Lo que era un secreto a voces se acaba de oficializar. El partido de Albert Rivera se reunirá con Vox para intentar salvar el gobierno de colición de los naranjas con el PP que hará presidente de la Región de Murcia a Fernando López Miras. Una muestra más que, más allá de lo que se dice de puertas afuertas, la triple entente de la Plaza de Colón es una alianza fuerte. Este movimiento habrá despertado los suspiros de alivio en Génova 13, sobre todo en Isabel Díaz Ayuso, que veía que podía perder la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Según ha adelantado La Sexta, PP, Ciudadanos y Vox se han reunido en secreto en las horas previas a la segunda sesión de investidura de Fernando López Miras. Todo ello se produce unas horas después de los insultos cruzados en redes sociales entre el partido naranja y el de ultraderecha en el que se llegó a llamar a Albert Rivera «acojonado». Parece ser que la fórmula «no hay huevos» sigue funcionando en España y Ciudadanos se ha sometido a las exigencias de Vox.

El propio secretario general del Partido Popular, el murciano Teodoro García Egea, se ha mostrado optimista en Twitter del resultado de esta reunión. «Si nos pusimos de acuerdo en Andalucía, podremos conseguirlo en la Región de Murcia», ha señalado.

Rivera y su partido han renunciado a lo que llevan afirmando desde que se iniciaron los procesos de negociación: «Ciudadanos no va a llegar a ningún acuerdo de Gobierno con aquellos partidos que quieran hacer retroceder a la Región de Murcia», afirmó la lideresa del partido naranja en la Región de Murcia, Isabel Franco. Pues ya se han sentado a negociar.

Sin embargo, no le está sirviendo, puesto que, de momento, no hay acuerdo y la formación de extrema derecha sigue manteniendo su voto negativo a López Miras porque siguen exigiendo que Ciudadanos firme el pacto y los de Rivera, a esta hora, continúan negándose porque, según ellos, no están obligados a rubricar ningún acuerdo. ¿Perderá Rivera un gobierno por una firma? Veremos.

Ahora habrá que estar pendiente de la reacción del Grupo Liberal Europeo que ya han advertido por activa y por pasiva a Rivera que no se pueden llegar a acuerdos con la extrema derecha. Ya no hay excusas, ya no hay medias palabras. Ya están negociando con los ultras. ¿Qué hará ahora Rivera si las advertencias de expulsión se concretan? Ya no tiene argumentos ni, por supuesto, el apoyo de otros partidos liberales europeos. Por supuesto, el de Macron está descartado.

El ansia por el poder tiene consecuencias como estas y Albert Rivera ha vuelto a demostrar que es un «marxista» convencido, puesto que por lograr ocupar puestos de responsabilidad de gobierno no tiene ningún inconveniente en cambiar sus principios si los que defendió anteriormente no gustan.

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