La transición energética en Europa enfrenta uno de sus mayores desafíos: lograr un equilibrio entre sostenibilidad, competitividad y seguridad energética. En este contexto, la Fundación para el Avance de la Libertad, en colaboración con el European Policy Information Center (Epicenter), ha presentado un informe que analiza los retos y oportunidades del sector energético europeo y propone soluciones para garantizar un futuro sostenible sin poner en riesgo el crecimiento económico.
Este estudio, titulado “Competitividad y Sostenibilidad: Claves para el futuro del mercado energético Europeo”, ofrece una hoja de ruta para abordar la transición ecológica de manera eficaz, minimizando los costes regulatorios y promoviendo reformas estructurales que impulsen la innovación y la inversión privada. El informe presenta una visión integral del mercado energético europeo y de las acciones necesarias para hacer frente a los desafíos del presente y del futuro.
El documento subraya que la política climática de la UE puede optimizarse fusionando el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE I y II), lo que podría reducir los costes regulatorios y de transición en hasta un 25%. Asimismo, recomienda la inclusión de emisiones negativas en el sistema mediante incentivos a la captura y almacenamiento de carbono, "permitiendo así una reducción más eficiente de la huella de carbono de la región".
El caso de España es especialmente significativo dentro de este contexto. Con un 50% de su generación eléctrica procedente de fuentes renovables en 2023, el país ha mostrado un firme compromiso con la transición energética. Sin embargo, el informe destaca importantes retos que aún deben abordarse. La regulación del mercado eléctrico y la elevada carga fiscal encarecen el coste de la energía en España, afectando a consumidores y empresas. La falta de competencia en el sector, pues cuatro grandes compañías controlan la mayor parte del mercado eléctrico, lo que dificulta la entrada de nuevos actores y la innovación en el sector. Además, a pesar del crecimiento en renovables, España sigue importando grandes cantidades de gas natural, lo que la hace vulnerable a la volatilidad de los precios internacionales.
Para solventar estos problemas, el estudio propone la eliminación de barreras burocráticas en el desarrollo de nuevas infraestructuras energéticas, así como la reducción de impuestos y cargas regulatorias que afectan a la factura eléctrica. Además, se recomienda impulsar los Contratos de Compraventa de Energía (PPA) para garantizar estabilidad en los precios y fomentar la inversión privada en energías limpias.
El informe concluye que la UE debe apostar por una política energética basada en la neutralidad tecnológica, eliminando normativas que favorezcan a unas tecnologías sobre otras y permitiendo que el mercado determine las soluciones más eficientes. También advierte sobre el riesgo de mantener regulaciones que aumentan los costes de la transición ecológica sin aportar beneficios tangibles en la reducción de emisiones.