El secretario general del partido de extrema derecha, Vox, Ignacio Garriga, no reconoce que ya es un partido que se asemeja a Ciudadanos. En una realidad paralela, su número dos ha negado que exista crisis o fractura alguna en la formación ultra, tras la salida del que fuera portavoz parlamentario y uno de los fundadores de Vox, Iván Espinosa de los Monteros.
Vox y sus alucinaciones
Además, se atreve a acusar a una “manipulación”, las “ficciones de terror falsas y las mentiras de quienes hablan de grieta entre un sector más liberal”, del que formaría parte el ya exdiputado, y otro de corte más duro y radical, que encabeza el eurodiputado y vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, que ha ido ganando posiciones en la extrema derecha.
En una entrevista en RNE tras una semana escabrosa para el partido ultra, después de que el lunes, Espinosa de los Monteros abandonase la política y la cúpula del partido, y de que el médico Juan Luis Steegmann renunciase también a sustituirle en el Congreso, ha realizado unas declaraciones que dejan en evidencias la falta de apoyos con los que cuenta Alberto Núñez Feijóo, a pesar de las declaraciones, contradicciones y presiones a la sociedad y al propio jefe del Estado, Felipe IV
Las teorías falsas que ve VOX
Cree que “con estas teorías falsas se quiere dañar al partido” e insiste en que “las razones por la que se va son familiares y personales”, tal y como dijo el propio Espinosa en la comparecencia ante los medios en la que anunció su marcha. “Vox está más fuerte que nunca”, ha concluido.
Exactamente lo mismo que UPYD o Ciudadanos en su día, cuando sus líderes abandonaron las ejecutivas y los partidos, todos ellos enfermos, con líderes que no querían ver que se precipitaban al abismo.
De los cuatro ultras que coparon los focos cuando a finales de 2018 el partido empezó a despuntar, tres se han apartado de la cúpula –Iván Espinosa, Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio-. Solo Santiago Abascal se mantiene en esa primera línea.
Pero sin olvidarnos que también, quienes fueran diputados y purgados de las listas para las últimas elecciones generales, Rubén Manso o Víctor Sánchez del Real, hayan lanzado críticas por “la deriva que está tomando el partido ultra” y criticado la que consideran estrategia equivocada de Santiago Abascal en esos últimos comicios, del 23J, en los que la ultraderecha ha pasado de 52 a 33 escaños.
¿Qué hay que hablar con Puigdemont y el separatismo?
Otro lio para Alberto Núñez Feijóo y su corte, que se pasean por los medios de comunicación veraniegos, haciendo declaraciones, a cuál más histriónica y contradictoria. Y la guinda la ha puesto esta mañana Ignacio Garriga. Ha confirmado que no apoyaría una investidura con Junts.
El secretario general de Vox ha reprochado al PP que esté dispuesto a sentarse a hablar con Junts- tal y como señaló de nuevo este jueves en RNE el coordinador general del PP, Elías Bendodo, quien afirmó que “dentro de la Constitución está dispuesto al diálogo”, aunque matizando “que una cosa es hablar con todos y otra es tragar con todo”.
No apoyaría un acuerdo del PP y Junts
Garriga ha advertido al PP de que Junts no es un interlocutor válido y, por tanto, “no apoyarán ninguna ecuación donde esté el separatismo”. Vox ha preguntado a los ‘populares’ ¿qué es lo que hay que hablar con el separatismo y con Puigdemont? Los ultras se han constituido como el dique de contención “contra los que han puesto encima de la mesa la amnistía y el referéndum”.
“Nosotros vamos a seguir levantando la bandera de confrontación contra el separatismo”, ha dicho, al tiempo que ha descartado que “sea compatible que el PP pueda llegar a un acuerdo de investidura con Junts y con Vox. “Radicalmente no”, ha zanjado.
La ultraderecha confirma que la investidura de Feijóo es imposible, se mire como se mire. Por favor, señores, y señoras del PP dejen de mareaR a los españoles y al Rey.
