CONAMA 24 debate las ventajas competitivas, la urgencia climática y las limitaciones para avanzar en la transición energética

La reducción de gases de efecto invernadero para 2030 se eleva al 32%, frente al 23% estimado en la versión original. El objetivo de consumo de energía renovable sube al 48% –con un 81% de la generación eléctrica–, y el de eficiencia energética al 43%

05 de Diciembre de 2024
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La transición energética a reflexión en el CONAMA 24. | Foto: CONAMA
La transición energética a reflexión en el CONAMA 24. | Foto: CONAMA

La hoja de ruta de la transición energética es una de las cuestiones que aborda la 17ª edición del Congreso Nacional del Medio Ambiente, CONAMA 2024, el foro consolidado como el principal espacio de diálogo y acción ambiental en España, con una sesión plenaria en la que se ha puesto la lupa en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). El diagnóstico de las administraciones, el sector empresarial y las organizaciones sociales es que España tiene una oportunidad única por sus ventajas comparativas, pero enfrenta desafíos de implementación por la urgencia climática y las limitaciones para avanzar en una descarbonización más ambiciosa. 

Victor Marcos Morell,Director General de Planificación y Coordinación Energética (MITECO), que ha disertado sobre “Transición energética, una cuestión de competitividad y acción climática” y ha trazado las principales pinceladas del nuevo PNIEC, aprobado en septiembre por el Consejo de Ministros, ha señalado que “me gusta hablar de una oportunidad incomparable. Las energías renovables nos permiten partir de un peldaño más arriba que otros países. Tenemos ventajas claves respecto a nuestros vecinos europeos. Pero hay decisiones administrativas, políticas y empresariales que hay que tomar”, ha subrayado representante de la administración central".

En su opinión, los objetivos del plan son “relevantes” y “alcanzables”, aunque esa “oportunidad única” que tiene la península y las urgencias climáticas por impactos que van a incrementarse obliga a “más ambición”, sobre todo en sectores donde la descarbonización va más lenta, como la industria, el transporte y el sector residencial.

En la nueva hoja de ruta, la reducción de gases de efecto invernadero prevista para 2030 se eleva al 32%, frente al 23% estimado en la versión original. El objetivo de consumo final de energía renovable sube al 48% –con un 81% de la generación eléctrica–, y el de eficiencia energética al 43%.

Además, la demanda eléctrica crece un 34% sobre 2019 gracias al desarrollo económico y la electrificación de la economía llega al 35%. También baja el gasto energético medio de los hogares del 7,8% de su renta en 2019 al 5,7% en 2030, con más incidencia en los hogares de renta baja. "Necesitamos que las empresas inviertan. Nosotros intentamos dar previsibilidad con esta hoja de ruta”, ha concluido Morell.

En la misma sesión, se ha desarrollado un intercambio de ideas al que se han sumado Marc Serra Solé, Presidente delegado del Área Climática y Transición Energética de la Diputación de Barcelona; José Casas, Director General de Relaciones Institucionales y Regulación de Endesa; Dolores Huerta, Directora de GBCe; y Sara Pizzinato Coordinadora campaña de renovables y territorio de Greenpeace España.

Serra ha celebrado la actualización de un plan que comparten desde Barcelona, aunque ha advertido que “no estamos avanzando al ritmo deseado”. “La visión y el diagnóstico es compartido. Pero en muchos sectores tenemos todavía pocas experiencias exitosas de descarbonización”, ha señalado.

Ha recalcado que en Cataluña sólo el 17% de la energía es renovable cuando a nivel nacional supera el 50%. “Tenemos una espera de más de cuatro años de media para la autorización de un parque eólico y de dos años para un parque solar de suelo. El incumplimiento de los plazos y dinámicas de rechazo social que han surgido en los territorios han frenado la transición en nuestra comunidad autónoma”, ha subrayado.

A su turno, Casas, director de Endesa, ha definido al nuevo PENIEC como “más balanceado en lo que respecta a generación y demanda”. Sin embargo, ha cuestionado que las redes ya están entregando “señales de agotamiento” y que las empresas distribuidoras no están invirtiendo lo necesario por limitaciones regulatorias. 

“La industria existente se quiere electrificar y hay mucha demanda centroeuropea que quiere venir a España. ¿Qué necesitamos para dar respuesta a esto? Certidumbre regulatoria, hacer atractivas las inversiones, eliminar el límite de inversión regulatoria, agilizar los tiempos administrativos”, ha puntualizado.

El representante de Endesa ha resaltado que el sector eléctrico ha hecho los deberes, debido a que las emisiones de CO2 han “caído de forma vertiginosa”. No obstante, ha lamentado que el 50% del consumo energético final deriva todavía del petróleo y un 21% del gas. “Más del 70% del consumo deriva de los combustibles fósiles, por eso urge incrementar la demanda de renovables”, ha afirmado.

Menos optimista y más crítica se ha mostrado Pizzinato, de Greenpeace, quien ha recordado que “no basta que haya tecnología a disposición para lograr una transición energética exitosa, se necesita inteligencia social e institucional”.

“Celebramos el plan, pero creemos que sigue siendo insuficiente. Es más ambicioso que el anterior, pero si metemos la componente de justicia internacional, los países con mayor responsabilidad histórica, como España, deberían hacer más. Los tiempos se acortan y las limitaciones son muchas”, ha reflexionado.

La representante del ecologismo ha puesto sobre la mesa tres posibles medidas para lograr una mayor ambición: un abono único de transporte público, mayor impulso de las comunidades energéticas y la reducción de la cabaña ganadera. 

La mesa de debate la ha cerrado Huerta, directora de GBCE, una asociación de referencia en España en la transformación del sector de la edificación hacia la sostenibilidad. También ha advertido que la descarbonización de la construcción y de la vivienda viene a un ritmo “más lento” del proyectado.

La conclusión de su sector tras leer el nuevo plan del Gobierno es que falta avanzar tanto en la “suficiencia energética”, la reducción del consumo de energía a través de cambios de hábitos individuales y colectivos, como en la “eficiencia energética”, el ahorro y la optimización de los consumos. “Todos estamos llamando a esta revolución. Las viviendas necesitan grandes transformaciones, reducir la demanda, mejorar la calidad arquitectónica y la electrificación para abandonar los combustibles fósiles”, ha enumerado. 

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