Sociedad Civil Catalana ha organizado esta manifestación que ya tiene concentrado a miles de personas entorno al Paseo de Gracia. Se espera que sea la manifestación más multitudinaria de Barcelona y cuenta con la participación de Borrel, Rivera, Iceta, Piqué, Gomá, Freixes y, entre otros, Frutos.
Desde las 10 de la mañana comienzan a llegar mareas de diferentes puntos de Cataluña, y algunos de otras comunidades españolas, aunque la mayor parte son personas que viven en Barcelona.
Tres semanas después de la primera manifestación del bloque constitucionalista en Barcelona, los “invisibles” en el conflicto vuelven a tomar Barcelona para que se conozca su postura constitucional y, en muchos casos, incluso de apoyo al artículo 155 que el Gobierno ha aplicado tras declarar el Parlament la independencia.
Bajo el lema ’Tots som Catalunya. Per la convivència, seny!’, la manifestación recorrerá desde Paseo de Gracia con la calle Diputación hasta la Gran Vía, donde está previsto que concluya a las 13.00h con diferentes intervenciones en un escenario.La lectura del manifiesto al final de la manifestación estará a cargo de los vicepresidentes de Sociedad Civil Catalana, Alex Ramos, Miriam rey y José Domingo. La clausura la hará el presidente de la organización Mariano Gomá.
La marcha para defender la unidad de España y rechazar el “ataque sin precedentes en la historia de la democracia” que supone la declaración de independencia catalana cuenta con el apoyo de los partidos constitucionalistas. Partido Popular (PP), Ciutadans (Cs) y Partido Socialista de Cataluña (PSC) se han sumado a la convocatoria.
El líder de los populares catalanes, Xavier García Albiol ha sido recibido al grito de ‘Puigdemont a prisión’ a su llegada a Paseo de Gracia. Junto a Albiol también participan en la marcha los líderes de Ciutadans en Cataluña y España, Inés Arrimadas y Albert Rivera, que también han sido recibidos entre aplausos. Lo mismo ha ocurrido con el líder del PSC, Miguel Iceta, quien ha tomado un especial protagonismo en la última semana tras participar activamente en tratar de que no se declarara la independencia y hubiera un acuerdo entre el Gobierno de España y la Generalitat. Su postura conciliadora ha mejorado su imagen pública, aunque finalmente fuera imposible el acuerdo.
