La UE dicta nuevas normas sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas

Las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas que traten una carga equivalente a 10.000 habitantes o más tendrán que utilizar energía procedente de fuentes renovables generadas por las respectivas plantas

07 de Noviembre de 2024
Actualizado a las 14:27h
Guardar
Según las nuevas normas, en el caso de las aglomeraciones urbanas, los Estados miembros tendrán que eliminar de aquí a 2035 la materia orgánica biodegradable de las aguas residuales urbanas. | Foto: UE
Según las nuevas normas, en el caso de las aglomeraciones urbanas, los Estados miembros tendrán que eliminar de aquí a 2035 la materia orgánica biodegradable de las aguas residuales urbanas. | Foto: UE

El Consejo ha dado luz verde definitiva a una directiva revisada de la UE sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas. La directiva revisada amplía el ámbito de aplicación a aglomeraciones más pequeñas, abarca más contaminantes, incluidos los microcontaminantes, y contribuye a la neutralidad energética.

Más aglomeraciones y más contaminantes cubiertos

Según la directiva revisada, los Estados miembros deben recoger y tratar las aguas residuales de todas las aglomeraciones con más de 1.000 equivalentes de población (una medida utilizada para calcular la contaminación por aguas residuales urbanas) de acuerdo con las normas mínimas de la UE (en lugar del umbral de 2.000 equivalentes de población establecido en las normas anteriores).

Para abordar mejor la contaminación y prevenir los vertidos de aguas residuales urbanas no tratadas al medio ambiente, todas las aglomeraciones de entre 1.000 y 2.000 equivalentes de población deben estar provistas de sistemas colectores y todas las fuentes de aguas residuales domésticas deben estar conectadas a estos sistemas de aquí a 2035.

En el caso de las aglomeraciones urbanas, los Estados miembros tendrán que eliminar de aquí a 2035 la materia orgánica biodegradable de las aguas residuales urbanas (tratamiento secundario) antes de que se viertan al medio ambiente. Se aplicarán excepciones a los Estados miembros en los que la cobertura de los sistemas colectores sea muy baja y, por tanto, se requieran inversiones significativas. También podrán beneficiarse de excepciones los Estados miembros que se hayan adherido a la UE más recientemente y que ya hayan realizado inversiones significativas más recientes para aplicar la directiva actual (es decir, Rumanía, Bulgaria y Croacia).

En 2039, la eliminación de nitrógeno y fósforo (tratamiento terciario) será obligatoria en las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas que traten aguas residuales urbanas con una carga de 150.000 equivalentes de población o más. En 2045 , los Estados miembros tendrán que aplicar un tratamiento adicional para eliminar microcontaminantes , conocido como tratamiento cuaternario.

Microcontaminantes 

Los productores de productos farmacéuticos y cosméticos –principal fuente de microcontaminantes en las aguas residuales urbanas– deberán contribuir con un mínimo del 80% de los costes adicionales del tratamiento cuaternario, a través de un esquema de responsabilidad ampliada del productor (REP) y de acuerdo con el principio de "quien contamina, paga".

Hacia la neutralidad energética

El sector del tratamiento de aguas residuales urbanas podría desempeñar un papel importante a la hora de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a la UE a alcanzar su objetivo de neutralidad climática. Las nuevas normas introducen un objetivo de neutralidad energética , lo que significa que, de aquí a 2045, las plantas de tratamiento de aguas residuales urbanas que traten una carga equivalente a 10.000 habitantes o más tendrán que utilizar energía procedente de fuentes renovables generadas por las respectivas plantas.

La Directiva sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas se adoptó en 1991. El objetivo de esta Directiva era "proteger el medio ambiente de los efectos adversos de los vertidos de aguas residuales procedentes de fuentes urbanas e industrias específicas".

La Comisión realizó una evaluación de la Directiva en 2019. La evaluación confirmó que la Directiva anterior había demostrado ser muy eficaz para reducir la contaminación del agua y mejorar el tratamiento de los vertidos de aguas residuales durante las últimas tres décadas.

Sin embargo, también se demostró que todavía existen fuentes de contaminación que no se abordan adecuadamente con las normas vigentes, entre ellas la contaminación procedente de aglomeraciones más pequeñas y un amplio espectro de microcontaminantes nocivos. Además, la evaluación destacó que el sector de las aguas residuales urbanas es uno de los mayores consumidores de energía en el sector público.

Lo + leído