Este mes de diciembre estamos asistiendo a una verdadera masacre contra las mujeres, incluso con ese recuento parcial y sesgado que siguen realizando las autoridades, sin incluir todas las circunstancias en las que las mujeres son asesinadas por el hecho de serlo, por su posición vulnerable ante sus agresores, todos hombres: mujeres solas en cualquier lugar asesinadas por extraños y, entre ellas, todas las que se encuentran en situación de prostitución; mujeres asesinadas por sus parejas y exparejas; mujeres que intentan proteger a otras mujeres; mujeres embarazadas; niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia vicaria, para infligir el mayor daño a sus madres; madres y abuelas asesinadas por sus hijos y sus nietos; mujeres que habían denunciado, mujeres que habían huido, mujeres con y sin órdenes de protección. Mujeres de todas las edades, nacionalidades y posición social. En 2022, 100 mujeres han sido asesinadas en nuestro país. Solo este diciembre, y aún falta un día para terminar el año, 20 mujeres han sido asesinadas. Dos mujeres cada semana, según un comunicado de la Comisión de Coordinación Interna de la Confluencia Movimiento Feminista.
A las puertas de un año electoral, al gobierno le preocupa “el repunte” en el número de víctimas porque hasta el momento, ante las cifras habituales del terrorismo machista, les debía parecer que en nuestro país “se asesina a las mujeres lo normal”. No se había convocado ninguna comisión interministerial para atajar de una vez por todas la violencia contra las mujeres y lo hacen ahora, una semana después de aprobar una ley que nos borra objetivamente como sexo, aunque “solo las mujeres sufrimos la violencia machista estructural del patriarcado a causa de nuestro sexo. Los asesinos machistas nunca se equivocan al identificarnos”, según la citada organización.
“Estamos hartas de la violencia machista en todas sus formas, aquí y en todo el mundo. Denunciamos la falta de acción preventiva poniendo el foco en los agresores, conocidos y potenciales, la falta de presupuesto real, de circuitos efectivos con recursos suficientes y adecuados, y la falta de formación feminista de quienes deben proteger a las mujeres. Denunciamos la inaudita hipocresía de quienes se llenan la boca de feminismo tanto como la negación creciente de la violencia machista de hombres adultos y jóvenes. Y denunciamos la mayor de las estafas a las mujeres: el desvío de fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género a otros fines que nada tienen que ver con ella”.
Este viernes 30 de diciembre, ante todos los ayuntamientos, exigieron a los gobiernos central y autonómicos que tomaran todas las medidas necesarias para poner fin al terrorismo machista que acosa a más de la mitad de la ciudadanía y que debería ser, por ello, la primera y principal cuestión de Estado. “Las mujeres no somos un sentimiento, somos seres reales y corremos peligro incluso antes de nacer”.
Por cada mujer que muere asesinada por un hombre mueren tres hombres asesinados por otros hombres. El terrorismo intermachista es mucho más letal que el terrorismo machista, pero nunca oigo hablar de él. No hay ministerios que se ocupe del asunto ni manifestaciones contra el terrorismo «intermachista».
¿Por qué la vida de un hombre asesinado por otro hombre vale menos que la de una mujer y sale en las noticias de pasada.? Acaso es una victima de menor valía. O acaso la muerte es más llevadera si te la provoca alguien de tu mismo género.