e hipocresía.

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