El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha sostenido una postura firme y decidida en la polémica generada por la devolución de menores migrantes a Marruecos en 2021, declarada ilegal por el Tribunal Supremo (TS). Grande-Marlaska insiste en que la actuación de las autoridades competentes estuvo siempre guiada por el «interés superior del menor», una declaración que busca arrojar luz sobre una situación compleja.
El fallo del TS, que califica de ilegal la devolución de menores no acompañados desde Ceuta a Marruecos, ha puesto de relieve la delicada naturaleza de la gestión migratoria. Sin embargo, Grande-Marlaska resalta su respeto hacia la resolución del Supremo, al tiempo que reitera la convicción de las autoridades de actuar conforme al ordenamiento jurídico y, sobre todo, bajo el principio del interés superior del menor. Esta declaración subraya un compromiso con la protección de los más vulnerables, en este caso, niños y niñas migrantes.
El Ministro enfatiza que este interés del menor es un principio fundamental que guía las acciones de todos los poderes del Estado, incluyendo el Gobierno central, así como las administraciones autonómicas y locales, destacando en este caso la actuación en Ceuta. Este enfoque refleja un intento de alinear las políticas migratorias con los valores de protección y cuidado hacia los menores.
El TS, por su parte, ha criticado la actuación de las autoridades españolas, señalando una «absoluta inobservancia» de la Ley de Extranjería y una violación del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que prohíbe las expulsiones colectivas de extranjeros. Este punto de vista confronta la lógica del interés del menor con la observancia estricta de la legalidad y los tratados internacionales.
La sentencia del TS también ha rechazado los argumentos de la Delegación de Gobierno en Ceuta y del Gobierno de la ciudad autónoma, que defendían las devoluciones como parte de una respuesta a una «auténtica invasión». En este contexto, la postura de Grande-Marlaska busca un equilibrio entre la gestión de situaciones migratorias excepcionales y el respeto a los derechos y el bienestar de los menores implicados.
Una jeta como el cemento armado tiene Marlaska y los «hipocresistas». Cuando están en la oposición se rasgan las vestiduras y cuando gobiernan hacen lo mismos que criticaban.
Los «niños» migrantes deben ser devueltos a sus padres, que es con quienes deben estar, y los adultos al gobierno de Marruecos que es el responsable de sus ciudadanos.