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La banca se frota las manos ante una subida de tipos BCE que incrementará el precio de los préstamos hipotecarios

Sube un 38% la intención de hipotecarse para adquirir vivienda habitual y se desploma la compra por inversión

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análisis

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La apertura del mercado inmobiliario, en los primeros compases del año, ha animado a los españoles a la compra o cambio de vivienda habitual. Así lo refleja el III Barómetro ASUFIN de hipotecas: un 38% más de encuestados se muestran dispuestos hipotecarse por ese motivo, con respecto a julio de 2020 (datos del II Barómetro), frente a quienes compran para invertir.

En concreto, los encuestados que se hipotecarán para comprar vivienda habitual suman un 66%, frente al 27% del mes de julio: sube la intención de hacerlo para primer inmueble habitual en un 7% y, sobre todo, para cambiar de vivienda habitual, en un 31%. En el otro lado de la balanza, los dispuestos a hipotecarse para invertir descienden drásticamente al 34%, desde el 72% de julio. En este caso, los que buscan una segunda residencia descienden cerca de un 6% y se derrumba la compra de vivienda como inversión, hasta un 32%.

Pese a los mayores movimientos que registra el sector, estos datos demuestran que no estamos ante un escenario de burbuja inmobiliaria, ya que prima la compra de vivienda para residir, mientras que pierde enteros como inversión. El mayor peso que adquiere el cambio de vivienda también refleja que aunque las entidades quieran fomentar la contratación de hipotecas de los más jóvenes, son los que ya tienen una casa los que más dinamizan el sector.

Pocos cambios en precios

Las entidades, por su parte, han seguido manteniendo las condiciones de financiación y apenas se anotan cambios en los últimos seis meses, a pesar del contexto inflacionario en el que nos estamos moviendo.

Así, las hipotecas más económicas son las variables con vinculaciones, con un 2,30% de media (0,05% menos que en julio), seguidas de las fijas con vinculaciones con un 2,35% (0,01% menos que en julio). Estos precios, no obstante, son sólo bajos en apariencia porque el coste global puede ser muy superior al incluir los productos que lleva aparejados, como seguros o ahorro/inversión.

Las más caras son las que no vinculan productos, siempre en medias TAE, y sin tener en cuenta el coste de los productos que contratan. Las variables sin vinculaciones suben al 2,68%, un 0,02% más que en julio, y las fijas sin vinculaciones se sitúan en un 2,84%, un 0,03% menos.

También apunta el Barómetro que, aunque las variaciones de mercado (Euribor a 12 meses) están siendo mínimas, el temor a que la inflación presione al Banco Central Europeo, como ya lo ha hecho con la Reserva Federal Estadounidense, existe, máxime en el contexto en el que estamos, y podría llevar a un rápido encarecimiento de los préstamos. Ya que, cuando se producen subidas de tipos de interés, es el pasivo, ya sea préstamos personales o hipotecarios, los que primeros ajustan su precio al alza.

Hipoteca inversa

El barómetro hipotecario de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN) también recoge datos de las hipotecas inversas que hay en el mercado. En este caso, a diferencia de las convencionales, en las se produce un ligero descenso en los tipos de casi todos los tramos, se encarecen ligeramente los precios, de una media del 6,38% TAE en el mes de julio a un 6,5% actual.

ASUFIN sigue recogiendo el supuesto de un matrimonio que contrata una hipoteca de este tipo para averiguar su coste real. El mayor problema de este producto está en las escasas cuantías que se perciben. En el mejor de los casos, correspondiente a Caser, se recibe una mensualidad de 331 euros, y en el peor de los casos, Vitalitas, de 301 euros.

Esto supone que solo se entrega en rentas un 18,8% de media del valor de la vivienda, generando, a su vez, una deuda media si esta persona alcanza los 83,30 años (media de esperanza de vida actual) del 28%, casi 10 puntos por encima de lo que se recibe. Si la edad de supervivencia sube, estos costes se multiplican, de modo que si se alcanzan los 90 años, la deuda supera el 44,3% y si alcanzan los 95 años, un 53,8%.

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