El anuncio sobre la entrega de tanques por distintos países aliados de la OTAN ha generado incertidumbre en Kiev: ninguno de ellos ha dejado claro cuándo, ni cuántos, ni en qué estado se encuentran los tanques que se han prometido.
En España, ya conocemos que la Ministra de Defensa consideró que los Leopard estaban en verano en condiciones «lamentables». Posteriormente, se anunció que se pondría en marcha la puesta a punto para poder enviarlos, y finalmente, por el momento se han entregado 6. El presidente del Gobierno ha anunciado esta semana que está en agenda enviar próximamente cuatro tanques Leopard 1 desde España.
En Alemania se firmó un acuerdo con Dinamarca y Países Bajos para enviar casi dos centenas de Leopard 1. Un modelo que cuenta con muchos años, y que en algunos casos ha sido recuperado de almacenes donde llevaban años sin ser utilizados.
En Estados Unidos se anunció la entrega de 31 tanques Abrams, inmediatamente después de que Alemania pusiera como condición para enviar los Leopard que EEUU moviera también los suyos.
En Diario16, informamos entonces de las dificultades para poder abastecer a Zelenskiy, tal y como él exigía, de manera urgente. La empresa estatal que se encarga de la producción de estos tanques tiene compromisos previos, concretamente con Taiwán y con Polonia, por lo que las entregas, según se filtró, no se pondrían en marcha hasta dentro de varios meses, incluso más de un año.
Hoy conocemos, por palabras de la Secretaria del Ejército de EEUU, Christine Wormuth, que es posible que la entrega de los M1 Abrams no llegue hasta finales de año.
El Pentágono, según Wormuth, estaría planteando distintos escenarios, incluyendo la construcción del hardware necesario desde cero. Desde Washington están buscando la manera de entregar los tanques lo antes posible, intentando por todos los medios acortar el plazo de dos años, que es el que la compañía de producción habría dado al Gobierno.
Unos tanques que, según los expertos militares, presentan complicaciones en el campo de batalla y requieren de un mantenimiento especial, además del elevado coste de su carburante (que es el que se utiliza para algunos aviones).
