Durante las últimas protestas del campo, la demanda de cláusulas espejo ha sido una de las principales reivindicaciones del sector. El campo vive una encrucijada. El actual sistema agroalimentario sigue dando muestras de su fallido funcionamiento. Cada vez más global, complejo e interdependiente y, a la vez, más vulnerable al cambio climático o a diferentes crisis como las que hemos vivido en los últimos tiempos.
El actual sistema fomenta una agricultura y ganadería industrializada basada en combustibles fósiles e insumos químicos, como los plaguicidas y los fertilizantes, el consumo excesivo de un agua cada vez más escasa, mano de obra precarizada o materias primas baratas importadas de terceros países, que no siempre cumplen los mismos requisitos legales que se exigen a nuestras producciones.
¿Qué son las cláusulas espejo?
Son medidas normativas que buscan que los países exportadores cumplan con normas similares a las de la UE para proteger la salud de las personas consumidoras y productoras, los animales de granja y el medio ambiente.
En la UE existen algunas normas que difieren de las de países productores de los que importa alimentos. La diferencia puede tener que ver con el uso de fitosanitarios o el bienestar animal, entre otras. Esto implica, por ejemplo, que podemos estar comiendo alimentos en cuya producción se hayan usado plaguicidas prohibidos en la UE por razones de salud humana o por su impacto negativo en el medio ambiente.
¿Cómo puede afectar la falta de cláusulas espejo a la salud de las personas y a la de los ecosistemas y la biodiversidad?
En el informe presentado por SEO/BirdLife y WWF se han tenido en cuenta 4 productos para ser los casos de estudio con los que ahondar en el tema a través de ejemplos concretos:
- En el caso del arroz, encontramos que, en la India, uno de los mayores productores y exportadores de arroz en el mundo, hay aprobados 18 herbicidas, 24 fungicidas y 30 insecticidas no autorizados o desconocidos en la UE.
- Para el caso del cultivo de lentejas, en Canadá, principal productor y exportador a España, la mitad de los herbicidas permitidos no están autorizados en la UE.
- En el ámbito de la ganadería (carne de vaca y oveja), en los casos de estudio incluidos en el presente trabajo se han hallado también diferencias significativas en determinadas prácticas. Por ejemplo, el uso de antibióticos está prohibido en la UE desde 2006 por motivos de salud humana, para evitar la aparición de resistencias a antimicrobianos. Sin embargo, su uso está permitido en países líderes en producción y exportación de corderos como Australia, donde se usan como promotores del crecimiento o, incluso, como aditivos alimentarios. Lo mismo ocurre en su equivalente para la carne de vacuno, Brasil, cuya regulación para el uso de antibióticos está en marcha.
Impacto en los países productores del Sur Global
Mantener el doble rasero en cuanto a normas de producción entre países de la UE y terceros países tiene graves impactos negativos tanto en las personas como en el medio ambiente en el Sur Global. La explotación de los recursos naturales y la tierra en terceros países, así como la contaminación de las personas, las especies y el medio ambiente a través de plaguicidas prohibidos por la UE, amenazan la soberanía y la seguridad alimentarias y perpetúan aún más las desigualdades entre el Norte y el Sur Global. Además, esto genera también preocupaciones sociales, en particular sobre el uso intensivo de la tierra y el acaparamiento de tierras, especialmente para los pueblos indígenas.
¿Cuáles son los beneficios si se adoptaran cláusulas espejo?
Protegen el clima, la biodiversidad y la salud. Limitando el uso de químicos y asegurando que los alimentos no supongan un riesgo para las personas consumidoras. Es necesario también proteger la salud de las productoras de los terceros países, así como su medio ambiente.
Las primeras afectadas por el uso de agroquímicos son las personas que están a pie de campo. La visión de UNA SOLA SALUD, promovida por la Organización Mundial de la Salud, pone de manifiesto que la salud de las personas está estrechamente interrelacionada con la de los ecosistemas en los que viven, los cuales proveen de una serie de servicios que proporcionan bienestar. Dicho de otra manera, el mal estado de los ecosistemas pone en peligro la salud de las personas, por lo que la protección de la naturaleza no es un lujo, si no un deber de la humanidad si quiere vivir bien y asegurar que las generaciones futuras puedan hacer lo mismo.
Promueven el bienestar animal. Fomentando una producción más ética que mejoran las condiciones de los animales de granja.
Crean un mercado equilibrado a nivel global con prácticas justas y rentables. Apoyando a las personas que trabajan en el sector agrario.
Las medidas espejo pueden actuar como palanca de cambio para que las formas de producción en países terceros generen menos impacto sobre las poblaciones de origen y sus ecosistemas.
"Las medidas espejos no son una solución única", reconocen las organizaciones. "Para transitar hacia sistemas alimentarios sostenibles, que funcionen para las personas y la naturaleza, deben activarse todas las palancas posibles, también dentro de la UE. La mejora de las normas sociales, ambientales y de bienestar animal, asegurar su cumplimiento y proveer recursos públicos y privados para modelos agrarios sostenibles, entre otras medidas, están en el deber de todos los actores de la cadena alimentaria", apuntan.