Hoy se celebra el Día del Orgullo Gay, una fecha de reivindicación de los derechos del colectivo LGTBi. Hoy son muchos a los que se les llena la boca con la palabra «libertad» o «igualdad». No pueden faltar comunicados oficiales en los que se denuncia con grandilocuencia la situación del colectivo. No podía faltar el PP.
Sin embargo, el Partido Popular no es que se haya caracterizado por tener gestos y símbolos en favor de las reivindicaciones de la comunidad LGTBi y, en cambio, han tenido el valor de emitir un manifiesto en el que se afirma, entre otras cosas, que «hoy, Día Internacional del Orgullo, reivindicamos que somos un país ejemplar en lo que a igualdad se refiere, una sociedad respetuosa y diversa, sin limitaciones ni exclusiones. Pero, a pesar de todo lo conseguido, aún se viven “Stonewall” en muchos países del mundo, donde la homosexualidad sigue penalizada; donde las personas que conforman el colectivo LGTBI continúan siendo perseguidas y amenazadas. Toda nuestra solidaridad y compromiso con ellas y ellos, con sus derechos. Desde el Partido Popular, reiteramos nuestro compromiso con todo el colectivo LGTBI, siempre. Y lo hacemos como partido que nunca dejará de defender la libertad y la dignidad del ser humano, el derecho de todos a vivir como deseemos. Por eso, hoy, reafirmamos nuestro compromiso en políticas que hagan frente a la lgtbifobia, que permitan que todas las personas vivamos con plenitud de derechos y amemos en plena libertad. España es una de las naciones más igualitarias y justas del mundo, la tercera en respeto al colectivo LGTBI de toda Europa. Esta realidad se ha alcanzado gracias a hombres y mujeres libres, a políticos de toda ideología y sensibilidad; y en poco más de cuatro décadas de democracia. Entre todos, debemos seguir trabajado en la construcción de una España que combata al unísono cualquier tipo de discriminación, uniendo al conjunto de la sociedad en torno a las ideas supremas de libertad y diversidad; sin ambages, impulsando iniciativas que protejan a las personas del colectivo LGTBI más vulnerables, asegurándoles todos sus derechos.»
Este comunicado, viniendo de donde viene, es obsceno. No ha habido partido en España, salvo Vox, que haya luchado contra los derechos de la comunidad LGTBi como el Partido Popular. Llevó a los tribunales el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, cuando entre sus dirigentes hay personas casadas, como es el caso de Javier Maroto.
Pactos con Vox
En estos días, el PP está cerrando pactos con Vox, el representante de la extrema derecha que defiende la efectividad de las terapias de reversión de la homosexualidad. Macarena Olona, que ahora publica tuits en favor de los colectivos homosexuales, afirmó en el Congreso de los Diputados que era un error «prohibir que los homosexuales acudan a una terapia que les ayude a encontrar su identidad.»
Estas declaraciones fueron legitimadas por Iván Espinosa de los Monteros porque eran el reflejo del pensamiento de Vox. «Los adultos tienen capacidad de obrar, no sé por qué se tiene que prohibir ningún tipo de terapia,» afirmó el portavoz de la extrema derecha en el Congreso.
Ese es el partido con el que el PP está pactando y, en consecuencia, con el que está de acuerdo en más cosas de lo que Alberto Núñez Feijóo quiere reconocer.
El Partido Popular gobierna en Castilla y León gracias a un pacto con la extrema derecha, un partido que está dispuesto a enviar a las fuerzas policiales a retirar por la fuerza las banderas arcoiris que los partidos de izquierda han colgado en las ventanas y balcones de los grupos parlamentarios. Es una muestra más de que no hay que irse a Qatar o a algunos países de África para que el colectivo LGTBi sea perseguido. La formación de extrema derecha con la que está pactando ya lo hace en España.
Y no hay que irse muy lejos en el tiempo, porque en la pancarta del odio que Vox colgó en Madrid, uno de los enemigos de la patria a los que presentaba como enemigos a los que había que exterminar era, precisamente, el colectivo LGTBi.
Por otro lado, en las instituciones gobernadas por el Partido Popular de Feijóo con mayoría absoluta, también se está produciendo un desprecio a las reivindicaciones del Día del Orgullo. El Ayuntamiento de Madrid se ha negado a colgar la bandera arcoiris, como sí han hecho otras capitales europeas gobernadas por partidos conservadores. No sirve que se ilumine la plaza de Cibeles o la Puerta de Alcalá, es el símbolo lo que demuestra cuando se está comprometido o no con la causa y la colocación de la bandera es la mejor demostración de que se está en favor de las reivindicaciones del colectivo.
Por tanto, el manifiesto del Partido Popular es una muestra más de cómo la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo se deja llevar por la ola del Día Internacional concreto, más allá de lo que realmente piensen y demuestren con sus actos. Eso es una hipocresía obscena.
