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Las Olimpiadas de Barcelona de 1936 que nunca llegaron a celebrarse

Atletas internacionales tuvieron que cancelar sus viajes, volver a casa, o tomar las armas cuando se produjo el golpe de Estado

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análisis

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En agosto de 1936 tuvieron lugar los Juegos Olímpicos de Berlín, en pleno control de los nazis alemanes. Fue allí donde Jesse Owens plantó cara a la ideología defensora de la raza aria, obteniendo la mayor cantidad de medallas de oro. Pero no fue lo único que sucedió como reacción a los Juegos Olímpicos «nazis» de Berlín.

La alianza de personas de izquierdas, liberales, comunistas y socialistas, creada para frenar el avance del fascismo, planteó la necesidad de organizar unos Juegos Olímpicos alternativos. Hubo tres meses para organizarlo todo.

El gobierno catalán ofreció Barcelona como sede. 20.000 deportistas antifascistas se apuntaron para participar en el evento. Fue tal el interés que suscitaron, que la agenda hubo de ampliarse de los tres días iniciales a una semana completa. Por eso tuvieron que actualizar todos los carteles que ya se habían impreso.

Desde 1921 se venían celebrando Olimpiadas Internacionales de Trabajadores, con el objetivo de contrarrestar la deriva que estaban tomando los eventos deportivos. Un ejemplo que aún hoy perdura son los Juegos Macabeos, que se iniciaron en 1932, aunque en este caso son para judíos israelíes.

Judíos exiliados también había entre los miles de personas que se convocaron para las Olimpiadas Populares del 36 en Barcelona. Había representación de deportistas de Estados nación, pero también de naciones sin Estado.

Las mujeres también competirían, aunque no se les exigían marcas para participar, puesto que se atendía al contexto, en el que la figura femenina tenía el acceso al deporte mucho más limitado que los hombres.

Muchos deportistas ya habían llegado, junto a sus delegaciones, a Barcelona, para comenzar a competir. Sin embargo, tal y como recoge National Geographic, Frank Payton, del equipo estadounidense, amaneció «con el estruendo de un cañón, varias metralletas y rifles y el sonido de pies marchando». Desde su hotel pudo ver, junto a sus compañeros de delegación, a hombres y mujeres preparando barricadas en las calles. El ejército golpista entraba en la ciudad.

Charlie Burley, campeón de boxeo nacional de Pittsburgh, salió a la calle junto a sus compañeros cuando cesaron los disparos. Tomó una pala y ayudó a construir barricadas. Alemanes e italianos se unieron a ellos. En cuestión de horas, el antifascismo consiguió detener la llegada de las tropas golpistas. Sin embargo, las Olimpiadas quedaron suspendidas. La Guerra acababa de comenzar.

La primera de las víctimas internacionales del conflicto fue, precisamente, un atleta francés que se encontraba allí para participar en las Olimpiadas.

Unos doscientos atletas se quedaron a combatir en el bando republicano. La mayoría fueron asesinados.

Desde Castilla

De las Olimpiadas Populares del 36 poco se conoce. Y sobre todo, lo que se ha publicado hasta ahora suele hacer referencia a lo acontecido en Barcelona, así como historias de las delegaciones internacionales. Pero falta mucha parte de la historia por contar: la de quienes provenían de otros territorios del Estado.

Iker Ibarrondo-Merino ha realizado una investigación sobre el apoyo a la olimpiada desde Castilla. Precisamente, es el objeto de su tesis doctoral y nos ofrece el resultado de un ingente trabajo de búsqueda y recuperación de memoria.

«Un pueblo que pervive a través del deporte, este sería el título que pudiera haber encabezado esta obra. Sin embargo, a pesar de que el mismo no jalona la portada de este ejemplar que usted tiene entre sus manos, en el, la/el estimado lector/a podrá acercarse a conocer los orígenes y evolución de un movimiento deportivo alternativo al burgués del que emergería con fuerza la estructuración del deporte obrero castellano. Vinculado a las líneas comunistas y socialistas, este ente deportivo, gracias a su flexibilidad táctica, conseguiría edificar todo un movimiento de soporte a la Olimpiada Popular de Barcelona de 1936, que se mostraría en toda su amplitud en el envío de una selección castellana compuesta por atletas madrileños, castellanoleoneses, castellanomanchegos… a la cita olímpica antifascista», señala el autor sobre su trabajo.

En esta entrevista a Iker Ibarrondo-Merino abordamos el objeto de su trabajo, de gran interés, sobre todo para quienes desconocen la historia de fraternidad y solidaridad entre nuestros pueblos. Para ver la entrevista puede utilizar el siguiente enlace:https://beatalegon.tv/video/las-olimpiadas-de-barcelona-de-1936-entrevista-a-iker-ibarrondo-merino/

Para contactar con el investigador, y colaborar con la recopilación de datos, puede hacerlo en este email: [email protected]

Para adquirir el libro, pulse aquí.

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