Los millonarios y las grandes empresas tienen una serie de privilegios fiscales que hacen que, aunque en bruto paguen una cantidad superior de impuestos que los trabajadores, su tasa impositiva es mucho menor.
Es un hecho que los países se sostienen económicamente gracias a los impuestos que pagan las clases medias y trabajadoras, aquellos que no tienen capacidad para contratar carísimos asesores que muestran a los millonarios las lagunas por donde eludir el pago o recetas para ocultar sus fortunas en paraísos fiscales.
«Muchos pocos, hacen un mucho», afirma un dicho popular. En el caso de los países, la suma de impuestos pagados por las clases medias y trabajadoras es la que realmente sostiene los servicios públicos. En consecuencia, si se les aplicaran los mismos privilegios que a los millonarios o las grandes empresas, las economías de los países quebrarían. Por eso, es fundamental que los poderosos no paguen tasas impositivas más bajas que las aplicadas a los trabajadores, los autónomos y los pequeños empresarios.
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, volvió a hacer un llamamiento por un impuesto mínimo a los multimillonarios, exigiendo que el Congreso tome medidas sobre un sistema fiscal defectuoso que premia la riqueza por encima del trabajo.
«Ningún multimillonario debería pagar una tasa impositiva más baja que un maestro de escuela o un bombero», sentenció Biden dirigiéndose al Congreso durante un discurso del Estado de la Unión.
Desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020, la riqueza de los multimillonarios estadounidenses ha aumentado de 1,5 billones de dólares a un más de 5 billones. Muchas de las ganancias de esos enormes multimillonarios no están sujetas a impuestos y desaparecerán por completo a efectos fiscales cuando pasen a la próxima generación.
Un impuesto a la renta mínima para multimillonarios provocaría que pagaran una tasa impositiva de, al menos, el 20 por ciento sobre sus ingresos totales, al igual que los trabajadores pagan impuestos por sus nóminas.
En general, los multimillonarios pagan menos de un 8% de tasa impositiva sobre sus impuestos, mientras que los trabajadores superan el 20%. Hay datos que son tremendos. En 2018, Elon Musk, hasta hace muy poco el hombre más rico del mundo, no pagó impuestos federales sobre la renta. Un profesor de instituto paga una tasa media de impuesto sobre la renta estimada del 22 por ciento.
La solución de neoliberalismo: que nadie pague impuestos. Por supuesto, eso significa el desmantelamiento del Estado, y dejar a los ciudadanos absolutamente indefensos. Ese es el plan. Y, si te defiendes de este plan, te llaman «comunista».
Están llevando el planeta al caos climático total.
Los FONDOS BUITRE va a llevar a las empresas de energías renovables a valor cero.
Por cada idea sensata como esta que pronuncia el viejo demente de Biden (o más bien se la dictan), aunque nunca la pongan en práctica, nos cuela 9 barbaridades disfrazadas de izquierda, como que las multinacionales farmacéuticas trabajan por nuestra salud y sus kakunas son seguras y eficaces; que los ultranacionalistas, fascistas y nazis ucranianos de Zelensky son buenos y dignos de apoyo mientras Rusia es mala y hay que arrinconarla y anularla; o que se preocupa por los palestinos masacrados mientras arma al ejército sinoista asesino.
Me confieso rojo, antifranquista y republicano. Pero tengo dos dedos de frente para darme cuenta que Biden es una estafa peor aún que Trump. Tan lesivo o más para los intereses del pueblo llano, trabajador, sufriente y pagano.